En medio de un estruendoso silencio, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fueron inaugurados en una ceremonia rara, sin público, triste y con el coronavirus como gran protagonista. “Declaro inaugurados los Juegos de Tokio que celebran la XXXII Olimpiada de la Era Moderna”, ha señalado el emperador Naruhito a las 23:14 horas de Tokio para que empezaran oficialmente los Juegos más extraños de la historia. Los del silencio. Los de las mascarillas y la distancia social.

"Hoy es un día de esperanza, es muy diferente a lo que todos nos habíamos imaginado, pero estamos todos juntos", ha añadido Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional. Con un año de retraso por la pandemia, el Estadio Nacional de Tokio solo tuvo a periodistas, operarios y personal de seguridad como espectadores de lujo de una ceremonia sobria, muy alejada del festival musical de Londres 2012 o la samba de Río de Janeiro 2016. Estos Juegos serán diferentes a todos los que se han celebrado hasta el momento. Y la ceremonia inaugural no podía ser menos. (Consulta aquí el calendario completo de los Juegos Olímpicos de Tokio)

Una música tenue, triste, como si de un funeral se tratara, fue la banda sonora en el inicio de la ceremonia. Más de 60.000 asientos vacíos y unos pocos aplausos para un show dedicado a los miles de personas que han fallecido en este último año y medio por la pandemia de coronavirus. "Tendrán siempre un lugar en nuestro corazón", dijo el maestro de ceremonias por los altavoces después de que sonara, como marca la tradición, el himno del país anfitrión.

El momento de España

Después empezaron a desfilar, uno a uno, los 206 países que tendrán representantes en los Juegos. Grecia, cuna de los Juegos Olímpicos, abrió el camino a las 20:41 hora local y Japón cerró el desfile una hora y 57 minutos después. En vez de dar una vuelta completa al estadio como se hace habitualmente, los atletas cruzaron el estadio por en medio y después se colocaron en los laterales del pasillo.

Alemania, China, Estados Unidos, Francia y Japón fueron las delegaciones más numerosas. España también desfiló con varias decenas de atletas. Saúl Craviotto y Mireia Belmonte, con cuatro medallas olímpicas cada uno en su palmarés, sostuvieron la bandera española en la primera ceremonia igualitaria de la historia en la COI, con un abanderado de cada sexo.

Muchos atletas se marcharon del estadio nada más desfilar su delegación. La ceremonia es larga y obliga a los deportistas a estar muchas horas de pie a un día de que arranquen las competiciones. De hecho, cuando Japón entró por la pasarela apenas quedaban ya representantes de España.

Imagen de la bola del mundo que han formado cientos de drones encima del Estadio Olímpico
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EFE/EPA/CHRISTOPHER JUE

Una espectacular puesta en escena con drones

El Comité Organizador se dejó lo mejor para el final. Tras el desfile, cientos de drones con luces comenzaron a volar sobre el cielo de Tokio y dibujaron primero el logo de los Juegos y después formaron un globo terraqueo que empezó a girar sobre el Estadio Olímpico. Y en ese momento empezó a sonar Imagine, el himno de John Lennon, interpretado por varios artistas de renombre internacional, entre ellos el español Alejandro Sanz.

La ceremonia acabó con la tenista local Naomi Osaka recibiendo el fuego olímpico de un grupo de niños en el centro del estadio y encendiendo el pebetero. Ahí permanecerá la llama hasta que el 8 de agosto empiece el camino hacia París 2024.