Imagínese quedar con sus amigos de siempre. Poner los móviles sobre la mesa y que cada vez que le llegue un mensaje, una llamada, un email; este sea visto, oído y leído por todos ellos. Quizá esa gente a la que cree conocer como la palma de su mano no era lo que usted creía, tendría secretos de faldas, de amistades, de sexualidades no asumidas, tendría un matrimonio roto, una hija más compleja... Este es el guión de la nueva película de Alex de la Iglesia, la versión española de la italiana Perfectos desconocidos, dirigida por Paolo Genovese (el mismo título), y que le encargó Telecinco a uno de nuestros directores más cotizados.
Para llevarla a cabo ha contado con Jorge Guerricaechevarría, con el que ha hecho alguna que otra modificación del guión, y con actores de la talla de Eduardo Noriega, Ernesto Alterio y su pareja, Juana Acosta, además de Eduard Fernández, Belén Rueda, Pepón Nieto y Dafne Fernández. "En el momento en que te pones a rodar la haces tuya; es muy mía", ha asegurado sobre esta adaptación que llega este 1 de diciembre a los cines.
De algún modo, las redes te obligan a una vida en común, tu ya has vendido tu alma"
El gran cambio que ha introducido de la Iglesia a este filme ha sido el personaje que interpreta Pepón Nieto, al que considera algo así como "un alter ego". "Esa es otra aportación mía al guión", ha comentado en una entrevista a la Agencia Efe, a lo que ha añadido sobre la temática que en su caso "puede que tenga en WhatsApp a cientos de personas, y me están saltando los mensajes constantemente. Y no puedo. De algún modo, las redes te obligan a una vida en común, tu ya has vendido tu alma, has enseñado tus fotos y has fanfarroneado con lo bien que te lo pasas".
Otro de sus toques personales en esta película ha sido la introducción de un eclipse lunar, una luna roja que "vuelve locas" a las personas", les hace cambiar su comportamiento. Como indicaba la actriz Juana Acosta, "es muy de Álex. Así justifica un poco nuestra forma de actuar y el final de la película".
Una forma de actuar que es lo que engancha de la película, ver como el ser humano al exponerse a determinados problemas saca su lado más animal, su peor versión. Como al poner sobre la mesa la intimidad de cada uno de los personajes su vida se tambalea, se rompe. Tal y como aseguraba el director, "al final los móviles son como pistolas". Es el final lo más inesperado de está película, que presenta de la Iglesia tras el éxito de El Bar y que pone de manifiesto la necesidad de la sociedad actual de dar a conocer todo sobre nuestras vidas. "La gente cree que hay que ser sincero, pero no debemos compartirlo todo, no es necesario", sentenciaba el director.
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