Metió una máquina de escribir, dos conjuntos de ropa y dos pares de zapatos. Antes, le había añadido a su avioneta, que no era más grande que una furgoneta, tres tanques de combustible, radios de corto y largo alcance y buscadores de dirección duales. Consiguió sentarse como pudo en la cabina, encendió el motor y comenzó el 19 de marzo de 1964 un viaje que haría historia.

Jerrie Mock (Ohio, 1925-2014) tenía casi 40 años cuando tomó la decisión de cumplir con cuatro de sus sueños: subirse a un elefante, a un camello, visitar las pirámides de Egipto y dar la vuelta al mundo volando. Lo consiguió apenas 29 días después convirtiéndose en la primera mujer que recorría el globo en solitario, lo hizo tras haberse pasado 19 años aburridísima como ama de casa y tras el empujón de su marido.

Esta estadounidense encontró con siete años el lugar donde quería estar: un avión. Había subido con su padre en un Ford Trimotor y desde entonces sus pies no querían tocar demasiado el suelo. Además, a partir de entonces no dejó de escuchar las retransmisiones de Amelia Earhart, la primera mujer en cruzar sola el océano Atlántico, lo que le llevó a pensar que ella podría hacer algo parecido. Aunque con un final mejor.

Jerrie Mock al lado de su avioneta.

Así que, en una época complicada para las expectativas femeninas, ella decidió estudiar ingeniería aeronáutica siendo la única mujer de su clase. Se matriculó en la State University de Ohio pero apareció en su vida Russel Mock y le cambió el camino.

"Viajaron mucho pero jamás durante muchas horas seguidas, lo usaban para pasárselo bien hasta que Mock vio que a su mujer la vida se le hacía pesada"

O no del todo. Él también era un fanático de la aeronáutica y ambos convivieron con un sueño común pero con días distintos. Mientras él desarrollaba su carrera laboral, ella cuidaba de los tres hijos que habían tenido después de casarse. Su vida era anodina, aburrida, llegó a decir, aunque Mock había hecho de su pasión mutua uno de sus mejores hobbies.

El matrimonio se había apuntado a clases de vuelo y tras mucha práctica, y obtener su licencia de piloto, habían decidido comprar una Cessna 180, una avioneta bastante pequeña a la que llamaban The Spirit of Columbus y con la que pasaron mucho tiempo surcando el cielo. Viajaron mucho pero jamás durante muchas horas seguidas, lo usaban para pasárselo bien hasta que Mock vio que a su mujer la vida se le hacía pesada y la empujó a hacer de su sueño una realidad.

El 'Spirit of Columbus'.

Así que prepararon su pequeña avioneta, le añadieron todo lo que le hacía falta sabiendo que iba a recorrer más de 35.000 kilómetros en menos de un mes y que lo iba a hacer con Jerrie sola a los mandos. El 19 de marzo de 1964, despegó del aeropuerto de Columbus (Ohio) mientras desde el control le llegaban estas palabras: "Bueno, supongo que es lo último que vamos a oír de ella".

"No fue un viaje fácil, hubo vuelos de más de 20 horas y hubo averías, incluso las radios dejaron de funcionar, pero el 17 de abril de 1964 hizo historia"

Se equivocaron. Mock consiguió recorrer el mundo parando un total de 21 veces en 29 días. Cruzó el Atlántico, llegó a Marruecos, luego a Arabia Saudita, donde cuando vieron que bajaba una mujer se quedaron atónitos, incluso surcó Vietnam en plena guerra. No fue un viaje fácil, hubo vuelos de más de 20 horas y hubo averías, incluso las radios dejaron de funcionar, pero el 17 de abril de 1964, hace ahora 60 años, aterrizó otra vez en Estados Unidos haciendo historia.

La suya la contó años después en un libro y ahora sus fotografías, su avioneta y su viaje forman parte del Museo aéreo y espacial estadounidense. Además fue premiada con la medalla Louis Blériot de la Federación Aeronáutica Internacional. Murió a los 88 años, siendo la primera, y tras haber asegurado que tampoco había sido para tanto. "Simplemente, nadie tuvo el suficiente sentido común, o mejor dicho, la estupidez, de intentarlo. Hubo mujeres que luego me dijeron que volaron inspiradas por mí. Me alegro de haber hecho lo que hice, porque lo pasé de maravilla", sentenció.