En los años más convulsos de la Barcelona del siglo pasado, vivió y murió Eugenio Nadal (1917-1944), catedrático de Literatura y escritor que fraguó su prestigio a través de múltiples artículos, alguna poesía y un solo libro hasta convertirse en el epónimo del premio literario más antiguo que se concede en España, el Premio Nadal.

Fue redactor de Redacció entre 1932 y 1935, y redactor jefe de la revista Destino (hoy editorial) en Burgos. En 1940 se licenció en Filología Románica y ese mismo año fue profesor de Lengua y Literatura en el Instituto Balmes de Barcelona donde obtuvo al año siguiente la plaza de catedrático de Lengua y Literatura en Manresa.

El hombre que publicó bajo el seudónimo de Ennio es conocido como el malogrado de su generación

El hombre que publicó bajo el seudónimo de Ennio, Catolicidad y patriotismo, en la revista de corto recorrido, Guión, es conocido como el malogrado de su generación, la de los escritores que parieron su primer libro durante la posguerra. Ciudades en España (1943) es un libro del que anda, mira y cuenta, una radiografía de paisajes y ciudades, significativa del clima cultural y político de España. Fue considerada una serie de artículos para la revista Destino y que fue prologada por Juan Ramón Masoliver.

Según documentos biográficos, Nadal tenía gran pasión por la piedras, no por casualidad fue uno de los más grandes paleontólogos. Entre otras cosas, Nadal era presentado como un héroe de la Cruzada y su escasa pero fragante y prometedora obra lo convirtió en un mito de la Barcelona de posguerra.

El año siguiente a la publicación a Nadal le sorprendió la muerte temprana por leucemia. Mosoliver, amigo y prologuista de Nadal, escribió cinco días después de su fallecimiento, el 15 de abril de 1944, el artículo Donde el mar fiel duerme sobre mis tumbas elogiando la figura del finado. La admiración y afecto que le tuvo, lo dejó plasmado en el prólogo de Ciudades en España así: "Ser católico, amar a España y su obra universalista, tener fe en los destinos de la Patria plenamente poseída y del ideal religioso y, por tanto, del ideal universalista, esto es ser patriota, estro es ser españolista".

Dotar de su nombre al Premio literario salvó del olvido a Eugenio Nadal

Los fundadores de Destino los Agustí, Pla, Fontana y Vergés quisieron hacerle un homenaje póstumo a Nadal que le salvaría para siempre del olvido dando su nombre al Premio literario de España concedido a la novela inédita. La joven Carmen Laforet sería la primera escritora en recibir este galardón el 6 de enero de 1945 por Nada. Los escritores que lo recibieron después son parte de las figuras más importantes de la literatura española del siglo XX.



La Guerra Civil, la muerte y el exilio dejaron el territorio de las letras españolas yermo. Ignacio Agustí, director de la revista Destino pensó que una buena manera de azuzar el talento de los escritores con un premio de cinco mil pesetas al mejor texto literario que se convocó bajo en nombre de Eugenio Nadal.