Real Madrid y Barcelona son los protagonistas de la mayor rivalidad de la historia del deporte, una enemistad agitada a menudo por la política y empujada por las emociones más viscerales. No se entenderían el uno sin el otro, como vasos comunicantes. Pocas veces han estado unidos y cuando uno decía blanco, el otro se empeñaba en decir negro. Pero ahora van de la mano, contra la UEFA, la FIFA, LaLiga y demás Establishment del fútbol. Sus razones tienen.

El 15 de diciembre de 2020, a pocos pasos del Santiago Bernabéu, el rostro de Joan Laporta saludaba a los madrileños desde una lona gigante. "Ganas de volver a veros", decía. Muchos le veían como ganador de las elecciones en el club azulgrana, pero pocos se hubieran imaginado que su gran aliado para sacar al club azulgrana del agujero económico iba a ser Florentino Pérez.

"Yo creo que la Superliga europea se carga el negocio del fútbol. Es una cuestión solo de dinero". La frase la pronunció Laporta el 3 de diciembre, en plena campaña electoral, en el programa El Partidazo de la Cadena Cope. Pero algo le hizo cambiar de opinión cuando regresó a la presidencia del Barcelona el 8 de marzo. La caja del club estaba tiritando y la deuda, disparada. Asciende hasta los 1.100 millones de euros, según la memoria del club publicada a finales de enero.

Los supervivientes de la Superliga

En esa situación desesperada, Joan Laporta vio como una tabla de salvación el proyecto de la Superliga liderado por Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid tenía el visto bueno de Josep María Bartomeu, pero la llegada de un nuevo mandatario al palco del Camp Nou podía torcer las cosas. Florentino Pérez persuadió también a Laporta. "No me costó convencerle. Ve que es el futuro del Barcelona, es un hombre sensato y lo entendió como todos. Esto salva económicamente al Barça y a todo el fútbol", señaló Florentino Pérez en la noche del lunes en El Chiringuito.

Con el presidente Florentino hablo a menudo sobre esto porque es un tema que nos preocupa a los dos mucho"

Laporta

Un día después, el megaproyecto se derrumbó. Los seis clubes ingleses decidieron abandonar el plan y después se unieron Inter de Milán, Atlético de Madrid, Milan y Juventus de Turín. Solo Florentino y Laporta insisten en que la Superliga es el camino a seguir por el fútbol europeo si se quiere evitar el colapso.

"Es absolutamente necesario", señalaba Laporta en la televisión catalana este jueves. "Con el presidente Florentino hablo a menudo sobre esto porque es un tema que nos preocupa a los dos mucho. Los clubes están en una situación muy delicada", añadió en TVE el presidente azulgrana.

Los fichajes galácticos

Florentino llegó por primera vez a la presidencia del Real Madrid en el año 2000 y Laporta accedió al sillón del Barcelona tres años más tarde. En esos años el fútbol sufrió una revolución: cada verano se producían fichajes galácticos, cada vez más caros, con sueldos astronómicos, y los dos grandes clubes españoles tenían músculo suficiente para igualar o superar las carteras de sus rivales europeos.

El ritmo frenético se relajó con la crisis de 2008 y la brecha entre la Premier League y el resto de ligas europeas empezó a agrandarse. En los últimos años, la distancia entre la Premier y sus competidoras se ha vuelto abismal. El equipo que menos cobra de derechos televisivos en Inglaterra supera los 100 millones de euros. En España, hay 13 equipos que no llegan a los 60. Esos números, acumulados durante años, han provocado que cada vez sea más difícil para los clubes españoles competir por los grandes fichajes.

Real Madrid y Barcelona, grandes dominadores del fútbol europeo en la última década, han podido mantener el pulso deportivo. Pero son conscientes de que o se cambia el modelo o a medio plazo poco van a poder hacer ante los billetes de equipos como PSG o Manchester City.

"La postura es de continuar con el planteamiento, explicándolo con más detalle, con tranquilidad, sin prisa y dialogando con UEFA. El problema existe y hay que encontrar una solución", indicaba esta semana Laporta, cuyo club iba a recibir 350 millones si la Superliga salía adelante. No venía nada mal esa inyección de dinero, pues según diversos medios, el Barcelona corre peligro de no poder pagar en junio a proveedores, clubes y futbolistas.

La lucha acaba de comenzar

Si algo han dejado claro Florentino y Laporta esta semana es que la Superliga no ha muerto. Al menos el objetivo final detrás de ello: que los clubes reciban más dinero. La UEFA, organizadora de la Champions League, ha conseguido una victoria parcial, pero tarde o temprano tendrá que sentarse a negociar con los grandes clubes europeos y rascarse el bolsillo si quiere evitar una futura revuelta.

"Los que han querido hacer daño lo han hecho de la manera que han podido, pero cuando pase todo esto y venga la realidad, vamos a ver qué pasa, porque yo le digo que este año esos clubes van a perder más de 2.000 millones y no los tienen. Algunos los tienen, los ingleses los tienen seguro, pero en otros sitios no los tienen”, sostuvo Florentino en la noche del miércoles en El Larguero. Según el presidente del Real Madrid, la austeridad se impondrá. "No existirán los fichajes galácticos sin la Superliga. En esta situación no existirá ni para el Real Madrid ni para nadie. Es imposible".

El Barcelona, en un comunicado publicado el jueves por la noche, insistió en que "es necesario emprender reformas estructurales destinadas a garantizar la sostenibilidad financiera y la viabilidad del mundo del fútbol".

Mientras todos se bajaban del barco, Florentino y Laporta, la extraña pareja, se aferraban al sueño de la Superliga y a esa lluvia de millones que les permita mirar el futuro con más optimismo.