La oficina de Derechos Humanos de la ONU ha dicho estar "muy preocupada" por la salud de la periodista ciudadana y abogada Zhang Zhan, encarcelada en China tras documentar  los primeros días de la pandemia de COVID-19 en la ciudad de Wuhan, donde se confirmaron los primeros casos de la enfermedad.

Zhang viajó a Wuhan en febrero de 2020 y, durante tres meses, examinó la respuesta de las autoridades al bloque y difundió sus informaciones en redes sociales. En mayo, fue detenida por la Policía y trasladada a Shanghái, donde finalmente fue condenada en diciembre a cuatro años de cárcel por "buscar altercados y provocar problemas".

La periodista ha realizado varias huelgas de hambre para protestar por su situación, y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos considera que está en "grave peligro", debido a un "rápido deterioro" de su estado de salud, en palabras de una portavoz de esta organización, Marta Hurtado.

La oficina que lidera la expresidenta chilena Michelle Bachelet ha trasladado a Pekín en varias ocasiones su preocupación por este caso, "tanto públicamente como de forma bilateral", pero ahora la situación supuestamente se ha agravado y Zhang está "peligrosamente" por debajo de su peso.

"Instamos a las autoridades chinas a valorar la inmediata e incondicional liberación de Zhang, por razones humanitarias, y a permitir una atención médica urgente, que respete su voluntad y su dignidad", ha dicho Hurtado, en un comunicado en el que también ha aludido a la supuesta alimentación forzosa de la exabogada.

Asimismo, el Alto Comisionado ha hecho hincapié en que "el libre flujo de información es de especial importancia en situaciones de crisis", como podrían ser las emergencias de salud pública, por lo que ha emplazado a todos los países a garantizar tanto la libertad d expresión como la de prensa, de tal forma que cualquier restricción a derechos básicos sea "proporcionada" y en situaciones "estrictamente necesarias".