Durante más de 60 años, la bombona de butano ha sido fundamental para millones de hogares españoles. Su color naranja tan característico y su robustez las hacen inconfundibles. Pero los tiempos cambian y también lo hace ahora los tradicionales envases que nos han acompañado a lo largo de estos años. Las bombonas tradicionales han sido reemplazadas por bombonas más modernas, ligeras y tecnológicas, propias del siglo XXI. Es un nuevo comienzo en el consumo doméstico de butano, mucho más extendido de lo que muchos pueden creer.

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El adiós a las bombonas clásicas

Ligeras y más fáciles de usar

Las nuevas bombonas de butano representan un notable avance en términos de comodidad. Las clásicas pesaban 12,5 kilos vacías y podían superar los 25 kilos estando llenas. Las nuevas versiones cuentan con un peso cercano a los 17 kilos llenas, gracias al uso de materiales como el acero ligero, la fibra de vidrio y plásticos técnicos, lo que facilita el transporte y el uso diario de las bombonas; en particular por el colectivo de personas mayores o con movilidad reducida.

Diseño pensado para el usuario

Las mejoras no solo se aprecian en el peso ya que las bombonas presentes en la actualidad integran asas ergonómicas que favorecen el agarre y el manejo. Algunas presentan incluso carcasas transparentes que posibilitan comprobar el nivel de gas remanente sin herramientas y sin simplemente buscar la respuesta a preguntas inevitables. Esta mejora implica un mejor control y una mejor seguridad para el usuario.

Nuevas bombonas: tecnología e innovación

Compatibles con instalaciones antiguas

A pesar de su diseño modernizado estas bombonas continuarán siendo completamente compatibles con las instalaciones tradicionales. Por tanto los usuarios no tendrán que modificar su cocina o calefacción para poder beneficiarse de estos nuevos diseños. Es un cambio progresivo sin complicaciones en sí, y se realiza para facilitar la transición.

Chips NFC y ventajas digitales

La tecnología también ha llegado a las bombonas; algunas marcas, como Repsol o Cepsa incluyen chips NFC en los productos para identificar cada unidad, ayudar en la gestión del inventario y sirven para ofrecer promociones personalizadas a los consumidores. Por tanto la distribución puede llegar a ser más eficaz y así se mejora el servicio de reparto y la experiencia de cliente.

La historia y evolución de las bombonas

Un envase reutilizable desde sus inicios

Durante la década de los sesenta la bombona de butano era sinónimo del progreso en las viviendas. Su manera de distribución fue la primera que se podía reutilizar; el cliente para recibirla la bombona llena, tenía que devolver la vacía. Este sistema sostenible fue el precursor de los sistemas actuales de reciclaje, décadas antes de que existiera la mínima atención por el medio ambiente.

El color naranja, un icono cultural

La bombona de butano tiene un característico color naranja que tiene como objetivo poder garantizar la visibilidad del producto y mostrar seguridad con el mismo; este color nos permite detectar la bombona desde cualquier distancia y se asocia rápidamente a un producto que requiere tratarlo de manera cuidadosa. La bombona de butano también ha llegado a convertirse en un símbolo cultural y con el cambio, las nuevas versiones pueden ser metálicas o grisáceas, pero el color naranja sigue siendo sinónimo de butano para muchos españoles.

Las bombonas de butano siguen importante para millones de hogares y al mismo tiempo y ahora se presentan con mejoras que miran al futuro sin perder su propósito. Los modelos más livianos, seguros y conectados han llegado para modernizar el butano y adaptarse a los nuevo tiempos, y sigue siendo un aliado energético de confianza en el hogar de millones de ciudadanos.

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