Una pareja de policías del Madrid de 1981 investiga el atropello mortal de una joven completamente desnuda, cuya autopsia revela unas terribles lesiones previas al accidente. A esto se suma el caso de dos jóvenes de edad similar cuyo rastro se pierde. ¿Qué tienen en común? Todas fueron vistas por última vez en locales de copas.

Así da comienzo Todos nosotros, la tercera novela policíaca de Javier Menéndez Flores, que el autor define como "un thriller clásico desde la primera página, y que recorre una trama en la que sus protagonistas, en vez de servirse de sofisticados medios técnicos para resolver el misterio que tienen entre manos, deben utilizar su capacidad deductiva y hacer de su necesidad virtud".

Y es que la primera parte de esta historia transcurre en una década en la que no existían las pruebas de ADN, los teléfonos móviles o las cámaras de seguridad. "Es una novela pre CSI". "Quería que el peso de la acción recayese en los hombres y no en el interior de un laboratorio", confiesa el autor.

Para Menéndez Flores, Todos nosotros es su novela "más ambiciosa", ya que en ella "he volcado toda mi experiencia como escritor" y es la que le ha hecho sentir "más libre". "Deseaba trabajar en un thriller de corte clásico y, aunque llevaba un tiempo meditando esta idea, he dedicado año y medio para terminar esta obra". En esos dieciocho meses, Menéndez Flores cree haber encontrado una "historia más atractiva" y haber creado "unos personajes que están más trabajados que en mis novelas anteriores, ya que esta es más amplia".

Los personajes de este libro no son meros figurantes, puesto que "tienen un peso importante en el desarrollo de la acción". El autor se propuso escribir sobre hombres y mujeres que él considera normales "ni superhéroes, ni antihéroes", para que los lectores se identificasen con ellos. A veces el inspector protagonista de una película o un libro es poco menos que un Superman o, por el contrario, un auténtico fracaso. "Yo recurro a personas comunes que se enfrentan a una serie de desapariciones terribles, y que lidian con esto en una época en la que España estaba cambiando", señala.

Algo que destaca el escritor de Todos Nosotros es que, aunque haya excelentes thrillers, como lector se ha encontrado con novelas en las que la acción era lenta. "Me he propuesto que pasen cosas desde la primera hoja hasta la última. Creo que es trepidante desde el principio hasta el final".

"Dentro del sector cultural, los escritores jugamos con algo de ventaja"

A la pregunta de si el coronavirus ha afectado a la publicación de su último trabajo, Menéndez Flores cuenta que entregó su libro a la editorial Planeta el pasado mes de noviembre. "Tenía una hoja de ruta, un calendario y se ha cumplido". Desde que se entrega la novela hasta que se pone en circulación "pasa un tiempo".

Si este año no fuera distinto a los anteriores, el novelista estaría en unas semanas en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares. Esta cita se trata de un evento "muy importante para lectores y escritores" y que no se celebre es "una auténtica faena".

Sin embargo, Menéndez Flores recuerda lo importante que es adaptarse a los cambios y "tirar para adelante". A cambio, "lo que hemos ganado desde el confinamiento es que todo lo online está funcionando muy bien, porque permite que haya contacto entre ambas partes".

Y es que la literatura se ha visto obligada a sobreponerse y a aprender a "lidiar con ello a marchas forzadas". Por suerte, Internet posibilita a la gente comprar libros sin necesidad de desplazarse. Por el contrario, aquellos que se dedican a la música o la actuación se han visto indudablemente "perjudicados". "Dentro del sector cultural, los escritores jugamos con algo de ventaja", concluye Menéndez Flores.