El rey emérito, Juan Carlos I, estaría justificando ante su entorno más cercano la constitución en el año 2008 de una fundación en Panamá, Lucum, a nombre de la que habría recibido, a través de una cuenta del banco suizo Mirabaud, 100 millones de dólares de parte del rey de Arabia Saudí Adbul Aziz Al Saud.

Juan Carlos I habría justificado ante personas de su confianza que la donación de fondos millonarios como agradecimiento a las relaciones internacionales con reyes árabes es una "práctica habitual" y que el mantenimiento de tales relaciones pasan por aceptar ese tipo de "gestos o regalos", según han trasladado estas fuentes a El Independiente.

Ésta podría ser una pista del rumbo que tomaría su defensa, o parte de ésta, en caso de que se abra una investigación contra él en el Tribunal Supremo por la apertura de tal fundación para averiguar si fue legal o no y si el cobro de Arabia Saudí se correspondió con una comisión por mediar para que empresas españolas fueran las adjudicatarias de los contratos de construcción del AVE a La Meca.

Ya ha elegido abogado

De hecho, la Casa del Rey avanzó este domingo -en un histórico comunicado en el que Felipe VI marcó distancias con su padre y anunció que le retiraba la asignación presupuestaria de 190.000 euros anuales que recibía hasta ahora, así como que renuncia a la herencia que pudiera corresponderle de esa fundación- que Juan Carlos I ha designado al abogado Javier Sánchez-Junco, ex fiscal Anticorrupción y también defensor de Javier López Madrid, yerno del fundador de OHL Juan Manuel Villar Mir, para representarle ante las situaciones procesales que se le puedan abrir tanto en España como en el extranjero.

Los comentarios del emérito a su entorno confirman que no sólo no está arrepentido de sus actuaciones del pasado, sino que las considera normales. Manifiestan también que no es consciente de la incidencia que pueden tener en la pervivencia de la Corona española, ahora en manos de su hijo Felipe VI.

Las filtraciones de Corinna

La Casa del Rey tuvo que apresurarse a emitir el comunicado tras publicar el sábado el diario británico The Telegraph que Juan Carlos I designó a su hijo como beneficiario de dicha fundación Lucum en caso de que falleciera.

Felipe VI reconoció este domingo que fue el despacho británico Kobre&Kim que defiende a la ex pareja sentimental de Juan Carlos I, Corinna Zu Saynn-Wittgenstein, el que le avisó hace ya un año, en marzo de 2019, de que su nombre figuraba en los estatutos de dicha fundación offshore.

También que entonces se fue a un notario y renunció, por medio de una carta a su padre, a los derechos de herencia que tuviera de esa fundación de la que posteriormente partieron 65 millones de euros a una cuenta de Corinna Larsen, como ella misma contó al comisario en prisión José Manuel Villarejo en una conversación que se hizo famosa en 2018, cuando los diarios El Español y Okdiario la publicaron.

Amenazas de Sanz Roldán y Juan Carlos I

Durante esa conversación, la ex amante del rey Juan Carlos también afirmó que desde 2012 sufrió presiones por parte del ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, y de personas a las que él mismo ordenó registrar sus domicilios para que callara sobre lo que sabía de los fondos millonarios del emérito en el extranjero.

Unas presuntas amenazas que ahora extiende al rey emérito y que ha anunciado denunciará ante la Justicia británica, así como este domingo comunicaba que lleva años trasladándolas a la Embajada española en Londres y la Casa del Rey sin ser escuchada.