En una de las entrevistas más emotivas y sinceras de la temporada, el base de baloncesto Ricky Rubio se abrió en el programa Lo de Évole para hablar sin tapujos sobre los duros episodios de salud mental que ha atravesado a lo largo de su carrera. Rubio, que debutó en la élite con solo 14 años, compartió con Jordi Évole los retos de crecer bajo el foco mediático y la presión constante del deporte profesional.

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Una presión que vive desde la adolescencia

Rubio relató cómo la fama le llegó demasiado pronto y cómo, desde muy joven, tuvo que lidiar con un entorno que no estaba preparado para proteger a un adolescente de la exposición mediática. A sus 14 años, y cuando sólo iba de espectador a uno de los entrenamientos, acabó participando y demostrando que su talento era algo sobrenatural.

Al día siguiente de ese entrenamiento, acabó yendo a Andorra a hacer la pretemporada y acabó debutando en la liga ACB con el Joventut, siendo el jugador más joven de la historia de la liga en hacerlo. "Alguien, con 14 años, no tendría que estar en ese foco por mucho que lo haga bien. No está preparado para vivir este mundo que puede ser caníbal", confesó el jugador, subrayando la importancia de tener una base sólida para soportar esa presión.

El tabú de mostrar debilidades en la NBA

Durante la entrevista con Évole, el español recordó el consejo de un veterano de la NBA, quien tras verle mostrando sus sentimientos en rueda de prensa le sugirió: "No enseñes en la prensa ningún punto débil tuyo porque van a ir a por ti. Aquí todos somos tiburones y cuando olemos sangre vamos a por ti". Esta advertencia, tal y como asegura, le llevó a reprimir sus emociones y a esconder su vulnerabilidad, lo que, según reconoció, le frenó y le hizo sentir que debía mostrar una imagen "falsa y bonita" para triunfar. El base reconocía también en la entrevista no estar satisfecho con su carrera. La autoexigencia y la presión le llevaron a pensar que no era suficiente nada de lo que hacía. "Si ahora repaso mi carrera no estoy satisfecho, porque nunca ha sido suficiente".

El golpe de la depresión y la pérdida de su madre

Uno de los momentos más duros de la charla fue cuando Ricky Rubio habló de la muerte de su madre por cáncer en 2016, un episodio que le sumió en una profunda depresión. "Sentí que me estaba volviendo loco, como hablando conmigo mismo. En esos meses le eché la culpa a todo, estaba furioso y pasé por una depresión", relató. El dolor fue tan intenso que, durante la concentración del Mundial de Baloncesto de 2023, Rubio decidió parar: "Una noche en el hotel dije: no quiero seguir, no ya con el baloncesto, sino con la vida. Hay un momento donde todo te pesa tanto…".

Un mensaje para romper el "tabú" de la salud mental

Ricky Rubio ha querido utilizar su experiencia para visibilizar la importancia de la salud mental, tanto en el deporte de élite como en la vida cotidiana. "Puedo entender a mucha gente, tanto que está en el momento de éxito como, por desgracia, muchos que se han quitado la vida", reflexionó el jugador, que ahora prioriza su bienestar y el de su familia por encima de cualquier logro profesional.

La conversación que Ricky Rubio ha tenido con Jordi Évole ha sido, en boca del propio Rubio, la última que va a conceder. El base español no quiere "ser el foco" y considera que ha puesto sobre la mesa la necesidad de cuidar la salud mental rompiendo el silencio sobre un tema "tabú" en el deporte de élite.

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