El padre de Meghan Markle, Thomas Markle, lo tenía todo preparado para viajar a Londres la semana que viene y ver en primera persona las celebraciones por el Jubileo de la reina (el día 2 de junio será el gran acto central con la aparición de la soberana en el balcón de palacio). Según la prensa británica, estaba previsto que Thomas Markle participara en programas de televisión y que ejerciera de tertuliano durante las retransmisiones del jubileo. Incluso había expresado su deseo de conocer en persona a la reina Isabel II y al príncipe Carlos, con los que aún no ha tenido el placer de cruzar ni media palabra a pesar de su parentesco familiar.
Sin embargo, este lunes una ambulancia condujo a Thomas Markle a la clínica Chula Vista, de California, tras haber sufrido un aparatoso ataque. No es la primera vez que lo vemos en un hospital: hace relativamente poco fue visto llegando con una máscara de oxígeno a un hospital de Tijuana, en México, país donde reside desde hace años.
Problemas de corazón de Thomas Markle
Que el padre de Meghan Markle, un antiguo director de iluminación de series de televisión, sufre del corazón era conocido. De hecho, fue la explicación que se dio para justificar que no asistiera a la boda de su hija con el príncipe Harry en el 2018. Un comunicado de la corte británica dejaba claro que el señor Markle acababa de sufrir un ataque y debía someterse a una operación quirúrgica, lo que le impedía montarse en un avión. El príncipe Carlos, padre del novio, fue quien llevó a Meghan al altar.
Últimamente, además, se había hecho público que su presión sanguínea era peligrosamente alta, lo que al parecer le habría provocado un ataque. Incluso algunos medios hablan de un derrame. El estado de salud es incierto dado que no hay comunicado oficial, aunque algunos periódicos británicos aseguran que su situación es delicada y que podría haber perdido el habla. La única de la familia en hacer declaraciones ha sido Samantha, una de las hijas de Thomas de su primer matrimonio y hermanastra de Meghan. Al Daily Mail le ha dicho que: "Mi padre se está recuperando en el hospital. Pedimos privacidad hacia la familia, hacia su salud y bienestar. Sólo necesita paz y tranquilidad".
Se sabe que Thomas Jr., uno de sus hijos varones, está con él en el hospital y que Samantha tenía pensado tomar rápidamente un avión desde Florida, donde vive, hacia California. Sin embargo, no hay ni pista de Meghan ni avisos de que vaya a ir a verlo, y eso que su casa en Montecito, donde vive con Harry y sus dos hijos (Archie y Lilibet), está a escasas horas en coche del hospital donde está su padre.
Una relación inexistente
La relación entre padre e hija es muy tensa desde hace años. Según la prensa británica, ambos no se han dirigido la palabra desde antes de la boda. Supuestamente, Meghan Markle se puso furiosa cuando su padre vendió fotos suyas en México a varios paparazzis semanas antes de su boda. Thomas pactó con algunos fotógrafos hacerse fotografías como si lo hubieran pillado infraganti: se dejó fotografiar en un cibercafé ojeando un diario online donde se hablaba de la boda, en un banco ojeando una revista sobre Inglaterra y también en una tienda mientras se probaba un traje. La propia Meghan reconoció en su famosa entrevista a Oprah Winfrey que aquello le dolió enormemente. "Los tabloides aparentemente habían conocido el montaje más o menos un mes antes y decidieron esperar hasta el domingo antes de nuestra boda porque querían crear más drama", alegó Meghan indignada.
Que encima su padre no parara de aparecer en televisiones británicas y en tabloides comentando noticias de la familia real no ayudó en absoluto. Meghan llegó a escribirle una carta donde dejaba claro que rompía toda relación con él. Y, por lo que se sabe, probablemente el padre de Meghan no habría conocido aún a sus nietos.
A Meghan Markle, sin embargo, la situación no le quita el sueño y se sabe que ya lo tiene todo previsto para viajar próximamente a Londres para participar en las celebraciones del jubileo de platino de Isabel II. Aunque se sabe que, con toda probabilidad, no aparecerán en el balcón del palacio de Buckingham, sí que asistirán al servicio religioso que se organizará en la catedral de San Pablo. Además, Meghan y Harry aprovecharán la ocasión para que la Familia Real conozca por fin a la pequeña Lilibet, su hija pequeña, nacida en California hace casi un año.
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