Escribió Federico García Lorca que “por el agua de Granada sólo reman los suspiros”. Y ahí siguen, décadas después, los dos ríos de la ciudad siendo “uno llanto y otro sangre”. “Torrecillas muertas sobre los estanques”. Es un mediodía gris de enero en la ciudad de la Alhambra y Los Planetas -Jota y Florent- acuden a la entrevista a dos tiempos, como dos afluentes que bajan a sus respectivos ritmos. Florent -Florentino Muñoz, 1968- ya está en Casa Maracas, el novísimo proyecto musical que produce el disco, cuando el periodista llega. Jota -Juan Ramón Rodríguez, 1969- aparece más tarde.

La banda referencia del indie nacional se atreve, por fin, con un poema de Lorca, “El manantial”, uno de los temas que figuran en “Las canciones del agua” (El ejército rojo). “¿Quién pudiera entender los manantiales,/ el secreto del agua/ recién nacida…?”, se preguntó entonces Lorca y canta ahora Jota a lo largo de doce minutos. “Se ha dado en un momento especial. A Jota le rondaba esa idea y con ese poema saltó el automático. Merecía la pena darle esa posibilidad musical”, explica Florent.

Como los dos ríos de la urbe nazarí, el disco desborda en dos torrentes. La cara A de la edición en vinilo habla de Granada, del poeta fusilado a Carlos Cano o el trapero Khaled. "Mi chopo centenario de la vega/sus hojas meneaba,/y eran hojas trémulas de ocaso/como estrellas de plata", rezan los versos de Lorca, con ese paisaje de alamedas que resiste en los alrededores de la ciudad. Por la B, en cambio, fluyen dosis pandémicas y una mirada tan ácida como cristalina a un mundo a la deriva.

Pregunta.- Casi tres décadas de recorrido y el décimo LP. Habéis durado ya más que muchos matrimonios. ¿Cómo se consigue?
Jota.- Más que casi todos los matrimonios ahora ¿no?. Creo que, desde el principio, compartimos Florent y yo una afición por cierto tipo de música que entonces a nadie le gustaba y que con el tiempo se ha convertido en una música bastante masiva. Pero, en realidad, al principio no había mucha gente que estuviera interesada. Florent fue la primera persona que conocí en Granada interesada en lo que se llamaba música indie, sobre todo inglesa y americana.

La música tiene un un efecto espiritual y curativo

FLORENT

P.- ¿Y qué queda de aquellos estudiantes de Derecho y Sociología?
J.- El mismo espíritu. Intentamos mantener un espíritu parecido, una visión crítica del mundo y tratamos de aportar soluciones nuevas a la música y al mundo.

Florent.- La música tiene un efecto espiritual y curativo. A base de ese discurso tan profundo que dice Jota, para mí es una cosa regenerativa, como espiritual. Te olvidas del día a día y te concentras en eso, que es lo que te gusta: la creatividad, la música y escuchar grupos.

P.- Una pasión que, entiendo, se ha mantenido inalterable durante estos 30 años…
F.- Así es. Es como algo sagrado. Si respetas ciertas pautas de conducta porque tienes que organizarte con más personas, se puede mantener esa afinidad profunda, esa llama originaria. Es un viaje fascinante. Echar la mirada atrás y ver que han pasado 30 años aunque parezca que fue ayer.

J.- La música es fundamental en mi vida. Es lo que me hace entender el mundo. Lo que he aprendido del mundo a través de la música. En los momentos más bajos la música me ha sacado del pozo. Es una forma de aliviar las penas y el sufrimiento.

Me siento en una posición fuera de este mundo. No creo que sea el modelo social y económico correcto

JOTA

P.- Decidme algo bueno o malo del otro…
F.- Bueno, bueno. Jota es como ese hermano mayor que nunca tuve. Tiene una capacidad increíble para contar cosas a su manera. Mantiene esa visión crítica, esa postura, a veces tan clara, otras veces tan confusa. Como músico es un genio, irrepetible. Tengo la suerte de conocerlo y tener una relación de amistad y hermandad.
J.- Florent es mi hermano, mi compañero de fatigas en esta guerra. Le gustan las mismas trincheras.

P.- Esa visión tan crítica que gastáis parece haberse reforzado en estos tiempos. En “Apocalipsis zombie”, decid eso de que “no quiero convertirme en una de esas horribles criaturas”…
J.- Es un tiempo más complicado que nunca, que ninguno de los otros que hemos vivido. Todos estos encierros, toques de queda… Nunca había vivido algo tan duro. Esta canción está sacada directamente de las películas de George Romero. Él tenía ya esa visión de gente que va convirtiéndose en zombi poco a poco y al final no queda nadie porque todos son zombies.

P.- Te sientes muy alejado de la sociedad que te rodea…
J.- Sí. Me siento muy excluido de esta sociedad. Me siento en una posición fuera de este mundo. No creo que sea el modelo social y económico correcto. Se me ocurren en mi cabeza otros modelos mucho más eficaces. Y eso es lo que intento decir: esto funcionaría mejor de otra manera, lejos del capitalismo turbo al que estamos sometidos.

P.- No tenéis la percepción de que, después de aquellos meses de confinamiento, nadie ha hecho propósito de enmienda…
J.- Parece que nadie está tomando decisiones importantes sobre este tema. No parece que se refuerce la sanidad o la libertad de expresión o el valor de arte en el mundo. Y mientras nos pasen estas cosas, la tendencia será empeorar.

Está funcionando la misma táctica del miedo de siempre pero no el algoritmo para controlar esto

JOTA

P.- En la Cara B uno encuentra “El negacionista”, con mención expresa a Miguel Bosé. ¿Habéis recibido algún toque?
J.- Es un tema que ha provocado muchas reacciones encontradas e interpretaciones opuestas de lo que está diciendo. Yo me ofrezco aquí a explicar lo que yo quería decir. [Adelante] Lo que quiero decir es que si esa estructura de poder sigue contando este relato tan absolutamente inverosímil, mucha gente se va a convertir en negacionista y mucha más gente va a renegar de este sistema.

P.- ¿Y cuál es tu posición?
J.- Lo que observo es una cantidad de órdenes contradictorias de un día para otro, ideas opuestas que no te dan confianza, estadísticas a las que les falta variables imprescindibles para entender lo que está pasando y que se muestran como si fueran completas. Un caos informativo, una censura de la información enorme. Mi posición es que no doy crédito ante este desastre…

P.- Lo consideras burdo…
J.- Muy burdo aunque está funcionando la táctica del miedo. Funciona lo mismo de siempre: el miedo de la gente a que se va a morir y a que se va a poner malo. La misma que hacían los nazis o Napoleón. No sé hasta qué punto está funcionando el algoritmo para controlar eso. No parece que esté funcionando muy bien. Deberían retirarle la financiación a Mark Zuckerberg porque no está funcionando. Cada vez hay más gente que no se cree nada. Si me dan a mí esa dinero te garantizo que convenzo a todo el mundo de que se quede en su casa, de que no proteste, de que cobre cada vez menos o de que se mate.

En Granada hemos pasado periodos muy chungos de persecución y marginación. El Rock and roll no era cultura para sus dirigentes

FLORENT

P.- Hacéis música desde una periferia, en este caso, Granada. ¿Qué amáis y detestáis de esta ciudad?
F.- Como cualquier ciudad siempre te da todo y te quita todo. Granada tiene de especial que es una ciudad increíble por su historia y su cultura. Y de lo malo, en la parte musical, aquí hemos pasado periodos muy chungos de persecución y marginación. El Rock and roll no era cultura para los dirigentes que en ese momento estaban y hemos pasado la etapa difícil de desarrollar el arte. Como en todas las ciudades, tienes que buscar tu rayito de sol.

Lorca decía que la de Granada era la peor burguesía de España. La cosa no ha cambiado mucho

JOTA

P.- Intuyo que sigue existiendo esa relación de amor-odio…
J.- Lo que tiene esta ciudad es un un background cultural muy potente que está sometido a una estructura burguesa que no permite desarrollarlo. Lorca decía que la peor burguesía de España era la de Granada.

P.- ¿Y qué opinas de esa burguesía hoy?
J.- No ha cambiado mucho la cosa.

P.- Hay en el LP un tema basado en un poema de Lorca. ¿Era una deuda pendiente?
J.- Intentamos hacer algún acercamiento en otro momento y al final no cuajó. En estos tiempos difíciles nos sirve para encomendarnos a su figura santificada, para intentar evitar que pasen otras veces esas mismas cosas que pasaron en los años 30 en Granada, porque el clima actual es muy parecido. Nosotros nos encomendamos a San Federico.

Jota, en primer plano, en el local de Casa Maracas. FRANCISCO CARRIÓN

P.- Precisamente Lorca escribió sobre esta ciudad: “¿Qué hacer, Dios mío, para sacudir a Granada del sopor mágico en que vive?”. También confesó: “Me gusta Granada con delirio pero para vivir en otro plan, vivir en un carmen, y lo demás es tontería. Vivir cerca de lo que uno ama y siente…”
F.- Lo firmamos. Está de plena actualidad. Es como si alguien me lo acabara de decir. También Falla se vino a vivir por el embrujo que tenía esa Granada romántica.

P.- Ahora resulta que Los Planetas son lorquianos…
J.- Siempre lo hemos sido. Desde pequeño te cuentan quién era Lorca. Que fuera una figura asimilada por la cultura oficial nos hacía tener una visión crítica. Con el tiempo es como volver al flamenco.

P.- ¿Por qué ese poema en concreto?
J.- Me siento identificado en la manera en la que cuenta su vocación artística. Apeló a mi alma. Me siento muy identificado con esto. Contiene premoniciones y profecías sobre su muerte muy precisas. Me parecía importante sacarla de nuevo a la luz. Quería mostrar la parte difícil del trabajo que hacemos los artistas, mostrando nuestras opiniones en público, y que muchas veces nos cuesta la vida. En este momento de ideas encontradas y fascismos extremos, es una figura a reivindicar. No era más que un mensajero, no la persona que hay que matar ni el culpable de que pasen las cosas. Y no se soluciona nada matando a Lorca, porque al contrario, su obra se hace más grande. El poema de Lorca unía todo este pensamiento que he estado teniendo durante este último tiempo. Supongo que tarde o temprano tenía que hacerlo, porque desde que lo leí ya tenía la idea en la cabeza.

P.- ¿Qué diría Lorca del tema si levantara la cabeza?
J.- Espero que le gustara. No es de la época más vanguardista de Lorca sino del primer libro y esta musicado de una forma sencilla con piano, como Lorca solía hacer con La Argentinita. He intentado respetar al máximo el espíritu del poema.

P.- No sé si os habéis preguntado alguna vez por qué Lorca, al inicio de la Guerra Civil y sabiendo lo que podía esperarle, decide volver a casa y meterse en la boca del lobo…
J.- Es muy curioso. Yo he pensado mucho acerca de eso, porque evidentemente es una persona inteligente que sabía que iba hacia la boca del lobo. Seguro que tendría miedo a morir como todo ser humano, pero supongo que tomó la decisión, en un momento muy convulso y violento, de volver al sitio donde más odio le tenían. No sé hasta que punto es una decisión que tomó conscientemente o se dejó llevar o imaginaba, como en el poema, todo lo que iba a pasar después. Y venir a Granada era parte del plan para que lo mataran y su obra fuera más grande todavía.

P.- Y, ante esa tesitura, ¿qué haríais vosotros?
J.- No vendría.
F.- Es que todo el mundo se fue, a México o Argentina, por ejemplo. Él prefirió irse a la casa de su madre.

Ahora son los traperos. Ya están matando al próximo Lorca, ya están preparando el paseíllo

JOTA

P.- ¿La malafollá, ese escepticismo patológico de aquí, alimenta el nivel de crítica?
J.- Ese escepticismo está en la cultura granadina. Tendrá que ver con su situación geográfica, rodeado de montañas, cerrada, con malas comunicaciones. Aquí se ha mantenido una cultura, un gueto como el flamenco, una zona temporalmente autónoma donde existe una cultura excepcionalmente crítica, que valoro muchísimo. Y ahora la representan los traperos. Les da igual que los maten como a Lorca. En realidad, son los siguientes. He leído hoy una crítica del disco que decía que nuestro trabajo sirve para saber lo que ha involucionado el ser humano desde los versos de Lorca, tan maravillosos, a los de Khaled, que son una basura. Ya están matando al próximo Lorca, ya están preparando el paseíllo.

Nos resulta complicado encontrar una bandera política

FLORENT

P.- En política, os imagino huérfanos…
J.- Completamente. Dentro del Parlamento ningún partido representa nuestra posición política. [¿Y fuera?] Pues también.
F.- Nos resulta complicado encontrar una bandera.
J.- Tenemos una posición artística que va más allá de la posición política, que es más extrema. Yo en mi vida he conocido a unas cuantas personas pero con eso no puedes formar un partido político. Como mucho, puedes llamar a un taxi para irte de fiesta, pero son posiciones más extremas y más vanguardistas. La política intenta involucrar masivamente a toda la población y el arte intenta llegar a gente que puede mover las cosas…

P.- Entonces, ¿hasta cuándo durará este matrimonio?
J.- (Ríe) Hasta que Dios quiera, hasta que la muerte nos separe.
F.- Hasta que la autoridad competente tome cartas en el asunto. Tal vez, sea la Divina providencia.