Desde hoy, viernes 7 de noviembre, los cines españoles acogen el estreno de Bugonia, el nuevo largometraje del realizador griego Yorgos Lanthimos, uno de los autores más singulares del cine europeo. Tras el éxito internacional de Pobres criaturas, el cineasta vuelve a colaborar con Emma Stone y lo hace en una historia que mezcla sátira social, ciencia ficción y humor negro para explorar la paranoia y la desconfianza que dominan el mundo moderno.

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La película llega hoy a España tras su paso por el Festival de Venecia el pasado mes de agosto, donde despertó entusiasmo y desconcierto a partes iguales, una reacción que parece inseparable del estilo Lanthimos.

Una fábula de conspiraciones y poder

Bugonia parte de una premisa tan disparatada como perturbadora: dos jóvenes convencidos de que una poderosa ejecutiva es una alienígena infiltrada deciden secuestrarla para salvar a la humanidad. Esa ejecutiva, Michelle Fuller -interpretada por Emma Stone-, dirige la empresa farmacéutica Auxolith, símbolo del poder corporativo global. Sus secuestradores, interpretados por Jesse Plemons y Aidan Delbis, son dos hombres aislados, atrapados en un bucle de teorías conspirativas y miedo al sistema.

Con esta historia, Lanthimos vuelve a los temas que han definido su filmografía: la manipulación del individuo, la violencia de las estructuras sociales y el absurdo como espejo de la realidad. La tensión se combina con momentos de humor gélido y un tratamiento visual que convierte cada plano en una experiencia inquietante.

La película en la que se basa 'Bugonia'

El guion, escrito por Will Tracy, se inspira en la película surcoreana Salvar el planeta Tierra (Save the Green Planet!, de 2003), de Jang Joon-hwan, un título de culto que mezclaba terror, comedia negra y ciencia ficción. Más que un remake literal, Bugonia es una reinterpretación libre, que traslada la paranoia conspirativa al terreno del poder corporativo y la alienación contemporánea. El propio título hace referencia a un antiguo mito griego. La "bugonía", el nacimiento de abejas a partir de un cuerpo en descomposición, metáfora perfecta de un sistema que genera vida de lo podrido.

Un estilo visual que refuerza la tensión

Lejos de un thriller convencional, Bugonia destaca por su atmósfera visual. La fotografía de Robbie Ryan crea un ambiente cerrado y casi asfixiante, con colores saturados y encuadres que refuerzan la tensión. La música de Jerskin Fendrix, compuesta a base de sonidos repetitivos y disonantes, incrementa la sensación de inquietud. Todo el conjunto -imágenes, ritmo y sonido- está pensado para que el espectador sienta la misma mezcla de curiosidad y desasosiego que viven los personajes, sin necesidad de grandes efectos especiales ni artificios.

La alianza creativa de Emma Stone y Yorgos Lanthimos

Bugonia es la quinta colaboración entre Yorgos Lanthimos y Emma Stone, después de La favorita, Bleat, Pobres criaturas y Kinds of Kindness. Su conexión artística se ha consolidado como una de las más fructíferas del cine reciente.

La protagonista de La La Land, Cruella o Birdman, vuelve a transformarse física y emocionalmente para el papel -llegando a raparse para el rodaje-. En varias entrevistas y declaraciones ha descrito su trabajo con el director como un ejercicio de libertad y confianza total. Acompañan a la actriz estadounidense, entre otros, Jesse Plemons, Aidan Delbis y Alicia Silverstone, esta última en un papel secundario que recuerda sus inicios en el cine independiente de los noventa.

Gran expectación con el estreno

Bugonia llega a la cartelera con la expectativa de convertirse en uno de los títulos más comentados de otoño. Su mezcla de géneros, la audacia visual y la interpretación de Emma Stone la colocan entre las propuestas más arriesgadas del año. Tras sus éxitos en La La Land y Pobres criaturas, con las que ganó el Oscar a mejor actriz, Stone vuelve a sonar como firme candidata a repetir galardón por un papel que exige entrega física, riesgo emocional y una transformación radical.

Aunque no es una película destinada al gran público, su tono provocador y su lectura social prometen generar debate entre los espectadores. Lanthimos no busca complacer, sino despertar preguntas sobre el poder, la manipulación y la delgada línea que separa la razón de la locura. Bugonia se presenta como una obra que incomoda, fascina y exige atención. Con ella, el espectador puede sumergirse en un universo perturbador e hipnótico, donde cada plano hará dudar de todo.

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