Se colaron en la fiesta de todos los vestidos al estilo de Kirsten Stewart, convencidos de su papel de nuevos dueños del Tecno-pop, New wave o Wave; de los perdidos o no entre las cuatro paredes de una habitación en la que no hacer nada, y, especialmente, si era 7 de setiembre de un Madrid laboratorio de la Movida y de un after sin salida donde todo el mundo estaba hambriento de nuevos grupos y sonidos con los que alimentar a una juventud todavía más hambrienta de libertad: "La gente tardó un poquito en entrar en nuestra música, pero una vez que nos conocieron fue una trayectoria de éxito tras éxito".

No siguieron los mismos pasos que otras bandas contemporáneos como Kaka de Luxe, Nacha Pop, Radio Futura, Rubi y Los Casino o Los Elegantes. A ellos los tildaron de 'aire pobre', pero, elogio de la indolencia y la vida festiva "el del reloj" los convirtió en leyenda, como al resto. A medias. Y sea como fuera, ya han pasado cuarenta años.

Tal día como hoy de 1982 los hermanos Cano, José María (1959) y Nacho (1963), y Ana Torroja (1959) presentaban Mecano, el primer álbum de la leyenda del tugurio de los bajos de Orense y el local de la calle Cristóbal Bordiú número 53 que, sin saberlo, lideraría desde entonces el pop español durante esa década y la mayor parte de la siguiente, con unas ventas que se calculan en torno a los veinticinco millones de discos y "una sarta" de clásicos.

Pero el éxito de trío madrileño se fraguaría mucho antes, y por casualidad, cuando José María Cano (1959) le pidió a su hermano Nacho (1963) y a su novia de entonces, Ana Torroja (1959), que le acompañaran en sus conciertos como cantautor. Fue así como conocieron al productor Miguel Ángel Arenas, alias Capi, el que años después sería también el descubridor de Alejandro Sanz. Y juntos pusieron las bases del fenómeno. Fue Capi quien consiguió su primer contrato y quien recomendó que Torroja avanzara posiciones y pasara de limitarse a hacer los coros a convertirse en la vocalista principal así como que el pequeño de los Cano empezara a componer. Tanto, que lo hiciera hasta borracho: «Yo trabajaba para la discográfica Hispavox como descubridor de talentos. Tenía que localizar a todos esos jóvenes que formaban grupos musicales emergentes en locales como el Penta de Malasaña, fotografiarles con mi cámara y grabarles maquetas. Y después informaba a mis jefes. Alguien me llamó y me pidió una cita con un cantautor que se llamaba José María Cano, que vendría a enseñarme sus canciones un viernes por la tarde. Lo de cantautor no sonaba nada moderno, pero yo debía justificar mi sueldo así que acepté, contó Arenas en declaraciones para Metrópoli.

"Llegó tarde, muy nervioso, acompañado de una chica tímida con el pelo largo y rizado y de un chaval muy jovencito, menudito e imberbe, con una guitarra más grande que él, que resultó ser su hermano pequeño. Los recibí en la sala de juntas de Hispavox [calle Torrelaguna, muy cerca de la Avenida de América para impresionarlos, que estaba llena de discos de oro y platino. José María empezó a cantar su repertorio de canciones melódicas, de gran calidad narrativa que, sin embargo, en plena eclosión de la Movida no se llevaban nada, y propuse que su hermano y la chica le acompañasen. Me quedé alucinado. Entonces les dije: ¿Por qué no formáis un grupo pop los tres?".

Después de aquello el Mecano de Hoy no me puedo levantar, la crónica de la resaca de un lunes en el que todavía colean los excesos del sábado, Maquillaje o Me colé en una fiesta, fue el salto de agujas de una portada que los catapultó a la fama. Y es que pese a que su lanzamiento no produjo resultados abrumadores en un primer momento, el impulso real llegó después, desde la ciudad de Valencia (sureste de España), donde la emisora de radio local de Los40Principales empezó a pincharles con vehemencia y confianza.

El grupo se unió así a la nueva ola y al pop comercial, aunque con un estilo más refinado y enriquecido con música de influencia de ritmos latinoamericanos y contemporáneos. Pronto la banda comenzó una gira por las provincias españolas, con Javier de Juan y Manolo Aguilar, a cargo de la batería y el bajo, respectivamente: "Mecano eran irreverentes, quizás más de lo que ellos pretendían o sabían que eran. La gran seña fue la de una modernidad absoluta, tanto que 40 años después aún se sigue recordando. El tiempo los ha puesto en su sitio y probablemente haya sido el grupo más revolucionario del pop español, tanto aquí como en todo el mercado hispanoamericano, con una impronta aquí comparable a la de los Beatles en el anglosajón".

La combinación de talentos de sus componentes, su gusto musical ecléctico, su ambición y su posicionamiento conceptual ante la música, entre otros muchos factores, les llevaron a alcanzar una dimensión internacional que desde su abrupta disolución en 1998 no ha dejado de provocar titulares cada vez que se acaricia la posibilidad de ¿una nueva reunión?

La batalla entre los hermanos Cano que hace imposible el regreso de Mecano

El 18 de septiembre de 1992 Mecano llenaba la plaza de toros de Zaragoza y anunciaba una retirada temporal. Dos semanas después, el 29 del mismo mes, celebraba en Valladolid el que fue su último concierto.

La noticia de su separación llegaba durante una entrega de premios en la que los tres componentes del grupo recibían un galardón por la trayectoria al grupo español más importante. José Cano agradecía el premio al tiempo que soltaba "la bomba". Abandonaba la agrupación por razones personales y de salud: "Os voy a decir una cosa que va a sonar un tanto especial hoy -señaló-. Comunicaros que voy a dejar de estar con Mecano. Para mí esta etapa hasta ahora ha sido bellísima y la quiero recordar como tal. Me cuesta ya estar en un grupo, tengo que reconocerlo. La disciplina de un grupo de pop es altísima y voy perdiendo la elasticidad. Ahora que no estoy puedo decir que es el grupo español más grande de todos los tiempos. Muchas gracias a ustedes y que Dios les bendiga".

Sus compañeros se quedaron tan helados como el público: “Fue una ducha de agua fría para todos”, dijo Torroja en el programa Mi casa es la suya de Bertín Osborne, “¡Qué nos lo hubiera dicho antes a nosotros! Ninguno lo sabía”. Pero según el ex manager de la banda, Javier Adrados, autor de la biografía autorizada de Mecano, las disputas entre los hermanos que "enriquecieron el repertorio que todos conocemos de Mecano" podrían haber sido la antesala a lo sucedido: "Más que celos, fue un enfrentamiento artístico personal llevado a lo profesional, señaló desde España en contacto con Libre Acceso.

Y Mecano nunca volvió. Pero sí su música, que se cuela cuarenta años después en las mismas fiestas.