La víctima de 47 años y residente en Extremadura, ha fallecido ocho días después de dar positivo en una prueba PCR. Los familiares reclamaron atención medida presencial por el empeoramiento de la malograda pero estas peticiones fueron ignoradas, según la familia. Ahora, exigen responsabilidades al Servicio Extremeño de Salud "por la gravedad de los hechos" que denuncian. Tanto su marido como uno de sus hijos también han presentado resultado positivo a las pruebas PCR realizadas.

Según un escrito de la familia, la mujer expresó sentir asfixia y mal estar. Cuatro días después del diagnóstico, los familiares llamaron al Centro 112 de Extremadura y al propio centro de salud de la localidad de Aceuchal (Badajoz). Los servicios sanitarios explicaron que se encontraban "muy saturados" y a las dos o tres horas se comunicaron con la familia para hacer la consulta por vía telefónica.

La mujer sufrió un agravamiento de su asfixia y un ascenso de su temperatura corporal, que llegó a los 39º. La víctima presentó cansancio y desorientación, propio de la falta de oxígeno en sangre. Asimismo, "echaba espuma por la boca", por lo que los médicos prescribieron ansiolíticos, una vez más vía telefónica y sin valoración presencial.

El día 19 de octubre la víctima fue trasladada al Hospital de Tierra de Barros tras numerosas llamadas al centro de salud y al 112, ese mismo día falleció. Los familiares reproban que el consejero extremeño de Sanidad "deje morir a una persona joven en su casa asfixiada por la gestión que están haciendo de la atención primaria".

Los familiares exigen la apertura de un "expediente disciplinario y sancionador a los responsables facultativos que omitieron las llamadas reiteradas" que alarmaban de la situación.