A Roberto Enríquez Higueras (Madrid, 1971) le dijeron que su cuerpo había empezado una lucha contra sí mismo hace más de 20 años. Le diagnosticaron una enfermedad que evoluciona sin reglas y que le ha dejado sentado en una silla de ruedas. A Bob Pop lo conocemos por haber sido compañero de Buenafuente en Lave Motiv, por ser el creador y protagonista real de Maricón Perdido, por leerle como autor de Mansos, de Días ajenos...

Actor, guionista, escritor, crítico... La esclerosis de Enríquez no ha podido con Bob Pop aunque le ha hecho dejar de pensar en otro día que no sea el hoy. Así se ve en Días simétricos (Alfaguara), su último libro, en donde a través de los diarios de escritores como Kafka, Pizarnik, Anaïs Nin o incluso de las reflexiones de Javier Marías o Umbral se expone en pasado y en presente, jamás proyectando ningún futuro.

"Antes de escribir, cada mañana, hacía el ejercicio de leerme varios diarios, seleccionar los que me servían y ver cómo los relacionaba con mi día. Leerlos me condicionaba, claro, pero quería establecer un diálogo entre esos autores y autoras, como un collage literario. Me parecía una forma chula de buscarme y de ser honesto y dejar claro que gran cantidad de las cosas que pienso y escribo las he aprendido de otro y de otras", explica durante una entrevista a El Independiente. Cada día del año en Días simétricos tiene una referencia al diario de un autor y a las anotaciones que escribió ese mismo día. Así, gracias a Missie Vassiltchikos, Cesare Pavese, Teresa de Jesús o Salvador Dalí; Bob Pop narra esa fecha de su 2018 y de su 2022.

No temo a la muerte. A la mía, la de los demás me da mucho miedo"

bob pop, sobre su enfermedad

Aunque hay días solitarios. Días sin referencia, sin cita al autor famoso, sin collage. Hay días de 2022 donde sólo hay enfermedad. "Sólo está eso. No hay diaristas con los que enfrentarme, por eso son los días más simétricos de todos. No hay líneas perpendiculares, no hay puntos de confluencia. No me puedo comparar ni con mi yo del pasado, estoy solo con mi yo del presente, que me parece bueno, porque para mí es un libro que reivindica el presentismo, el vivirlo todo en el momento y sin juicios", explica. También que no teme a la muerte. "A la mía; la de los demás me da mucho miedo pero no pienso en ello", aclara.

Quizá no a la muerte pero sí al fracaso, a hacerlo mal. En el libro se le ve crítico con cómo escribe, cómo aparece en la tele, cómo guioniza... Se le intuye miedoso con el proceso y con el resultado. Aquí cuenta cómo muchas veces al salir de la televisión se preguntaba si esto era lo que hacía bien, si era el lugar dónde tenía que estar o si era un impostor. También que incluso cuando las cosas salen bien, él teme el siguiente paso. "Siempre he sentido una presión de no disfrutar de lo que acabo de hacer porque tengo que volver a hacerlo. Me pasa cuando salgo de la radio, que ya estoy pensando en el siguiente programa y no me parece mal. Es algo que se lo debo a Buenafuente por todo el tiempo que trabajé con él haciendo un programa diario, porque tanto para lo bueno como para lo malo siempre había que pensar en el mañana. Si habías estado fatal no te podías regodear en el dolor ni en la frustración ni el enfado, y si habías estado muy bien daba igual porque al día siguiente podías cagarla", recuerda.

La izquierda e Irene Montero

También metido en política, Bob Pop fue en las listas de En Comú Podem por Barcelona con Ada Colau, aunque de manera simbólica, cerrándolas. Durante los últimos días se ha posicionado en Twitter a favor de Irene Montero aunque siempre dejando claro que había que seguir votando pasase lo que pasase a Sumar. "Me gusta la idea de partido y me gusta que se esfuercen por hacerlo bien. Habrá cosas con las que no esté de acuerdo pero creo que tengo claro mi voto para ella", asegura. Cuando se le pregunta qué le parece el veto de Yolanda Díaz a la ministra de Igualdad prefiere no opinar.

Me están forzando y manipulando para que nos convirtamos todos y todas en altavoces y propagandistas"

bob pop, sobre irene montero

"Tengo la sensación –añade– de que me están obligando a hablar de cosas que aún no han pasado, de que me están forzando y manipulando para que nos convirtamos todos y todas en altavoces y propagandistas. Entonces, en este caso quiero esperar a saber todo bien. Opinamos demasiado para la poca información que tenemos". Y, tras un corto silencio, sentencia: "De Irene Montero opino que a tope con ella".

Para Bob Pop el resultado de las pasadas elecciones ha sido desastroso para la izquierda. "A lo mejor es que la izquierda no es buena en las carreras electorales de 4 años sino en el trabajo constante y en la ilusión de la gente, y creo que eso es muy complicado. Creo que la pregunta no es qué le pasa a la izquierda si no que le pasa al mundo y cómo encaja la izquierda en este mundo", afirma, aunque cree que se repetirá "un gobierno de coalición de izquierdas".

Para él, es esencial mantener el estado de bienestar al que "estamos tratando como un juguete del que nos hemos cansado". "No entendemos que es esencial para hacer otras cosas. Nos planteamos derechos adquiridos y por eso estamos dejando de avanzar", explica

Y se centra sobre todo en la sanidad, en lo que él considera que se va a convertir en un "holocausto de clase". "Tengo la sensación de que la sanidad pública acabará siendo una sanidad prácticamente paliativa, donde nos quiten el dolor con pastillas pero no habrá un servicio de salud pública, mientras que la sanidad privada será la que tenga los recursos para investigar, para que la gente esté cuidada en todos los términos desde el privilegio y con mucha pasta. Entonces habrá gente que se muera a los 60 y otros a los 100 y sólo dependerá del dinero", explica. "Todos los recursos van a ir a lo que consideran progreso y el progreso es 150 años sin dolor pero sólo para quien se lo pueda permitir".