España vuelve a caer en un Mundial en octavos de final y en la tanda de penaltis, tal y como sucedió hace cuatro años en Rusia, esta vez ante Marruecos. El miedo a perder condenó a España, que salvo en ocasiones contadas no intimidó a Marruecos durante 120 minutos. Con el 0-0 todo se decidió en los penaltis, donde la Selección no fue capaz de meter ni uno y Marruecos se impuso con un panenka final de Hakimi.

La Selección ha tenido una posesión insultante, pero no ha sido capaz de meter en serios apuros a Marruecos hasta los minutos decisivos, donde se ha lanzado contra la portería de Bono y Sarabia ha estrellado su remate al palo.

Los nervios y la tensión han protagoinzado gran parte de la primera mitad del choque de octavos de final entre España y Marruecos. Los de Luis Enrique se han mostrado atenazados durante el comienzo del encuentro, aunque a medida que han dominado el balón con más seguridad han crecido en el partido y han conseguido tener más presencia en campo contrario.

El técnico asturiano pedía calma desde la banda y sus chicos gozaron de sus mejores minutos cuando bajaron sus pulsaciones, o al menos, cuando menos parecían tener. Las estancias de España en terreno marroquí no se han traducido en ocasiones claras, más allá de una llegada de Marco Asensio que el falso '9' ha finalizado contra el exterior de la red. Los africanos han salido con agresividad, con las líneas muy juntas y expectantes a un robo que les pudiera lanzar a la contra.

Los duelos han caído del lado marroquí en el primer tramo, excepto cuando Gavi estaba por medio, ya que, como de costumbre, ha sido el jugador español más contundente en este aspecto. España ha llevado el peso del partido y su presión ha acercado a los leones del Atlas hacia su área, sin embargo, Marruecos ha amenazado la meta de Unai Simón con más acercamientos, ninguno de ellos claro, en los 45 minutos iniciales. La igualdad reinó al descanso en el Education City con la sensación de que la segunda parte, o la prórroga o los penaltis, podían decidir el futuro de España en Qatar.

España salío con la misma idea del vestuario pero con mayor convicción, y hundió a Marruecos un paso más cerca de Bono. El control de la Selección no se tradujo en ocasiones, aunque los jugadores trasmitían mayor seguridad y los africanos estaban cada vez más lejos de Unai Simón. El cerrojo marroquí no cedía y Luis Enrique recurrió a Morata, su máximo goleador en el Mundial, y a Soler para intentar de abrir el tesoro. Gavi, que era uno de los mejores de España hasta el momento, y Asensio, fueron los sustituidos. Además, Nico Williams saltó al césped por Ferrán Torres y agitó la banda derecha con su velocidad y desparpajo.

La entrada de Morata ayudó a fijar a la defensa marroquí para generar espacios en los flancos que fueron insuficientes para que España pudiera crear remates con cierto peligro en los 90 minutos reglamentarios.

La prórroga fue un monólogo total de España, aunque Marruecos tuvo la mejor baza para adelantarse, algó que evitó Simón con un pie prodigioso en un mano a mano con Cheddira. Ansu Fati y Balde se unieron a Morata y Williams y dieron piernas y desborde a España, que se volcó contra la portería de Bono, mientras que Marruecos demostró que su interés era llegar con el 0-0 al final y decidir el cruce en los penaltis. Sarabia sustituyó a Williams en un cambio de los que ya se hacen con la mente puesta en el desempate a penaltis y sobre la bocina estrelló un remate al palo derecho de Bono.

Marruecos dio señas durante toda la segunda parte y la prórroga que su convencimiento estaba en el desempate de los penaltis. Los africanos forzaron el partido hasta la situación y allí mostró mucho mayor acierto y decisión que los de Luis Enrique. Los africanos comenzaron marcando y Sarabia falló a las primeras de cambio. El cielo de Qatar se nublaba para España, que encajaba el segundo penalti y volvía a errar, esta vez por medio de Soler. Unai Simón delvolvió ciertas esperanzas a España con una parada, sin embargo, Bono se encargó de echar una palada más sobre las aspiraciones de España con su segunda parada en la tanda. Hakimi se dirigió a los 11 metros y con maestría, a lo panenka, selló la clasificación histórica de Marruecos -primera vez en cuartos de un Mundial- y la eliminación de España.