La megalomanía y ambición de Donald Trump no conoce límites. Ni siquiera la salud de los ciudadanos estadounidenses le importa si el fin es lograr la reelección. El presidente de Estados Unidos ha bendecido las protestas de sus correligionarios que piden en las calles la "liberación" del confinamiento en diversos estados de la Unión.

En su cuenta de Twitter, la Biblia 2.0 del trumpismo, da su visto bueno a estas demandas tres estados que perdió en 2016 y que serán clave en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Son Michigan, Virginia y Minnesota, con gobernadores demócratas. En Michigan, estado donde se enclava Detroit, sede de la industria automovilística, que está sufriendo graves pérdidas por el cierre, son miles los que se están rebelando. Michigan es el tercer estado de EEUU en número de muertos, después de Nueva York y Nueva Jersey.

En la rueda de prensa diaria del viernes, Trump dijo este viernes que "son gente responsable". Como él, se entiende. Hay otros estados con gobernadores republicanos donde los ciudadanos están hartos del confinamiento, pero Trump, oh casualidad, no los menciona, como Ohio y Kentucky.

Estos comentarios de Trump, que ahora pretende que los gobernadores lidien con las consecuencias de la pandemia, estuvieron precedidos por un jueves dramático, cuando se registraron 4.591 muertes en apenas 24 horas.

En el mundo se registran ya más de 2,2 millones de casos y 154.000 muertes. Estados Unidos es el país con más positivos, más de 700.000, y más muertes, según la estadística que elabora worldometers. Desgraciadamente se sobrepasarán las 40.000 este fin de semana.

El gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Walz, respondió a Trump que aclarara qué haría él distinto en su estado. "El presidente ha anunciado un plan en tres pasos que refleja exactamente lo que intentamos hacer", dijo a los periodistas, según informa la BBC.

Vuelta a consignas de 2016

En Michigan, con cerca de 30.000 contagios y 2.000 muertos, miles de personas se han lanzado esta semana a las inmediaciones del Capitolio, donde corearon consignas contra la gobernadora, Gretchen Whitmer, que ha impuesto un confinamiento muy estricto en lo referido a distancia social.

"Enciérrala", gritaban los manifestantes, que así comparaban a Whitmer con Hillary Clinton, la rival de Trump en 2016. Ese fue su grito de guerra contra la candidata demócrata hace cuatro años. "No lo cumpliremos", decían con banderas confederadas y carteles con la imagen de Trump, que perdió por solo tres décimas en este estado en 2016.

La campaña, según la gobernadora Gretchen Whitmer, a quien algunos consideran como buena candidata a ser aspirante a vicepresidenta con Joe Biden, "pone en peligro la vida de los ciudadanos".

De esta manera, Trump, por un lado, anima a los manifestantes, pero a la vez anuncia un plan para reabrir la economía en tres fases, de forma lenta y graduada. Cada fase duraría 14 días y se ajustaría a la evolución de la enfermedad.

El epidemiólogo en jefe, Anthony Fauci, dejó claro que había que seguir muy alerta. "No hemos terminado esta partida", apuntó. El doctor, una eminencia científica, reconoció que puede haber rebrotes.