Las asociaciones agrícolas reclaman al Gobierno decisiones urgentes para garantizar la recogida de frutas y hortalizas en todo el país, puesto que la falta de mano de obra como consecuencia del cierre de fronteras por el coronavirus amenaza la campaña y podría llevar a la ruina a miles de familias, además de provocar problemas de desabastecimiento.

Los empleadores necesitan entre 100.000 y 150.000 jornaleros para recoger las cosechas y los inmigrantes que los años anteriores llegaban con contratos cerrados en origen desde Marruecos, Rumanía o Bulgaria, y que suponían un alto porcentaje de las cuadrillas, no podrán hacerlo por la pandemia.

98.220 solicitudes de toda España

El Real Decreto 13/2020 de medidas urgentes en materia de empleo agrario publicado el 7 de abril no permite la movilidad de trabajadores entre comunidades autónomas, tampoco la contratación de los autónomos que han echado el cierre por las medidas de confinamiento contra el virus ni quienes han entrado en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por el mismo motivo.

La solución que da el Gobierno es la contratación "de proximidad", tanto de parados como de inmigrantes en situación regular en las comarcas donde se necesita la mano de obra. Plantea también la posibilidad de ampliar el permiso de trabajo y residencia hasta el 30 de junio a los inmigrantes a los que les cumpliera antes de esa fecha.

Las asociaciones agrarias lanzan un SOS: "Las cosechas se quedarán sin recoger" con estas condiciones que consideran insuficientes para reunir al personal necesario, a pesar de que llegan miles de solicitudes de toda España. Sólo la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) ha recibido ya 98.220 peticiones en su bolsa de trabajo, como traslada su director, Juan José Álvarez. De éstas, trabajan en un filtrado para descartar las que no cumplan los requisitos y remitir la información a cada provincia.

La cosecha de cereza en Aragón, amenazada

En Aragón arranca ya la recogida de cereza, la primera recolección que servirá de piloto para el resto de frutas y hortalizas en toda España. Se espera que haya unos 90 millones de kilos del fruto, pero "en esta comunidad no hay tantos parados como para tirar de ellos", alerta Óscar Monet, portavoz del sector frutícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

Nos están enfrentando a unos con otros, que acabaremos arañándonos trabajadores por unos céntimos

A la falta de parados se une, explica, la dificultad de las gestiones burocráticas para contratar a inmigrantes que firman un contrato por primera vez en España. "Un decreto estatal del Gobierno, sin tener en cuenta las peculiaridades de cada zona, no tiene sentido. Nos están enfrentando a unos con otros, que acabaremos arañándonos trabajadores por unos céntimos. Como alguien pierda la cabeza, esto puede ser muy peligroso. La gente está enfadada y muy intranquila por su futuro, que ve muy negro. Dicen que somos héroes de la nación, pero yo prefiero que nos den soluciones y nos hagan reconocimientos en vida, no póstumos", reflexiona Monet.

Traslados con equipos de protección

Precisamente COAG ha pedido por carta a los ministerios de Trabajo, Sanidad, Agricultura y Transportes que autoricen el desplazamiento de cuadrillas entre comunidades autónomas con equipos de protección individuales (EPI) adecuados. Incluso han enviado un vídeo con la propuesta de un kit que incluye mascarilla, guantes y un mono completo que ya se está utilizando en lugares como Cieza (Murcia) con buenos resultados.

También piden que se permita pasar de una ocupación del 50% en los vehículos agrícolas (dos personas en los de cinco plazas y tres personas en los de nueve) a un 70% para agilizar los desplazamientos y la regularización de inmigrantes que tengan una ofertad de trabajo firme en todas las regiones.

"Termina la campaña de recogida de melón y sandía en invernaderos del sur y comienza la de frutos con hueso en el norte. Igual que otros años, la solución sería el desplazamiento de los temporeros de unas regiones a otras siempre que haya un contrato de trabajo en firme firmado, el certificado acreditativo del empresario y que éste proporcione un alojamiento en buen estado (ya los tienen en esas zonas) y con las medidas de protección adecuadas", explica Eduardo López, responsable de Relaciones Laborales de COAG.

Las Pedroñeras teme por las exportaciones

En Córdoba arranca también ya la campaña de recogida de ajos y en menos de un mes en Las Pedroñeras (Cuenca), el municipio productor del preciado ajo negro en el extranjero.

Los miembros de la Cooperativa El Santo de la localidad conquense recogen todos los años una media de entre 16 y 18 millones de toneladas de ajos. Buena parte de la producción se exporta a países como Reino Unido, Japón o Alemania. El presidente de la cooperativa, Agustín Ortiz, teme por el envío de la cosecha a estos países con el cierre de las fonteras por la Covid-19. También por la imposibilidad de encontrar a jornaleros suficientes. "Aquí siempre se contrata a rumanos porque desde hace años los españoles no quieren hacer este trabajo. ¿Y quién va a querer hacerlo ahora si puede cobrar una renta mínima quedándose en casa? Si yo pudiera, igual me quedaría también", dice con escepticismo Ortiz.

El resto de campañas que también se ven amenazadas en otras regiones son las hortalizas en Navarra, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía; los cítricos en Comunidad Valenciana, Cataluña, Extremadura y Andalucía; la fruta de hueso en Aragón y Cataluña; el espárrago en Andalucía, Navarra y Murcia, el ajo en Cuenca y Córdoba; los frutos rojos en Huelva y la fruta de pepita en Aragón.