El escritor cartagenero Arturo Pérez-Reverte ha considerado un "disparate" lo que se ha hecho en el Mar Menor. "Pero esto pasa aquí y pasa en todas partes: es el ser humano actuando en su estupidez habitual y, por supuesto, también dejadez por parte de las autoridades, que han mirado para otro lado cuando les ha interesado, también como suele ocurrir", ha aseverado.
"Tampoco soy un experto en ecología ni en el Mar Menor", tal y como ha reconocido Pérez Reverte, quien ha recordado que él iba de pequeño a La Manga y conoce el entorno desde que era niño. "Lo he visto destruirse", según el novelista, quien ha achacado esta situación a las mismas razones por las que se "destruye todo", que son "la ambición combinada con la estupidez".
Así lo ha hecho saber Pérez Reverte al ser preguntado por la opinión que le merece la situación de la laguna salada en la rueda de prensa de presentación de su última novela, El Italiano, editada por Alfaguara. En el acto, Pérez Reverte ha estado acompañado por el director general de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez, y el catedrático de la Facultad de Filología de la Universidad de Murcia, José María Pozuelo Yvancos.
Precisamente, Pozuelo es el coordinador del ciclo Literatura y memoria. Narrativa de la Guerra Civil, que tiene lugar desde el pasado martes en el Aula de Cultura de la Fundación Cajamurcia en la Gran Vía de Murcia y en el que participa Pérez Reverte este jueves a partir de las 19.30 horas.
'El Italiano', un "pretexto" para hablar del mediterráneo
Pérez Reverte ha recordado que nació en Cartagena y, para él, el Mediterráneo "es importante". Precisamente, ha señalado que El Italiano es un "pretexto" para hablar de ese Mar Mediterráneo, "que es en realidad la verdadera patria", de la que "todo nace y desde la que viene todo".
"En Cartagena y en Murcia lo sabemos mejor que mucha gente: vinieron las legiones romanas, el mármol, los dioses, el aceite de oliva o el vino tinto", ha ensalzado. Se trata, añade, de una patria "común" y compartida "tanto en Estambul, como en Beirut, en Nápoles, Valencia o Cartagena".
"Con el artefacto narrativo de la historia de amor y de guerras, en realidad es un canto y un homenaje a la patria mediterránea en la que crecí", según Pérez Reverte, quien ha recordado que, cuando era joven, su padre le llevó al cine a ver una película en la que los italianos "quedaban mal, como en casi todas las películas".
"Mi padre me dijo: no te equivoques, hubo italianos muy valientes, que lucharon muy bien en la guerra mundial y que hicieron cosas heroicas", tal y como señala el autor. Precisamente, su progenitor le contó la historia en la que está basada su reciente novela, que quedó en su cabeza y le acompañó durante mucho tiempo.
Al ser preguntado por lo que le hubiera dicho su padre de esta novela, ha recordado que su progenitor murió hace casi 20 años pero le dio tiempo a leer sus primeras novelas. En el caso de 'El italiano', cree que su progenitor habría "sonreído". "Uno nunca sabe lo que siembra, y eso es una buena lección de vida", según el escritor cartagenero.
Respecto a la posibilidad de emprender algún proyecto relacionado con la Región de Murcia, Pérez Reverte ha recordado que la historia de la Comunidad ya ha aparecido "salpicada" en sus novelas. Por ejemplo, ha señalado el Tercio Viejo de Cartagena en su serie de Alatriste o 'La Carta Esférica', que es una novela en la que aparecen Murcia y Cartagena.
En cualquier caso, ha aclarado que él no tiene un compromiso "con nada", sino que es un escritor "libre" que aborda aquello que le "pide el cuerpo". Así, ha aclarado que no tiene ningún proyecto que tenga que ver con esta tierra "ni con ninguna otra", aunque admite que el hecho de ser de Cartagena es algo que "aflora" y se manifiesta en su obra.
Sí que ha confirmado que han pedido llevar su novela El Italiano al cine y "están negociándolo", pero ha advertido que este tipo de proyectos cinematográficos, a veces, "tardan años en materializarse".
En cuanto a su porvenir literario, Pérez Reverte ha señalado que todos los escritores tienen "fecha de caducidad". "No hay nada más triste que un escritor que está muerto y no lo sabe", ha señalado el autor cartagenero, quien espera darse cuenta cuando eso le ocurra. En cualquier caso, calcula que sí podrá hacer "dos o tres novelas más", y afirma que todavía tiene la actitud "lúcida" de "cazador" y de ir por la vida "con curiosidad". Mientras eso perdure, cree que seguirá siendo un escritor "útil".
La mirada de la mujer
Ha señalado que, normalmente, sus novelas suelen relatar historias "abiertas", porque él tiene la impresión de que el amor "nunca es un final feliz, sino que después pasan 20 o 30 años, y esa pareja evoluciona; cambia para bien o para mal; hay alguien que traiciona, que miente, que muere o que enferma".
Ha considerado que el amor "no es definitivo" y, por eso, sus novelas quedan siempre abiertas para que sea el lector el que las complete. En cambio, ha remarcado que, en esta ocasión, quería darle un final "cerrado y completo" a la novela para que el lector sepa que "podemos partir desde el final de esa historia de amor hacia atrás".
A su parecer, el hecho de que haya escrito una historia cerrada en esta ocasión quizá se deba a que se ha hecho "mayor" y ve el mundo "de otra manera". Ha explicado que cumple 70 años dentro de diez días, lo que le permite mirar atrás "con una cierta lucidez".
Y es que, cuando era joven, no sabía "cómo era el amor" porque, a esa edad, caminas en un territorio "hostil" y "no sabes cómo van a acabar tus pasos". En cambio, con 70 años, ha afirmado que "escribes novelas con pasado y con certezas" y se beneficia de la "lucidez" que da "haber caminado y leído mucho". En cualquier caso, ha considerado que son más "divertidas" las intuiciones que las certezas. Y es que estas últimas, añade, "son incluso desoladoras".
En cuanto al papel de la mujer, ha señalado que el héroe de esta novela "no es un hombre que lea libros ni interesante en el sentido intelectual de la palabra". Es un joven, apuesto, nadador y buzo, pero "sin nada de particular". En cambio, la protagonista "sí es culta". Se trata de una librera que, al mirar a ese buzo que sale del mar, herido y vestido de caucho negro, "proyecta en él sus lecturas y lo convierte en héroe".
"Es la mirada de una mujer intelectualmente potente la que convierte al hombre en un héroe; y, sin esa mirada, el hombre no sería más que un soldadito más", según Pérez Reverte, quien ha señalado que esa es la "lección" de esta historia: "la mirada de la mujer es la que da el juicio sobre el hombre, la que le convierte en algo importante o algo miserable".
"Leer te hace estar preparado para catástrofes como la pandemia"
Al ser preguntado por la pandemia y la forma en la que ha sido encarada socialmente, ha considerado que "no es algo más que una guerra mundial o una epidemia de las que hubo antes". Con todo, ha recordado que él ha vivido en lugares que "no siempre eran cómodos y tranquilos", por lo que pudo aprender que el mundo es un lugar "incierto y lleno de trampas peligrosas".
"Pandemias, tsunamis, terremotos, guerras y accidentes ocurren periódicamente", tal y como asevera el novelista cartagenero, quien cree que, quien ha vivido otras catástrofes, está más preparado para hacerles frente. Por eso, ha señalado que la pandemia no fue para él una catástrofe tan grande como para otros.
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