Hace ya un mes que George Floyd murió a manos de la policía de Minneapolis, pero los activistas locales aseguran estar comprometidos con mantener el movimiento vivo.
Floyd murió el pasado 25 de mayo cuando el ex agente Derek Chauvin se arrodilló sobre su cuello durante más de ocho minutos. Chauvin ha sido acusado de asesinato y, desde entonces, las autoridades locales, estatales y nacionales han abogado por una reforma policial. Algunos incluso han propuesto abolir por completo el actual Departamento de Policía de Minneapolis.
A nivel local, nueve miembros de la corporación han expresado su apoyo a esta idea para dar pie a un nuevo sistema. Actualmente, el Ayuntamiento está obligado a dotar al departamento con un numero mínimo de agentes.
Una propuesta reciente presentada por miembros del Consejo podría dejar la continuidad de este mínimo en manos de los votantes. Los planes pasan por reemplazar el departamento por un enfoque más orientado a la comunidad local, centrado en el trabajo social y la salud pública.
La ciudad fue el epicentro de las protestas que emergieron tras la muerte de Floyd, algunas de las cuales derivaron en violencia. Una comisaría de la Policía de Minneapolis fue incendiada, y cientos de otros edificios sufrieron daños. Las manifestaciones han continuado tanto en la ciudad como en el resto de Estados Unidos.
Este domingo, activistas volvieron a reunirse en Minneapolis por una celebración dentro del mes del Orgullo. Al mismo tiempo, los manifestantes continuaron con las protestas contra la violencia policial, mientras coreaban el nombre de Floyd y de otros muertos a manos de la Policía.
Con la comunidad gay
Uno de los organizadores del acto del domingo, Royce White, asegura que las manifestaciones contra la violencia racial en la Policía y las de la comunidad gay pueden ir de la mano pese a sus diferencias. Royce también ayudó a organizar una de las protestas masivas, que reunió a miles de personas en Minneapolis, los días posteriores a la muerte de Floyd.
"Entendemos que el Estado y sus brutales poderes de opresión obstaculizan vidas de todos los espectros", añade White. En la manifestación del domingo, los manifestantes volvieron a marchar por Minneapolis coreando el lema "sin justicia, no hay paz".
Otra de las organizadoras, Loretta VanPelt, sostiene que las protestas han concentrado la atención de las autoridades locales, que ahora no tienen otra opción que abordar los problemas asociados a la Policía.
"Creo que ahora comprenden el mensaje de que estamos hartos. Creo que comprenden el mensaje de que el statu quo ya no sirve, que esto no puede seguir como siempre", dice VanPelt.
La muerte de George Floyd es sólo el más reciente de los casos mediáticos de violencia policial en la zona de Minneapolis. En 2015 otro hombre negro, Jamar Clark, fue tiroteado por la policía local.
En 2016, Philando Castile, también negro, fue disparado por un agente en una ciudad cercana. Un año después, Justine Damond, mujer australiana, fue disparada por un oficial tras llamar a la Policía para denunciar una presunta violación.
Con este historial en la mano, White asegura que las protestas deben continuar hasta alcanzar una solución real.
"No creemos que estas protestas deban parar, en absoluto, hasta que se ponga freno a la tiranía del Estado. No tenemos todas las respuestas a cómo vamos a hacer eso... pero es nuestro objetivo y nuestra ambición", recalca.
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