Emma García (Ordizia, Guipúzcoa, 1973) se pregunta y se responde. "¿Dónde está mi fin de semana? No lo sé. A mí me timaron un poco", bromea la presentadora de Fiesta, magacín que emite Telecinco los sábados y domingos (16.00). Cinco horas en directo cada tarde bajo la dirección de Eva Espejo, a la que conoció en Viva la vida. Allí también trabajó a las órdenes de Raúl Prieto, ex de Sálvame, a cuyo bodorrio con el arquitecto Joaquín Torres acudió. Que Emma García sea una mandada no quiere decir que no imponga su ley: el plató debe estar a 19 grados.

Sin vacaciones se ha quedado la señora García, pues hay Fiesta el Jueves y el Viernes Santo. Ella siempre está operativa. "Vas a contracorriente a nivel personal y profesional", añade sin ninguna pena, pues –reconoce– se lo monta muy bien: "Procuro aprovechar bien los cuatro días para llegar con fuerza a las 10 horas del fin de semana". Lo comido por lo servido.

Emma García (51) está recogiendo ahora los frutos de una ininterrumpida carrera de 23 años en Mediaset España. Se estrenó en Canal 4 Navarra, como presentadora del magacín Te damos la tarde, el mismo año (1997) en que fue fundado. 23 años tenía Emma García cuando presentó su gala inaugural junto a África Baeta. Se reían tanto que les quitaron el programa. Al año siguiente ya había dado el salto al canal principal de la televisión pública vasca, donde coincidió con Iñaki López (Más vale tarde). Cogió después el relevo de Patricia Gaztañaga (El diario de Patricia) para conducir el espacio juvenil de testimonios Ésta es mi gente.

Fue aquel programa autonómico el que puso en el mapa a Emma García, que, de un día para otro, se mudó a Madrid para presentar en Telecinco A tu lado, inicialmente un espacio de testimonios, un talk show, que derivó en un programa del 'corazón'. Compartió 'saloncito' durante 5 años con Marisa Martín Blázquez, Mila Ximénez, Aída Nízar, Kiko Matamoros, Lydia Lozano, Kiko Hernández, Raquel Bollo, Antonio David Flores, Karmele Marchante, Carmina Ordóñez y Mayte Zaldívar.

Pregunta.-  Es una carrera, la tuya, de fondo, pero donde ha habido mucha versatilidad.

Respuesta.- Totalmente. Decías "de fondo" y me he quedado pensando. "De fondo" suena a "lento", que vas poco a poco, y yo he ido a todos los sitios, todos los programas, tan deprisa. Cuando llegué de la ETB, cuando vine aquí [Mediaset]... Ha sido todo tan rápido, con la gran suerte de no haber parado 23 años.

P.- A tu lado arrancó como un programa de testimonios a lo El diario de Patricia.

R.- Empezó así. Hora y media. Cumplí los 28 años aquí.

P.- Y tú en plató, con toda la fauna que había ahí, eras la más joven.

R.- Y la menos conocida [se ríe]. ¡Y era la nueva! Pero yo vine con carácter, ¿eh? Vine con un poquito de entrenamiento. Venía de la autonómica, de una local; yo ya había batallado ahí. Y luego no me dio tiempo a pensar. El viernes terminé allí en directo y el lunes estaba en directo aquí.

P.- Antes había casting abierto para presentadores e ibais todos. Ion Aramendi, por ejemplo, se presentó a uno como reportero. ¿Quién le iba a decir a él que le iban a coger en Sálvame? ¿Cómo sucedió tu aterrizaje en Telecinco? ¿Fue [Paolo] Vasile?

R.- A Vasile le conocí luego. Yo estaba haciendo Esta es mi gente en la televisión vasca, que lo hacía Jesús Vázquez en Telemadrid. Estaba tranquilita, me iba a casar, me iba todos los días a hacer deporte a la playa de La Perla… Llevaba una vida maravillosa en Donosti. Todos los días era en directo menos los lunes. Estábamos mi madre y yo en una cafetería y recibí una llamada de mi equipo de allí: querían hacerme un casting en Telecinco. Se había enterado toda la redacción, los jefes, antes que yo.

R.- La víspera del Día de San Sebastián [20 de enero] vine a Madrid con otra compañera de ETB con ilusión, pero sin aspiraciones. Las dos hicimos el casting un viernes. Yo tenía programa en directo ese día. Estaba en el aeropuerto y me llamaron para decirme que me cogían. Yo acababa de hacer el casting. Casi pierdo el avión de los nervios. Tuve que dar los 15 días [de preaviso] y justo esos 15 días se dispararon las audiencias allí.

P.- ¿Fue A tu lado un máster por mucho que vinieras de la ETB?

R.- A nivel profesional y personal. Me pasaron muchas cosas, en general positivas. Vas madurando en todos los sentidos. El viernes me cogí mi maletita, me vine aquí a un hotel, hicimos un mini programa piloto el domingo y el lunes, salí allí.

P.- Cuando los proyectos de televisión empezaban de un día para otro.

R.- De un día para otro, que estábamos en el programa de testimonios, era el certamen de Miss España con Carlos Sobera y me dijeron que lo iba a presentar con él. Llevaba [en Telecinco] un mes y pico. Y me dijeron que al siguiente lunes ampliaban el programa, que se iba a convertir en un magacín. Yo dejé un talk show, me fui a presentar a la Línea de la Concepción el certamen de Miss España y cuando volví era un magacín. Conocí a mis primeros dos colaboradores, Marisa Martín Vázquez y Carlos Gimeno, en directo cuando les presenté. Llegué al camerino y vi un ramo de flores de una tal Marisa.

P.- Con la que compartes plató otra vez.

R.- Y vida.

P.- ¿El estar abierta a cualquier cambio en Mediaset ha sido la receta para tu perdurabilidad?

R.- Soy la veterana porque no he cambiado. Jesús [Vázquez] se fue y volvió. A mí me encanta salir de mi zona de confort, probar; me pone mucho, aunque luego me arrepienta. Esas ganas de darlo todo y adaptarte a un nuevo formato. No es sólo un nuevo programa; es un nuevo equipo, un nuevo horario… De repente, un trabajo totalmente distinto.

P.- ¿Has querido tirar la toalla en algún momento de estos 23 años?

R.- Sí. Hubo dos veces. Una por una enfermedad en mi familia. Yo quería estar donde tenía que estar. No fue necesario. Y a nivel profesional sí hubo un momento en que chocábamos. Me planteé irme del proyecto. Yo tenía que ser yo y tenía mi ética, mi moral, que no son ni mejores ni peores que los del resto. Pero si no vamos en la misma línea, sí es muy complicado. Sí hubo un momento en que dije: "A lo mejor, con todo el dolor de mi corazón, me tengo que bajar del barco". Afortunadamente, todo se encauzó, se habló y se solucionó.

R.- No estoy hablando de Telecinco. Estoy hablando de la dirección de un programa. Fue un momento en que necesitaba respirar. Voy y he ido muy deprisa, pero soy muy sensata y me gusta saber lo que hago. Otra cosa es que no piense tanto cuando digo que sí. Pero una vez me lanzo, quiero estar en mi sitio porque, si no, no aprendo y te llevan. Todos tenemos que llevar nuestra personalidad, abierta, moldeable y adaptable, pero al final la que sales [en pantalla] eres tú. Me da igual del tema que hable, yo quiero saberlo todo. Quiero hablar sabiendo lo que apoyo y no apoyo. No me importa que me lo cuenten entre semana.

P.- Ahora que ha pasado tiempo: ese intercambio de presentadoras que hubo. Llevabas muchos años en Mujeres y hombres y viceversa, y de repente te mandan a Viva la vida, y a Toñi [Moreno] a Mujeres y hombres y viceversa. ¿Cómo se come uno eso?

R.- Yo, como siempre, me lo tomé muy sorprendida. Me llamaron un día y me lo dijeron. Fue una cosa totalmente inesperada para mí. ¿Quién soy yo para decirle a mis jefes…? No pregunté ni el porqué. Lo tenían tan claro –era una estrategia de cadena– que como yo soy una currante de la tele… ¡Te vas a Mujeres y hombres! Me voy a Mujeres y hombres. ¡Te pasas a Cuatro! Me voy a Cuatro. Luego protesto mis cositas cuando puedo. Lo justo y necesario. Por ejemplo, que el programa era muy largo. Yo he trabajado sin tonterías en esta cadena porque es como hay que trabajar y saber dónde estamos. De estrellas nada.

P.- Tú tienes un contrato de larga duración.

R.- Fíjate qué largo, eh.

P.- ¿Cuándo fue el último que firmaste?

R.- Ahora. Hemos hablado que estamos ambos muy a gusto y que, mientras sigamos así, no hay tope.

P.- Si fueses al programa de David Broncano, no te gustaría hablar de dinero.

R.- No. Me gustaría hablar más de sexo, la verdad. Sí, llevaría mejor lo del sexo que lo del dinero. Está claro que los que trabajamos aquí tenemos la fortuna de ir al supermercado y no mirar demasiado [el precio]. Y hay ciertas cosas esenciales que tenemos cubiertas. En cuanto al sexo, pues diría algo. Depende de la semana que me pillase.

P.- Me da vergüenza preguntarte por sexo. No te voy a preguntar por sexo.

R.- Tú mírame el cutis [ríe].

P.- No me saques los colores, Emma.

R.- No me lo puedo creer. Yo aprendí mucho en Mujeres y hombres. Hablar abiertamente de todo. Luego ha cambiado un poco porque el fin de semana uno está más relajado, pero yo no. Sexualmente, digo. Tienes que encontrar otros huecos.

Emma García, durante el evento promocional de la serie de Telecinco 'La Favorita' | EP

P.- Te veo mucho más, no desinhibida, pero sí más suelta. Antes te veía más recta. Te veo con más desparpajo. Transmites incluso mayor cercanía. 

R.- Más yo. Sí, sí, sí, sí. Cogí con muchas ganas el magacín. Fue un cambio brusco, total, a pesar de todo lo que hubo. No fue grato. Lo pasé mal. No me esperaba la repercusión ni Toñi tampoco. Estuvimos entendiéndonos y cada una pasando su duelo; ella porque no quería cambiarse y yo porque no entendía nada. Son 5 horas. Si no soy yo, estaría muerta [se ríe]. Desde Viva la vida, cuando no me quedó más narices que coger el proyecto, dije: "Lo voy a disfrutar y voy a ser yo". Y, sí, en este momento de mi vida estoy más desinhibida.

P.- Tienes a la niña ya criada.

R.- Sí. Y fuera. Tiene 18 años para 19.

P.- Me has dicho [antes] que no eres cotilla.

R.- Pues te voy a decir una cosa: no soy muy cotilla, en general, en mi vida, y me tuve que poner muy al día cuando empecé otra vez en Viva la vida porque yo ahí estaba un poquito, como decía la otra, oxidada en cuanto a cotilleos.

P.- ¿Oxidada? Como cuando Mariló Montero le dijo a Anne Igartiburu que estaba oxidada.

R.- Sí, totalmente. Yo estaba oxidada en cuanto a información. Había desconectado absolutamente del mundo 'corazón'. Ahora estoy –te digo una cosa– al día de todo.

P.- ¿Pero te gusta que cotilleen sobre ti? Que se conozcan cosas de tu vida, que trascienda tu vida personal… Tampoco se sabe mucho. Estás casada y tienes una hija. Como mucho se sabe dónde vives y ya.

R.- Pues eso, ¿para qué más? [se ríe] Yo soy muy discreta y protejo mucho a los que están conmigo porque al final esto implica poner en el foco [se ríe] a mi madre, a mi marido, a mi hija, a mis hermanos… Yo soy la hermana del medio. Yo equilibro entre mi hermano mayor y mi hermana pequeña. He hecho de intermediaria porque ellos se parecen más y han chocado; ya no. Yo soy más diferente. Yo tengo una mezcla de mi padre y de mi madre en todos los sentidos, en lo físico y en el carácter. Aunque –creo– me inclino más a mi padre. Tengo mucha mezcla. Dice mi hermana que he sacado lo mejor de los dos [se ríe].

R.- Durante 8 años fui la pequeña. Cuando mis padres me lo contaron, pensé: "Así dejo de ser la protagonista". Para mí fue una liberación que tuviesen otra niña y yo estuviese más a mi bola. No he sido, en ese sentido, muy protagonista. Fíjate. Y mira dónde estoy. La vida es así.

P.- En algún programa hiciste saber que alguno de tus padres había fallecido.

R.- Me queda mi madre. Está fenomenal. Ella es también muy independiente. Ese programa, cuando volví, fue uno de los más emotivos. Yo no sabía que mi padre se iba a ir en ese momento. Cuando me dijeron ya que se iba, no dije nada a nadie. Quería despedir a mi padre en la intimidad, en mi pueblo, con mi gente.

P.- ¿Qué programa de todos los que has hecho volverías a presentar?

R.- Volvería a presentar Mujeres y hombres. A ver, no es que lo quiera presentar. A tu lado, no, porque Fiesta es A tu lado 2.0. ó A tu lado 3.0..

P.- Ahí rodabais lunes y martes.

R.- ¡No creas! Currábamos lo nuestro. Ahí compaginé muchos programas. Estaba mucho peor que ahora. Pero era una maravilla: adelantabas, grababas y luego te podías coger días... 

P.- Como Jorge Fernández en La ruleta de la suerte.

R.- No, no. La suerte la tiene Jorge Fernández. En algún momento llegamos a competir. Y ahí sigue.

P.- ¿Y el programa que no volverías a presentar?

R.- El juego de tu vida [se ríe]. Porque al final me aburrí. Desarrollé una psicología maravillosa, pero ya no me permitía aprender. "Venga, lanza las preguntas, ya le estoy viendo la cara que pone, miente". Entonces llegó un momento en que ya no estaba viva porque se convirtió todo en muy mecánico.

P.- Fue un programa muy controvertido.

R.- Muy cañero.

P.- ¿No temías que un programa de ese estilo hiciera daño a tu imagen?

R.- También Mujeres y hombres, ¿no? Cuando la gente te quiere criticar y asociarte con términos como "telebasura"... Con los años llegó un momento en que me puse el chubasquero porque era tremendo.

P.- A tu lado fue heavy.

R.- Bueno, depende… En esa época fue heavy. Fuimos cañeros, sí. ¿Te acuerdas cómo me llamaban en A tu lado? "La Latin King del corazón". A mí me hacía mucha gracia. Y cuando me imitaban, me moría de la risa; movía las manos como yo… menos los dientes, que se pasaban.

P.- Tú, en tu casa, mandas igual que aquí en el plató.

R.- Lo intento. Muchas veces, mi hija me dice: "¿Puedes dejar, por favor, de hacer de presentadora ya y de preguntar tanto?".

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