Si las dudas que rodean a esta selección española son por la juventud y la inexperiencia en los grandes torneos, borren todo lo escrito y retiren todo lo dicho. Porque hoy España superó en Copenhague la reválida y la selectividad de un plumazo. Ganó 5-3 a Croacia, la actual subcampeona del mundo, en un partido loco, un ida y vuelta eterno en el que España comenzó perdiendo con una pifia monumental y luego se dejó empatar cuando iba 3-1 arriba en el minuto 86.

Se repuso el equipo de Luis Enrique de todos los golpes y salió victorioso en la prórroga, donde abrochó el triunfo y el billete a los cuartos de final de la Eurocopa con una volea de Álvaro Morata con la que se quitó kilos y kilos de presión. Permiso para soñar en grande.

Pablo Sarabia (38’), César Azpilicueta (57’), Ferrán Torres (76'), Álvaro Morata (100') y Mikel Oyarzabal (103') anotaron los goles de España en Copenhague, donde Croacia se adelantó con un tanto de Pedri en propia meta (20') tras un error de Unai Simón y empató después en un abrir y cerrar de ojos por medio de Mislav Orsic (86') y Mario Pasalic (92').

España supera así la ronda de octavos en un gran torneo por primera vez desde su época gloriosa, exactamente desde que ganó la Eurocopa 2012, y buscará el viernes en San Petersburgo (18:00 horas en Telecinco) el pase a las semifinales ante Suiza, que superó en los penaltis a la todopoderosa Francia tras lograr el 3-3 definitivo en el descuento.

El error y la redención de Unai Simón

Unai Simón, que está disputando su primer gran torneo como portero de la selección, fue el gran protagonista de la tarde en Copenhague. Primero, porque tuvo un fallo estrepitoso cuando mejor estaba España en la primera mitad. Y segundo, porque realizó dos paradas salvadoras mediado el segundo tiempo cuando su selección ya mandaba por 2-1. Para lo malo y para lo bueno, Unai Simón. Unai Simón y diez más para el partido de cuartos, que dirá Luis Enrique.

El portero español Unai Simón camina hacia su portería tras el error que supuso el 1-0 ante Croacia
El portero español Unai Simón camina hacia su portería tras el error que supuso el 1-0 ante Croacia EFE/EPA/Wolfgang Rattay

La jugada que casi le cuesta a España la eliminación fue del todo insospechada. La pelota estaba bien controlada por los defensas cuando Pedri bajó a recibir y tocó atrás para volver a empezar la jugada. El balón pegó un bote y Unai Simón erró en el control: le dio la pelota en el tobillo y siguió su camino directamente hacia la portería.

Minutos antes, Koke y Morata habían fallado sendas ocasiones clarísimas y Luis Enrique quería esconderse detrás de una botella de agua. No se lo creía. El asunto estaba peliagudo para una selección que superó la fase de grupos con muchas dudas y que adolece de galones en el césped. Al límite y con el partido ante la Croacia de Luka Modric cuesta arriba, España sacó carácter, sacrificio y paciencia.

A la prórroga

Fue Pablo Sarabia, uno de los más discutidos de la lista de Luis Enrique, el que puso el empate antes del descanso tras una jugada más de futbolín que de fútbol. Rebote por allí, parada por acá y un rechace muerto en el área que aprovechó Sarabia para enviar a las redes el balón, no sin que éste tocara antes el hombro de un defensor y la cabeza del portero.

Unai Simón, que se retiró al descanso sin haber hecho una sola parada, enfiló el túnel de vestuarios escuchando los consejos de David de Gea, al que desbancó de la titularidad. También con los aplausos de Sergio Busquets y el resto de jugadores. En el segundo tiempo, Simón salvó a España con dos meritorias paradas cuando su equipo vencía ya 2-1 por el cabezazo de César Azpilicueta.

Ferrán Torres amplió distancias en el 77' al culminar con una clase magistral un pase largo y milimétrico de Pau Torres, pero todavía quedaba sufrimiento. Porque Orsic, que había entrado en el 67', le echó pimienta al partido con un gol en el 86' y Pasalic envió el encuentro a la prórroga en el tercer minuto del descuento.

España se recuperó del mazazo psicológico y decidió la prórroga con una volea tremenda de Morata y otro tanto de Oyarzabal en la primera mitad del alargue. Quedaba todavía sufrimiento, pero ya no hubo más sorpresas. Suficiente había pasado ya.