El Observatorio de Delitos Informáticos de Canarias ha advertido este martes de un envío masivo de correos electrónicos fraudulentos en los que se suplanta la identidad de la Dirección General de Tráfico (DGT) para asegurar al remitente que debe abonar una multa de tránsito no pagada. En un comunicado, el Observatorio de Delitos Informáticos indica que ha recibido avisos de ciudadanos de Canarias sobre el envío de este tipo de correos fraudulentos en los que un ciberdelincuente intenta hacerse pasar por un organismo público, en este caso la DGT, y remite a un enlace que simular ser el oficial.

Si algún usuario cae en el engaño este el enlace lo enviará a un sitio web que es una imitación del legítimo y a partir de aquí se le pide que se registre con sus datos personales e información bancaria. Entonces la información de inicio de sesión llega al atacante, que la usará para suplantar la identidad del supuesto cliente y sustraerle dinero de la cuenta bancaria o vender información personal a terceros, añade el Observatorio. 

Como recomendaciones para prevenir este tipo de ataques el Observatorio pide que se extremen las medidas cuando un remitente desconocido envíe un correo escrito en un lenguaje alarmista para fomentar una sensación imperante de urgencia y que se “actúe con la mayor celeridad posible”. Recuerda que las entidades bancarias no solicitan información confidencial a través de Internet y señala que, antes de abrir el correo, se debe pasar el cursor por encima del enlace para ver la URL real.

También pide estar atento a errores ortográficos, tanto en el correo electrónico como en el mensaje de texto, porque indica claramente que son fraudulentos y, una vez detectado, hay que marcarlos como SPAM por si más adelante intentan volver a contactar.

 Aconseja además que no se responda nunca a correos considerados sospechosos para dar a entender que el usuario donde se ha enviado está inactivo, y jamás descargar archivos o enlaces porque pueden infectar un ordenador o un dispositivo móvil con la intención de crear una puerta trasera para que el cibercriminal pueda acceder y tener control total sobre el dispositivo móvil. El Observatorio indica que una vez seguido los pasos anteriores, hay que borrar el mensaje.