Cómo pueden cambiar las cosas, después de siglos de tradición familiar! ¡Qué tiempos estos de vorágine y sin sentido!

Es verdad que hay que renovarse, o morir. Pero que tu propia familia, tus propios hijos, renieguen del confort que les ofrezco, de perpetuar la empresa que tanto esfuerzo ha costado que arraigue, aunque haya sido con ciertos matices dudosos de acciones humanitarias, no tiene pies ni cabeza. ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Somos una saga, La Saga, la que hace que seamos alguien importante en la comarca. Que no me vengan a desmoronar todo esto mi propia descendencia. Habrá que desplegar todas las armas, las de los puestos de trabajo y las de los pies en el suelo. No puede estar sucediendo esto. O nos hacemos fuertes o serán otros los que se queden, finalmente, con todo.

Este es el planteamiento de Ramón Madaula, el autor del texto, que, en clave de humor, pone sobre el planteamiento argumental temas como la tradición, la tolerancia, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, el confort, la conciencia social, el mundo del trabajador y el empresario, las clases sociales, los estereotipos familiares.

Comedia amable que se deja ver con una sonrisa en la boca, cercana y actual pero que nos hace plantearnos si lo que hacemos, cuando lo hacemos, es lo correcto"

Cristina Higueras engarza el reto con el estilo de la más pura comedia, dirigiendo a los personajes con cariño y exquisita elegancia, que hace que no nos decantemos por ninguno de ellos, que a todos, los tres, el padre, la hija, el yerno, les tengamos empatía y los comprendamos a partes iguales. Los tres tienen su parte de razón, su coherencia, todos nos caen bien, los tres cumplen a la perfección su cometido, Aníbal Soto, el padre, el suegro, el empresario, el continuador de La saga, con sus gestos, su voz, sus miradas y silencios, hace que entendamos su malestar, su sorpresa, su estrategia, y veamos, que, en definitiva, aunque quiera mantener el apellido paterno, también es un hombre bueno. De la misma manera entendemos al yerno, la pareja de la hija, Gonzalo Ramos, sabemos de su juventud, de sus ideales, pero también de que quiere obtener un premio porque se esfuerza por ello, y es tan válido como el primero y no por ello debe perder la coherencia, ese es su pensamiento. Y la hija, Laura Ledesma, reivindicativa y que no quiere someterse al yugo social de ser mujer y busca desplegar las alas y que sus actos y palabras también tengan su efecto.

Y todo esto viene por la tan manida y retrógrada idea de que un apellido se puede perder o hay que perpetuarlo, la saga, la dinastía, la estirpe, la casta, como quieran ustedes llamarlo, de que se tiene apego a lo que somos, pero más a lo que hacemos, de que las tradiciones hay que conservarlas, ¿hasta qué punto?, de los cambios de opinión según los intereses del momento, de que donde dije digo, digo diego, pero con el deber cumplido, con el agradecimiento de estar donde estamos, de los tiempos en los que estamos viviendo.

Comedia amable que se deja ver con una sonrisa en la boca, cercana y actual, pero que nos hace plantearnos si lo que hacemos, cuando lo hacemos, es lo correcto.

FICHA ARTÍSTICA

Dramaturgia: Ramón Madaula

Dirección: Cristina Higueras

Interpretación: Aníbal Soto, Gonzalo Ramos, Laura Ledesma

Espacio: Teatro Lara, sala Cándido Lara