Durante los últimos años, a las preguntas insistentes de los periodistas respondían sin cifras. Ahora, con el Mundial ya comenzado, el comité organizador del torneo pone cifra públicamente a la magnitud de la tragedia que han sufrido los migrantes que levantaron los estadios de fútbol: "entre 400 y 500" obreros han perdido la vida durante los años previos al campeonato.

Así lo ha detallado el máximo responsable del comité organizador del Mundial, Hassan Al Thawadi, en una entrevista con el canal británico TalkTV. Hace meses, en una entrevista con varios medios de comunicación incluido El Independiente, Al Thawadi negó rotundamente la cifra proporcionada por una supuesta investigación de Amnistía Internacional publicada por el rotativo británico The Guardian, que situaba la cifra en los 6.500 fallecidos.

"Se habló de 6.500 trabajadores muertos, pero ya dijimos que se habían malinterpretado los datos. Si fueran esas las cifras, yo mismo diría que se trataba de un genocidio», señaló Al Thawadi. "La realidad es bien diferente. Por desgracia, son los titulares sensacionalistas los que se terminan propagando", denunció. "Hemos intentado que este torneo contribuya positivamente a las vidas de la gente en forma de un legado que siga más allá del evento".

Hasta ahora las autoridades qataríes solo habían admitido la muerte de 40 personas en los trabajos de construcción de los campos. Ahora, sin embargo, Al Thawadi asegura que "cada año la seguridad en estos sitios está mejorando". "No tengo el número exacto, pero una muerte es una muerte, ya es demasiado. Es claro y simple", indica.

Desde el Comité Supremo encargado de organizar el torneo se ha matizado que la cifra se refería a las estadísticas nacionales de 2014 a 2020 que cubrían todas las muertes relacionadas con el trabajo en todo el país en Qatar, abarcando todos los sectores y nacionalidades. "Creo que, en general, la necesidad de una reforma laboral indica que hay que realizar mejoras. Esto es algo que reconocimos antes de llevar a cabo la candidatura. Las mejores que se han producido no ha sido por la Copa del Mundo. Hemos tenido que hacerlas por nuestros valores", agrega. "La Copa del Mundo ha servido como un acelerador", insiste.

Sin seguros de vida obligatorio

Las cifras de muertos y heridos han sido siempre cuestionadas abiertamente por las organizaciones de derechos humanos que han investigado las muertes. “Debido a la escasez de datos y a la falta de investigaciones, no está claro cuántos han muerto específicamente en relación con la Copa del Mundo”, replica a este diario Nicholas McGeehan, director de Fair/Square, una de las ONGs que más intensamente han trabajado en el asunto. “Ha habido una gran negligencia en relación con la protección de los trabajadores. Es posible que nunca se conozca la verdadera magnitud de las muertes y las lesiones, pero han sido significativas y la mayoría se podían haber evitado”, se queja McGeehan.

Amnistía Internacional considera que el asunto está lejos de haber concluido. "El continuo debate sobre el número de trabajadores y trabajadoras que han muerto en la preparación de la Copa Mundial pone de manifiesto la cruda realidad de que muchas familias en duelo siguen esperando la verdad y la justicia", señala Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de la organización.

"A lo largo de la última década, miles de trabajadores han regresado a casa en ataúdes, sin que se haya dado ninguna explicación a sus seres queridos. Es probable que el calor extremo y las duras condiciones de trabajo de Qatar hayan contribuido a cientos de estas muertes, pero sin una investigación completa nunca se podrá conocer la verdadera magnitud de las vidas perdidas", agrega. "Mientras tanto, las familias sufren la angustia añadida de la grave inseguridad económica que supone la pérdida del principal asalariado".

A juicio de Amnistía, "no existe nada natural en esta escala de pérdidas y no puede haber ninguna excusa para seguir negando a las familias la verdad, la justicia y la compensación". "Hasta que no se remedien todos los abusos sufridos por los trabajadores migrantes en Qatar, el legado de esta Copa del Mundo se verá gravemente empañado por su maltrato", subraya.

Hasta ahora las peticiones de las organizaciones de derechos humanos han sido ampliamente ignoradas. “La FIFA y Qatar se niegan a indemnizar a quienes perdieron sus vidas y sus medios de vida. Necesitamos indemnizaciones para hacer justicia a quienes sufrieron daños evitables, y necesitamos urgentemente que se investiguen las muertes de los trabajadores para evitar este patrón de muertes innecesarias. Si la FIFA no puede aceptar esto, habrá que plantear serios interrogantes sobre su idoneidad para gobernar el fútbol mundial y habrá que debatir seriamente modelos alternativos”, arguye.

Desde la organización del Mundial, en respuesta a este diario, rechazan la propuesta de ofrecer nuevas y más elevadas indemnizaciones a las familias de los fallecidos y reconocen, de paso, que los migrantes han trabajado durante años sin seguro de vida. “El Comité Supremo ha convencido a varias empresas contratistas para que contraten un seguro de vida para sus trabajadores, a fin de garantizar una indemnización digna a las familias en caso de fallecimiento o invalidez”, responde.