Fue cuidadosamente horadada en la montaña para que los rayos del sol iluminaran la tumba al amanecer del solsticio de invierno y al ocaso del solsticio de verano. Un ingenio arquitectónico que sucedió hace 4.000 años en la necrópolis faraónica de Qubbet el Hawa, en el sur del país, y sobre el que una misión española acaba de arrojar luz, convirtiéndose en la tumba orientada al solsticio de invierno más antigua del antiguo Egipto.

“El descubrimiento es un hito de la investigación interdisciplinar, ya que se conjugan la arqueología, la topografía, la arquitectura y la astronomía”, explica a El Independiente Alejandro Jiménez Serrano, director de la expedición de la Universidad de Jaén que desde hace años excava en la necrópolis de Qubbet al Hawa, una colina plagada de enterramientos que se halla a orillas del Nilo, en la actual ciudad de Asuán, a 900 kilómetros al sur de El Cairo.

Los rayos del sol iluminaban el lugar donde se iba a situar la estatua de un gobernador de Elefantina

La investigación, publicada en la revista científica Mediterranean Archaeology and Archaeometry y fruto de la cooperación entre las universidades de Jaén y Málaga, demuestra que la tumba se halla perfectamente orientada. Los rayos del sol bañaban con su luz el lugar donde se iba a situar la estatua de un gobernador de la ciudad de Elefantina, que vivió a finales de la Dinastía XII, en torno al 1830 a. C.

La tumba, catalogada con el número 33 y posiblemente construida para el descanso eterno del gobernador Heqaib-ankh, fue excavada por la Universidad de Jaén entre 2008 y 2018. Desde entonces los expertos han trabajado en su estudio arquitectónico.

Un ejemplo de sostificación

Tumba QH33 QUBBET EL HAWA

“Exhibe la sofisticación de la arquitectura funeraria de la clase alta egipcia, hace 4000 años”, relata el arqueólogo, al mando de una de las misiones con más solera de la egiptología española. “La sofisticación no estaba restringida al ámbito regio, a los faraones, sino que también podía compartirse con las clases altas que vivían en las provincias”, agrega.

Para conquistar la perfección en la orientación, el arquitecto responsable de la tumba simplemente se sirvió de una vara de dos codos, poco más de un metro, una escuadra y unas cuerdas, utensilios con los que pudo calcular perfectamente la orientación de la capilla funeraria y la situación de la estatua del gobernador. Además, también diseñó su volumen con una enorme precisión. En una investigación previa, el proyecto detectó que el volumen de la tumba fue perfectamente calculado para evitar la coincidencia con una tumba anterior.

Equipo de obreros e investigador en el exterior de Qubbet el Hawa. QUBBET EL HAWA

Buscando el renacimiento

Una arquitectura que fue creada para incidir en el concepto del renacimiento. Mientras el solsticio de invierno suponía el comienzo de la victoria de la luz del sol frente a la oscuridad, el solsticio de verano generalmente coincidía con el inicio de la inundación anual del Nilo, de tal forma que ambos acontecimientos tenían un importante simbolismo con la resurrección del gobernador difunto que ocupaba la tumba.

La identificación del proceso de iluminación natural del enterramiento se ha logrado mediante un software específico (Dialux Evo) que reproduce la posición del sol con respecto al horizonte en épocas más antiguas. A juicio de los autores de la investigación, financiada por la Junta de Andalucía, el estudio demuestra que los egipcios eran capaces de calcular la posición del sol y la orientación de sus rayos para diseñar sus monumentos.

“Aunque la tumba 33 de Qubbet el Hawa supone el ejemplo más antiguo encontrado hasta ahora, seguramente no será el único”, advierte el equipo. “El hallazgo va más allá del descubrimiento del objeto arqueológico y añade valor simbólico a las construcciones religiosas”, concluye Jiménez Serrano.

Panorámica de Qubbet el Hawa. QUBBET EL HAWA