Durante los últimos años se le veía alternando solo. Era el único superviviente de una cuadrilla que había revolucionado los bares de San Sebastián a principios de los años 60. Iban del Arzak al Astelena, al Aralar, al Txukun, al Patxiku Kintana... Carlos Pérez Garrido, que ha fallecido este 23 de febrero, pertenecía a un grupo de amigos que no se saltaban ni una tarde la tradición de que cada uno pagase una ronda en un bar distinto. Ellos eran casi veinte y, como él recordaba hace unos años en una entrevista al filósofo Gerardo Cornejo, el 90 por ciento de los días acaban cantando ópera a las tantas de la mañana. "Con café, copa y puro".

En aquella época, los jóvenes se juntaban en peñas taurinas. Cada una dedicada a una figura distinta. Sería uno de los amigos de Carlos, Miguel Ángel, el que dio con Gabriel de la Haba, Zurito, de Córdoba, y el que decidió que se reunirían bajo el nombre de este torero. Así, los zuritos, iban de bar en bar pidiendo el tradicional txikito de vino. Todos, menos Carlos. "Yo tomaba vino, pero estaba hasta los cojones de esa mierda. Era peleón y empecé a pedir cerveza", le confesó a Cornejo.

Oye, ¿no tenemos una Peña Zurito? Pues lo llamamos así, zurito"

Mientras el resto de la cuadrilla se bebía los txikitos en dos sorbos, Carlos dejaba en cada bar media caña. "Pero de repente se empezaron a sumar otros, a no tomar vino. Pasamos a ser 5 y de repente éramos 8. Total, que empezamos a meter presión: no me pongas una caña, ponme media. 'Un mini', decíamos, 'un mini de cerveza'". Los camareros tardaron en concederles ese medio vaso, pero sería en el bar Irutxulo, de Patxi Alkorta, donde comenzaron a tirárselas más cortas.

Poco a poco, la gente empezó a copiar la idea y a pedir ese "mini de cerveza" para poder seguir el ritmo a los de los txikitos. "Un día alguien dijo: 'Qué pena que no tengamos un nombre para esto'. Y probablemente se le ocurriría a Patxi: "Oye, ¿no tenemos una Peña Zurito? Pues lo llamamos así, zurito". El nombre se extendió con rapidez y mientras en el resto de España se pedía un corto de cerveza, en el País Vasco se exigía un zurito.

"Él no le puso el nombre pero fue el que inventó la idea de tomarse ese medio vaso de cerveza", asegura Cornejo. "Durante la entrevista le pregunté por el rumor de que fue el propio Gabriel de la Haba, Zurito, el que pedía esos cortos y lo negó en rotundo". "Si ése hubiera venido a la parte vieja, hubiera estado con nosotros", sentenció.