La carrera del fotógrafo holandés Erwin Olaf (Hilversum, 1959 – Ámsterdam, 2023) es un constante juego de contrastes en el más amplio de los sentidos. Entre lo marginal y lo underground, entre la realidad y lo onírico, entre lo subversivo y lo institucional. Un maestro de la provocación y de la belleza que ha marcado con su indiscutible sello la fotografía del siglo XX.

Por eso, no es de extrañar que la exposición que se podrá visitar del 10 de mayo al al 14 de julio en la sala de exposiciones del Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, se haya convertido en una de las mayores atracciones en esta edición de PHotoESPAÑA.

Presentada como "una aproximación al activismo social, político y ecológico del autor", la muestra cuenta con fotografías, videos y video-instalaciones que van desde los años 80 hasta la década de 2020, y que incluye una treintena de autorretratos que nos acercan al artista. Se trata además de la primera gran exposición sobre la obra del holandés desde su reciente fallecimiento el año pasado a los 64 años.

Erwin Olaf, Masonic Lodge, Dahlem, de la serie Berlín, 2012 © ERWIN OLAF, COURTESY STUDIO ERWIN OLAF / GALERIE RON MANDOS – AMSTERDAM, THE NETHERLANDS

Olaf estudió periodismo, pero la realidad no era lo bastante atractiva para él, así que decidió que la mejor forma de expresarse era jugar con ella a su antojo y encontró en la fotografía su gran medio para acercarse a lo verdadero. Desde esa particular visión entre el fotoperiodismo y la fotografía de estudio, el fotógrafo holandés desarrolló su carrera con una vocación activista centrada, sobre todo, en denunciar la desigualdad y la marginación de colectivos minoritarios.

Es por eso que, desde el principio, se dedica a documentar la liberación gay de la noche amsterdamesa antes de la época del SIDA en los ochenta, con un estilo eminentemente atrevido y provocador. Esa forma desvergonzada y punzante de retratar los tabúes y fetiches de aquellos que han sido históricamente discriminados por la sociedad, acaparó desde muy pronto un gran interés general, por su frescura y originalidad.

Un prestigio prematuro reconocido con el primer premio en el concurso para jóvenes talentos “Young European Photographer Competition” en 1988, que han seguido más reconocimientos a lo largo de su vida, como el Premio Johannes Vermeer, Fotógrafo del Año de los International Color Awards, Artista Neerlandés del Año otorgado por la revista Kunstbeeld.

Erwin Olaf, Du Mansion, The Parting de la serie Shanghai, 2017 © ERWIN OLAF, COURTESY STUDIO ERWIN OLAF / GALERIE RON MANDOS – AMSTERDAM, THE NETHERLANDS

Igualmente, su enfoque desvergonzado y lleno de fantasía se convirtió en un reclamo para las marcas, que depositaron en él toda su confianza para llevar la publicidad a otro nivel. Fue así como acabó colaborando en campañas publicitarias de grandes empresas internacionales como Levi's, Microsoft y Nokia.

Sin embargo, si algo llama la atención por encima de todo dentro de la extensa trayectoria del artista neerlandés es su buena relación con la casa real holandesa. Diseñó la cara nacional de las monedas de euro para el rey Guillermo de Holanda en 2013 y ha sido el retratista oficial de la familia real desde 2017. De hecho, en 2019 fue nombrado Caballero de la Orden del León de los Países Bajos después de que 500 obras de su obra se añadieran a la colección del Rijksmuseum.

Y es que, dando cuenta de la gran popularidad de su obra, su trabajo ha estado en museos de todo el planeta, entre los que se incluyen el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga; el Museu da Imagem e do Som de São Paulo, el Martin-Gropius-Bau, de Berlín; el Australian Center for Photography (ACP) de Sydney; el Museum of Contemporary Canadian Art (MoCCA) de Toronto; el Shanghai Center of Photography; la Kunsthalle de Múnich o el Suwon Museum of Art en Corea.

Erwin Olaf, The Kite, de la serie Palm Springs, 2018, © ERWIN OLAF, COURTESY STUDIO ERWIN OLAF / GALERIE RON MANDOS – AMSTERDAM, THE NETHERLANDS

'Erwin Olaf: narrativas de emancipación, deseo e intimidad'

Ahora, la exposición titulada Erwin Olaf: narrativas de emancipación, deseo e intimidad, que se podrá visitar estos días en el teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, pretende acercar a Madrid la vivacidad incómoda de su obra. Referencias a los más oscuros deseos, fetichismo "kink", imágenes que desconciertan y atraen al mismo tiempo, la constante sensación de ser un voyeur y la necesidad de seguir observando, configuran estas fotografías llenas de belleza y abiertas a múltiples interpretaciones.

Comisariada por Paco Barragán, la muestra constituye una gran muestra panorámica del trabajo de Erwin Olaf como un homenaje a su personalidad y su carrera artística, articulándose en torno a tres temas clave de su práctica artística: la emancipación (cuerpo político), el deseo (cuerpo sensual) y la intimidad (cuerpo afectivo).

La primera parte reúne un grupo de series y obras clave que giran en torno al activismo social, político y ecológico de Olaf. Los trabajos de la segunda sección abordan el deseo sensual o sexual explícito y representan la celebración del cuerpo humano. En la tercera parte su obra se vuelve más íntima e introspectiva, abordando conceptos como el aislamiento, la falta de comunicación, la tristeza o la decepción.

La muestra se completa con una treintena de autorretratos que reflejan no solo las frustraciones, los deseos y los interrogantes vitales de Erwin, sino también los distintos medios y técnicas utilizados en su práctica artística multidisciplinar.

Erwin Olaf, 11.30 am de la serie April Fool 2020, 2020 © ERWIN OLAF, COURTESY STUDIO ERWIN OLAF / GALERIE RON MANDOS

A través de su trabajo, se descubre también su influencia en la cultura visual actual, con una estética narrativa escenificada, composiciones muy cinematográficas y cuidadas que habitan espacios estilizados, captando con maestría el deambular del ser humano en una sociedad que ha perdido sus referentes. Unas imágenes que nos hablan de ese artista que sustituyó la realidad por la imaginación para convertirse en un cronista privilegiado de los problemas de la sociedad del siglo XXI: soledad, incomunicación, aislamiento, híper-individualismo y violencia.