Aquella noche llovía mucho. Lo hacía de una manera insólita, lo que provocó que varios amigos tuvieran que refugiarse entre las cuatro paredes de la Villa Diodati en Cologny, junto al lago Léman, en Suiza. Ahí, en aquel verano de 1816, a la luz de una vela, mientras el viento rugía y el tiempo no daba tregua, fruto de un juego que propuso el anfitrión, Lord Byron, surgieron dos grandes iconos del terror, Frankenstein y El Vampiro.

Ese año el tiempo se volvió loco. La erupción del volcán Tambora en la isla de Sumbawa, en la actual Indonesia, en abril del año 1815, desencadenó una serie de extraños fenómenos atmosféricos que se extendieron por todo el planeta y que causaron hambrunas y miles de muertos. Fue tal su envergadura que a 1816 se le denominó como "el año sin verano".

Precisamente aquel verano que no hubo verano, el poeta Lord Byron, que tuvo que abandonar Inglaterra debido a sus poemas antipatrióticos, reunió a varios de sus amigos en una mansión en Suiza. El mal tiempo no ayudó. No pudieron pasear por los jardines ni darse un chapuzón en el lago. En vez de eso se encerraron en la mansión durante tres días.

Todo comenzó como un juego

Pronto el aburrimiento se hizo notar. Las horas pasaban, se contaban historias de terror, pero ya no sabían con qué matar el tiempo. Hasta que a Lord Byron se le ocurrió una idea. ¿Para qué contar historias ajenas si podían crearlas ellos mismos? Así, propuso a sus invitados escribir una historia de terror.

Entre los integrantes se encontraban el médico de Lord Byron, John William Polidori, que le había acompañado en su exilio; el escritor Percy Bysshe Shelley; su amante (y futura esposa) Mary Wollstonecraft Godwin (a la que más tarde se conocería como Mary Shelley); y la hermanastra de esta, Claire Clairmont.

Por aquel entonces, el poeta Lord Byron ya era famoso y Percy Shelley también era escritor, pero para el resto de los comensales era su primera vez enfrentándose a una página en blanco. No decepcionaron. Precisamente, esa iniciativa que comenzó como un juego terminó dando lugar al nacimiento de dos obras maestras que se consagrarían como los pilares de la literatura de terror.

Mary Shelley aún no había escrito nada a pesar de que su padre, el pensador William Godwin, hizo que creciera entre tertulias literarias y filosóficas. Precisamente en una de las veladas que solía celebrar su padre en casa, la pequeña conoció al poeta Percy B. Shelley. Nada más verse se enamoraron, pero su padre no aprobó la relación. Shelley estaba casado y ya era padre de dos hijos. Ante la negativa de su padre, a los pocos meses de conocerse huyeron a Francia junto a Claire, la hermanastra de Mary.

El origen de 'Frankenstein'

Esa noche del 16 de junio de 1816, hoy hace 207 años, Mary escribió su primer relato, que más tarde editaría y pasaría a ser su primera novela, Frankenstein. Cuando salió a la luz dos años después de aquel verano, al ser anónima y al estar dedicada a su padre, se le atribuyó la obra a Godwin. Pero en 1822 Mary lo editó, y esta vez firmó con su nombre. En 1831, reescribió la historia por completo, al parecer con ayuda de su marido (tras el suicidio de su primera esposa, Mary y Shelley se casaron).

Mary Shelley, según el retrato pintado por por Richard Rothwell en 1840.

Hay muchas teorías que envuelven el primer relato de Mary. Para muchos, su personaje de Victor Frankenstein está inspirado en el alquimista Johann Konrad Dippel, que realizaba pruebas con cadáveres humanos a los que intentaba reanimar y transferir el alma de otras personas. De hecho, estos extraños ensayos los desarrollaba en su casa, el castillo de Frankenstein (Alemania).

Otros, en cambio, creen que Mary se basó en Luigi Galvani, un médico del siglo XVIII que planteaba que la electricidad era capaz de curar ciertas enfermedades y hasta de revivir cadáveres.

El primer vampiro de la literatura

A John William Polidori, el médico que acompañó a Lord Byron en su exilio, siempre le había interesado la literatura, pero decidió seguir los pasos de su abuelo y estudiar medicina. Cuando Lord Byron tuvo que abandonar Inglaterra, lo contrató y se lo llevó consigo. Pero el poeta lo humillaba y se refería a él en público como "el pobre Polidori".

Lo que empezó como una bonita amistad, se convirtió en algo insoportable para el médico, que veía en su jefe un ser "corrupto" y "depredador", lo que más tarde daría forma a su famoso personaje, creando el mito del vampiro tal y como lo conocemos hoy en día. Así, Polidori plasmó su odio hacia Byron en su novela El vampiro mostrando a través del protagonista Lord Ruthven, un vampiro aristócrata y frío, que inspiraría a numerosos autores como Edgar Allan Poe, Nikolai Gogol, Alexei Tolstoi, Alejandro Dumas o el mismo Bram Stoker, autor de la famosa novela Drácula.

Cuando la obra vio la luz en 1819, muchos dudaron de su autoría y se la atribuyeron a Byron. El poeta, por su parte, la negó y criticó el contenido. La tensión entre el médico y Byron aumentó y las discusiones se sucedieron hasta tal punto que Polidori intentó suicidarse. Tras ser despedido, el médico huyó durante una época a los Alpes e Italia. Pero con el tiempo volvió a Inglaterra y finalmente se suicidó tras ingerir una dosis de ácido prúsico. Ese veneno precisamente lo inventó el alquimista en el que supuestamente se inspiró Mary Shelley para crear a su personaje Frankenstein.

Las hijas de Mary Shelley

Aquella noche del 16 de junio de 1816, una de las más frías del año, cambió la historia de la literatura de terror. Esas obras que surgieron a raíz de un juego para pasar el rato sirvieron de inspiración para muchos libros y películas. Doscientos años más tarde, la plataforma Hijos de Mary Shelley, a través de su nuevo proyecto Diodati se mueve, creó una experiencia única para rendir homenaje a aquella noche irrepetible. Encabezado por el escritor Fernando Marías, que falleció el año pasado, lo integraron autores como Espido Freire, Raquel Lanseros, Lorenzo Luengo y María Zaragoza.