Hay tres hombres vascos que lo hacen todo en España. Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, conocidos en la industria como los Moriarti (así se llama su productora y también el enemigo de Sherlock Holmes, James Moriarty), tienen una filmografía para enmarcar. Hasta su peor trabajo –la repetitiva y convencional Marco, por la que Eduard Fernández ganó el Goya este mismo año– es una película correcta. Con el antecedente de Handia, sobre la persona más alta del siglo XIX, Marco continuaba su exploración sobre la verdad y la identidad.
Los tres –Jon, Aitor y Jose Mari– dirigen y escriben, pero se turnan. Pongamos como ejemplo su título más celebrado: La trinchera infinita (2019), con Antonio de la Torre como un republicano que se esconde en su casa durante décadas tras la Guerra Civil. O sea, un topo que veía transcurrir la historia de España desde una mirilla. Belén Cuesta, en su peor papel dramático, interpreta a su mujer y, por ende, sus ojos. Dirigieron aquella los tres, pero firmó el guion Jose Mari Goenaga. Precisamente, Goenaga (Ordizia, 1976) firma en solitario Maspalomas, la película número 6 de los Moriarti. No contamos, en esta ocasión, la sensacional miniserie Cristóbal Balenciaga, ideada por Lourdes Iglesias, sobre un modista del que apenas trascendieron detalles de su vida personal. La tienen en Disney+.
Los Moriarti se van a Maspalomas
Volvamos a Maspalomas, cuyo título no lleva a equívocos. La película, en cines a partir de este viernes 26, arranca en Gran Canaria, donde su protagonista, un señor homosexual, se deja querer por unos y otros. Separado y con una hija (he ahí Nagore Aranburu, con cara de Goya), Vicente (José Ramón Soroiz, también firme candidato al cabezón) es objeto de deseo de jóvenes, pero también carne de cañón para chaperos.
Digamos que los primeros veinte minutos de Maspalomas no son aptos para todos los públicos y pueden herir sensibilidades. Pero a Vicente le da un ictus e ingresa en una residencia para mayores poco antes de la pandemia. El encierro es doble, pues Vicente vuelve al armario. He ahí el drama. Si la libertad es eje de la obra de Cervantes, tal y como evidencia El cautivo, lo es también de todo el trabajo de los Moriarti.
En 80 días y Flores
Su debut hace 15 años en el largometraje, 80 egunean / En 80 días, da prueba de ello y es, muy probablemente, su manera de cerrar el círculo. Aquel título íntegramente en vasco por imperativo de la televisión pública vasca desplegaba el romance entre dos señoras; una, ama de casa, está casada con un hombre y tienen una hija en común. La otra, abiertamente lesbiana, es una profesora de música a punto de jubilarse. La vida une a estas dos mujeres en un hospital tras décadas sin saber la una de la otra. Fueron amigas de juventud. Se sorprenderán por un humor –y una ternura– que los cineastas retoman en Maspalomas.
Llegó después Loreak (o sea, flores en vasco), quizás la mayor aproximación de los Moriarti a Almodóvar con este melodrama femenino de historias cruzadas. Nagore Aranburu (Maspalomas), Itziar Ituño (La casa de papel) e Itziar Aizpuru (80 egunean) son las protagonistas de esta historia sobre el recuerdo y el olvido, Fue la fallida apuesta de los académicos para representar a España en los Oscar; un escenario que se repitió con La trinchera infinita, cuyo final desarma a cualquiera.
Te puede interesar
Lo más visto
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado