El cuadro 'Retrato de Michele Marullo Tarcaniota' de Sandro Botticelli (1445-1510) y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), que fue exhibido por la galería Trinity Fine Art en la pasada feria londinense de Frieze para su venta, ya se encuentra en España antes de que expirase el plazo para su regreso. Fuentes del departamento Cultura han confirmado a Europa Press que la familia Cambó ha notificado al departamento que dirige Jose Guirao que el cuadro de Boticelli está en España, dentro del plazo que tenía antes de que expirara este martes 15 de octubre el permiso para salir de España.

Asimismo, la propia galería ha asegurado que la obra volvió a España el pasado miércoles 7 de octubre "antes de que se acabara la licencia temporal que fue concedida". De esta manera, el 'Botticelli' habría vuelto a manos de la familia Cambó tan solo un día después de que concluyera la feria de Frieze. Por el momento, la galería ha trasladado varias "ofertas serias" por la pintura a sus propietarios, que deberán valorar ahora la posible venta, siempre con las limitaciones que conlleva el hecho de que sea un BIC. Fuentes de la galería confirmaron que este proceso "podría llevar tiempo".

"Es lo normal para una pintura de esta relevancia", añadieron estas mismas fuentes, tras apuntar que el precio fijado de salida era de 30 millones de dólares (27,3 millones de euros). 'Retrato de Michele Marullo Tarcaniota' fue declarado Bien de Interés Cultural en 1988, lo que supone restricciones para su salida de España. Tal y como explican desde la galería, este es el último Botticelli en manos privadas disponible en el mercado internacional. La obra estuvo colgada en el Prado durante más de una década, prestada por una notable colección española, y ha sido exhibida en el Met y otros importantes museos internacionales.

Marullo, un exiliado de Constantinopla después de que cayó en manos de los turcos, fue un reconocido poeta latino en la corte de los Medici, así como un mercenario que luchó contra los ejércitos de Cesare Borgia en Italia. Se cree que este retrato puede ser póstumo, posiblemente encargado por su esposa poco después de su muerte accidental por ahogamiento. A diferencia de las obras anteriores de Botticelli vendidas en las últimas décadas, este retrato está pintado completamente por la mano de Botticelli. En aquella época, los retratos eran costosos en contraste con las imágenes religiosas producidas por el artista con asistentes en su taller.