A bravucón seguramente no hay nadie que gane a Enmanuel Reyes en la Villa Olímpica de Tokio. “Yo soy el peligro”, dijo un día antes de debutar en los Juegos. “Decían que entraba un tifón, ¿no? Pues aquí está el tifón: Enmanuel Reyes dando palos”, añadió al día siguiente tras mandar a la lona al actual subcampeón olímpico de los pesados.

Yo vine a buscar mi oro y el que se ponga encima del ring, se va a caer”

Así se desenvuelve con los puños y con la lengua la principal baza de España para acabar con dos décadas de sequía en el boxeo olímpico. Tras noquear al kazajo Vassily Levit, este viernes se subirá al cuadrilátero frente al cubano Julio la Cruz en los cuartos de final (12:54 del mediodía en España). Si gana, medalla asegurada, porque en boxeo se reparten dos bronces a los semifinalistas que pierdan. (Consulta el calendario completo de los Juegos Olímpicos)

Pero Enmanuel Reyes no ha venido a Tokio a por el bronce. Tampoco firma la plata. “Mis respetos a Julio, pero aquí vamos a arrancar cabezas. Yo quiero el oro para España, que fue el país que me ha dado la oportunidad de ser olímpico”, señaló el martes en la zona mixta del Arena Kokugikan.

Salir de Cuba para triunfar

Nacido el 14 de diciembre de 1992 en una familia de músicos de la Habana, Enmanuel Reyes siempre quiso triunfar como púgil en Cuba. El país caribeño es una de las mejores escuelas de boxeo del mundo, 73 medallas olímpicas así lo atestiguan, pero eso conlleva un problema. Y es que cada país puede presentar a un número determinado de deportistas a las competiciones internacionales. Enmanuel Reyes esperó y esperó, pero siempre había alguno por delante de él para los Panamericanos y para los Juegos.

En 2019 decidió hacer las maletas en busca de su sueño, ser olímpico. Tenía unos tíos viviendo en Coruña. Ahora solo había que llegar allí. Como no tenía un visado, voló desde Cuba a Bielorrusia porque no se necesitaba visado y viajó a Moscú, donde estuvo cuatro meses casi sin salir de una habitación por miedo a que le pudieran detener, pensando en cómo entrar en la Unión Europea. consiguió llegar a Austria y reclamó asilo político antes de entrar en un centro de refugiados.

No fue el último, porque dos meses después cruzó la frontera a Alemania, desde donde intentó pasar a Francia. Pero fue detenido y llevado a otro centro de refugiados. Tuvo que regresar a Austria. Finalmente cogió un vuelo a Barcelona y de ahí marchó hasta Coruña para juntarse con su padre, su tío y su abuela.

Enmanuel Reyes, durante su combate de octavos de final

Coe/Nacho Casares

Sus primeros Juegos Olímpicos

Una vez instalado en Coruña, contactó con la Federación Española de Boxeo (FEB). Visto su potencial, no costó que el Gobierno le entregara la nacionalidad en enero de 2020. Y de ahí, a los Juegos. “Todo el mundo tiene un camino duro en la vida, con mucho sacrificio y esfuerzo, todo lo que pasé no fue en vano”, explicó ya desde la Villa Olímpica. “Pero estamos aquí y venimos a por la medalla de oro, es el objetivo. Poner en alto la bandera de España”.

El sorteo del cuadro olímpico le colocó en un escenario complicado. Primero, un debut ante el kazajo Vasili Levit, actual subcampeón olímpico y medalla de bronce en los mundiales de 2017 y 2019.

"Me ha tocado en el cuadro de los grandes boxeadores. Pero ellos no son un peligro para mí, yo soy el peligro para ellos”, había advertido en la víspera. En el segundo asalto, Levit estaba en la lona. Ahora le toca a Julio la Cruz, el campeón olímpico de Río. “Yo vine a buscar mi oro y el que se ponga encima del ring, se va a caer”, lanzó Reyes con su verborrea. "El trabajo sólo terminará con el oro. Eso es, el oro. Sólo quiero mi oro. Respeto a mis rivales, pero el rival soy yo".