En el corazón de las Merindades burgalesas, a unos 100 kilómetros al noreste de la capital, se encuentra Frías, un pequeño pueblo con grandes historias que contar. Con apenas 300 habitantes, este lugar medieval encantador ha sido durante mucho tiempo un secreto guardado celosamente entre los viajeros que se aventuran a explorar rincones únicos de España.

Pero ahora, Frías se prepara para recibir a todos aquellos que deseen descubrir su magia medieval y su rica historia.

Desde su ubicación en el Valle de Tobalina, en un cerro alargado llamado La Muela, hasta su imponente castillo que domina el horizonte, Frías respira historia por cada una de sus empedradas calles.

Fundada en la época romana y consolidada durante la Edad Media, esta ciudad ha sido testigo de batallas, conquistas y momentos de esplendor que han dejado una profunda huella en su arquitectura y en el alma de sus habitantes.

Qué ver en Frías

Al pasear por las calles de Frías, uno se encuentra con una sucesión de monumentos y lugares de interés que narran su fascinante pasado. Desde el Castillo de los Duques de Frías, con sus imponentes ruinas que se alzan sobre el peñasco, hasta las casas colgadas que desafían la gravedad en el borde del precipicio, cada rincón de esta ciudad medieval cuenta una historia única.

La Iglesia de San Vicente Mártir, con su retablo mayor y su encantador parque frente a sus puertas, es una llamada a los visitantes para que se sumerjan en su arquitectura románica. Mientras tanto, el Puente Medieval, con sus nueve arcos y su torre defensiva, transporta a los viajeros a tiempos pasados, cuando Frías era un importante enclave en la ruta entre la meseta castellana y el norte de la península ibérica.

Tradiciones arraigadas de Frías

Pero Frías no solo es historia y monumentos, ya que también es un lugar de celebración y tradición. Cada año, en la Fiesta del Capitán, los habitantes de Frías conmemoran la rebelión contra el poder feudal y la liberación de las tropas napoleónicas con danzas, música y procesiones que recorren las calles del pueblo.

Y en la Feria Agrícola y Artesanal, a finales de agosto, los visitantes tienen la oportunidad de disfrutar de los productos locales y de la artesanía tradicional de la región.

Un destino para todos los viajeros

Con su impresionante paisaje, su rica historia y su cálida hospitalidad, Frías se presenta como un destino ideal para todos aquellos que buscan desconectar del bullicio de la vida moderna y sumergirse en la tranquilidad y la belleza de un pueblo medieval.

Ya sea explorando sus monumentos históricos, disfrutando de la gastronomía local o simplemente paseando por sus pintorescas calles, Frías ofrece una experiencia única que cautiva los sentidos y deja una impresión imborrable en el corazón de quienes la visitan.

Así que si estás buscando una escapada inolvidable en el norte de España, no busques más: Frías te espera con los brazos abiertos para mostrarte la ciudad más pequeña, pero también la más encantadora, de Burgos.