Pedro Ferrándiz, el entrenador más laureado de la historia del Real Madrid de baloncesto, ha fallecido este jueves a los 93 años de edad, según ha avanzado el diario As y ha confirmado el propio club.

Nacido en Alicante, Ferrándiz fue el creador y artífice del gran Real Madrid de los años 60 y 70, al que entrenó en tres etapas entre 1959 y 1962, de 1964 a 1965 y de 1966 a 1975. En ese tiempo forjó una leyenda construida sobre 12 Ligas españolas, 11 Copas y 4 Copas de Europa, además de tres subcampeonatos continentales.

El Real Madrid de Ferrándiz, sostenido en pista por Lolo Sáinz, Clyfford Luyk, Bob Burgess, Wayne Brabender, Walter Sczerbiak o Juan Antonio Corbalán, en sus distintas épocas, rompió con la hegemonía del baloncesto soviético que habían implantado el CSKA de Moscú, el ASK de Riga y el Dinamo de Tbilisi en los primeros años de la competición.

En su comunicado de despedida al mito de su banquillo, el Real Madrid recuerda que Pedro Ferrándiz figura en el Naismith Memorial Basketball Hall of Fame, al que ingresó en el año 2007. Además, forma parte del Salón de la Fama de la FIBA y del de la Federación Española de Baloncesto, en la que también entrenó a la selección nacional.

Entre los reconocimientos y méritos recibidos a nivel nacional e internacional destacan la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo y el Collar de la Orden Olímpica, entre otros.

"Su legado será eterno, no solo por sus títulos, sino por su espíritu de innovación y por ser un visionario del juego, una figura única que cambió y revolucionó este deporte para siempre", asegura el Real Madrid en su comunicado.

Ferrándiz y la autocanasta de Varese

Un auténtico pionero, al currículum de Ferrándiz no solo pasaron los títulos. También lo hizo la mítica autocanasta que ordenó encestarse a Lorenzo Alocén durante una eliminatoria de octavos de final de la Copa de Europa en Varese. Era el partido de ida y el partido estaba empatado, pero una plaga de lesiones y faltas amenazaba con provocar una derrota dura al Real Madrid si el partido iba a la prórroga.

Ferrándiz ordenó a Alocén -fallecido en enero de este año- que encestara en su propia canasta para que el Real Madrid perdiera de dos puntos, una ventaja asequible que remontó en casa en el partido de vuelta. La treta, que provocó el enfado del público italiano, provocó que la FIBA introdujera una nueva norma prohibiendo la autocanasta.