El 25 de marzo de 1523 el arzobispo Antonio de Rojas Manrique colocó la primera piedra de la Catedral de Granada. Era el primer paso para edificar un templo catedralicio que terminaría de constituirse oficialmente 181 años después, el 24 de diciembre de 1704. Aunque en realidad, como explica Don Eduardo García, actual deán de la Catedral, esta clase de edificaciones "nunca terminan de construirse".

Quinientos años después García no tiene ninguna duda de que se ha convertido en uno de los grandes atractivos de Granada, que "impresiona" a todos sus visitantes. Un monumental edificio concebido para acoger el panteón real, que comenzó a construirse con estilo gótico y acabó siendo uno de los grandes exponentes del renacimiento y que se erigió como un símbolo de la fe cristiana. Y que, a pesar de todo, continúa bajo la sombra del emblema de la ciudad: la Alhambra.

"Que la mayoría de turistas vienen por el atractivo de la Alhambra es incuestionable. Es tan potente como foco que pone en penumbra al resto de la ciudad, comenta Alberto Moreno, guía de turismo y miembro de AGIP, la Asociación de guías intérpretes del Patrimonio de Granada. Y añade: "Poca gente sabe que la Catedral de Granada es la segunda más grande de España después de la de Sevilla. Y es la más importante de estilo renacentista, porque aquí la mayoría son góticas. Luego ha tenido algunas copias como la de Málaga, pero no son tan grandes".

La Catedral granadina fue concebida por los Reyes Católicos en su intento de volver a cristianizar y evangelizar la ciudad, de gran tradición católica, después de la ocupación musulmana y la reconquista de 1492. Lo cierto es que el cariño que los monarcas, y sobre todo Isabel, profesaban a la ciudad es de sobra conocido. No en vano, ambos están enterrados en la Capilla Real de Granada, ubicada al costado de la Catedral. Esta vinculación hizo que le encargaran el proyecto a Enrique Egas, su arquitecto de confianza, que se inspiró en la Catedral de Toledo para diseñar su idea.

Sin embargo, la llegada al trono de Carlos V, nieto de Isabel y Fernando, cambia esos planes. "Era un hombre de mentalidad nueva y abierta, apasionado por el arte italiano, que estaba de moda. Y tuvo clarísimo que quería hacer una Catedral de estilo renacentista, que es el que ha acabado predominando en el edificio, aunque se ha mezclado a lo largo de los años con otros estilos, como el barroco y el clásico", detalla Moreno.

El proyecto que Carlos V quiso impulsar encargándoselo al arquitecto Diego de Siloé, a quien Moreno considera un "genio", también recogía que el edificio actuara como panteón real en el que enterrar a los reyes españoles. Pero, de nuevo, un cambio de monarca provocó un giro de timón. "Felipe II cambia de parecer cuando llega al trono y traslada el panteón real al Escorial. Y esto provoca que el proceso de construcción se ralentice muchísimo hasta que la obra se termina en 1704", explica García. 

Obras de arte

La Catedral consta de un museo y un archivo que guarda un gran colección de documentos corales, litúrgicos, papales, reales y árabes, entre otros. Toda esa zona es visitable, al igual que el resto de las instalaciones con la excepción de la torre. El edificio es, además, sede de la archidiócesis de Granada. Y está englobado dentro de un complejo catedralicio donde también se incluye la Iglesia del Sagrario y la Capilla Real, el lugar donde se ubica la tumba de los Reyes Católicos. 

El lugar alberga también un gran patrimonio, desde cuadros y orfebrería hasta esculturas y tapices. "La Iglesia siempre ha querido expresar la fe de Dios a través de la belleza. Por eso ha sido siempre impulsora del arte. No se trata de convertir en un museo a la Catedral, sino de entender por qué se hicieron las obras expuestas allí. Cuál es su motivo y sentido, porque incluso el propio edificio tiene una finalidad. Si no sería simplemente un almacén de obras de arte, no tendría razón de ser", asegura García.

Pero en esa colección hay que destacar dos objetos en particular. Por un lado, el cuadro Virgen del Pópolo, también conocido como Virgen de los perdones. Moreno explica que tiene un gran peso histórico detrás: es un regalo del papa Inocencio VIII a la reina Isabel, que fue colocado en la Alhambra el 2 de enero de 1492, tras la reconquista, para oficiar justo enfrente suya una misa para dar gracias a Dios por esta victoria. Por otro lado, también está allí la custodia, un regalo de la reina Isabel La Católica que sale de procesión durante el Corpus Christi, una de las fiestas más importantes de Granada.

En cuanto a los artistas, también cabe detenerse especialmente en uno en concreto: Alonso Cano. "Es nuestro Miguel Ángel de Granada. Fue arquitecto, pintor, escultor y orfebre, y tiene un legado tremendo. La serie pictórica que preside la capilla mayor, por ejemplo, es suya", comenta García. "Tiene también una colección de la Virgen María de siete escenas, que son las mejores composiciones de la Virgen que hay en Granada. Y también hizo la Inmaculada Concepción, una de las tres esculturas más interesantes del barroco español, según muchos expertos", añade Moreno. 

Restaurar la torre y reformar el museo

Sin embargo, no todo es positivo. El deán también detalla que la Catedral está "muy necesitada" de mejoras. Más allá de un mejor mantenimiento general, especifica dos labores en concreto que a día de hoy siguen pendientes. Primero, restaurar la torre para que pueda ser visitable. Y segundo, reformar el museo, que a día de hoy "no reúne las mejores condiciones". 

En lo referente a la celebración por el quinto centenario del inicio de la construcción de la Catedral, García comenta que realizarán un concierto en honor a la Virgen María el sábado. Pero explica que la idea es que el gran homenaje se lleve a cabo en 2028, porque aunque la primera piedra se colocó en 2023, el proyecto de la Catedral que conocemos hoy en día (el giro que se dio cuando Carlos V accedió al trono) se llevó a cabo cinco años más tarde.

"Este es el inicio de un tiempo para pensar y celebrar estos 500 años para seguir siendo un lugar de referencia y riqueza. Pero nos gustaría prolongar este proceso hasta 2028. La intención es que entonces se pueda celebrar un año jubilar, algo que la Iglesia reserva para momentos muy determinados", concluye el deán.