Por el mobiliario, el escenario y las fotos acumuladas de estrellas de Hollywood y famosos de sus paredes, nada parece que haya cambiado con los años en el Corral de la Morería. Pero el tablao restaurante con estrella Michelin -único local con espectáculo que ostenta la distinción gastronómica- está cargado de vanguardia. La prueba es Origen, el nuevo espectáculo que ha producido para la estrella del momento -Eduardo Guerrero- y que estará en cartel hasta el 28 de febrero.

Origen para mí es como yo me inicié en este mundo. Yo no soy de una familia que se dedique a este arte, ni tenía conocimiento de que existían tales cantaores, tales bailaores o tales guitarristas. Mis comienzos fueron desde un lugar opuesto al origen, yo fui conociendo el flamenco según avanzaba en mi vida profesional”, explica Guerrero a El Independiente. Origen, es un regreso a la vanguardia que no pierde de vista la tradición, que es -en parte- la fórmula que ha permitido a este arte mantenerse.

En la apuesta de esta producción se aprecia la formación en contemporáneo del bailaor así como guiños a la cultura japonesa que surgen también de la aportación escénica de los diseños de Palomo Spain que impulsan también ciertos movimientos de inspiración nipona.

“La línea estética de algunos momentos, como cuando salgo con el moño y los diseños de Palomo Spain que, aunque inspirados en el flamenco, son una mezcla de todo. Yo creo que se puede experimentar entre lo japonés y lo español. Pero es una estética que hemos querido plasmar dentro de la escena, pero sin la búsqueda de ese lenguaje”, asegura.

Aunque se trata de guiños, el bailaor reconoce la importancia de Japón para el flamenco. “Es uno de los lugares donde mejor se puede tratar al flamenco, dónde más admiración y talento hay. Yo he tenido la oportunidad de estar varias veces en Japón y es admirable. Al Festival de Jerez vienen muchos japoneses y es de admirar su capacidad de ejecución y la capacidad de memorizar e integrarlo en su cultura, en su día a día. Es muy interesante ver cómo se comportan con el flamenco”, afirma el bailaor.

Del Bolshoi al Corral

Eduardo Guerrero viene de realizar una importante gira internacional por los grandes templos de la danza mundiales en la que fue estrella invitada en el Bolshoi de Moscú. Pero el tamaño del teatro poco tiene que ver con su espíritu y ahí, el de la Morería tiene duende acumulado.

“El lugar es mágico. Es, cómo le llamamos nosotros, el templo del arte”, afirma Guerrero. “La importancia del Corral de la Morería no es por el tamaño o el diámetro que tenga el escenario, sino por la carga emocional y artística que existe en el lugar. Por ahí han pasado todas las figuras del arte más importantes de España y de gente del extranjero que también ha decidido ir al Corral de la Morería a vivir esa experiencia”. 

Eso precisamente lo que ofrece Origen: experiencia emocional y artística. “En todos los tablaos hoy en día se están presentando propuestas interesantes que en los teatros no están programando y los artistas hemos encontrado este lugar que para nosotros es como un laboratorio, es un lugar de experimentos donde te enfrentas al público”. La cercanía con el público en el Corral de la Morería es total. 

Ocurren muchísimas cosas fuera del escenario del Corral y eso no es vivido dentro de cualquier tablao

Guerrero

“El público es activo, porque al final ocurren muchísimas cosas fuera del escenario y eso no es vivido dentro de cualquier tablao. Al final, te das cuenta de que la experiencia ha sido maravillosa porque casi que has estado en el escenario, bailan y cantan a tu lado y eso es súper impactante para para alguien que no lo ha experimentado nunca”, sostiene.

A esto se suma la experiencia gastronómica de la cocina de David García que hace que el espectáculo esté adaptado no sólo al espacio y a las luces del lugar. “El Corral es el único tablado en el mundo que tiene una estrella Michelín y que puede ofrecer espectáculo, eso ya posiciona al lugar en la excelencia y en es único; por lo tanto, lo que ocurre en el escenario, tiene que estar a la altura de toda esa responsabilidad. Es importante todo: la entrada en escena, el trato de los camareros, el acomodamiento, la luz, el sonido. Todo lo que ocurre en el escenario tiene que ir en concordancia con el lugar”, explica. Una maquinaria que funciona gracias a que cuentan con un equipo de 77 personas que trabajan en el Corral.