Ya no existen Dumas, ni Austens ni Cervantes. No hay Shakespeares, no hay Bröntes (ni una, ni dos, ni tres), ni tampoco hay Dostoyevskis. Ahora, lo que uno ve al entrar en una librería, apiladitos uno sobre los otros, son libros de portadas vistosas que destacan el nombre de quienes los han escrito, o al menos firmado. Ocasionalmente, estos vienen derivados de un faldón que indica el oficio del autor: periodistas, influencers, publicistas... Ya no hay escritores, sólo comunicadores.
Esto es lo que Arturo Pérez-Reverte (73 años) denunciaba el pasado domingo en su columna de XL Semanal, en la que destacaba la "poca vergüenza" de las editoriales que publican libros firmados por gente del mundillo del famoseo y de la comunicación. El autor de El capitán Alatriste señala, con su fanfarronería habitual, diversos agentes culpables de este hecho, ya sean "negros literarios" o editores (porque el lector sin criterio que elige su próxima lectura no tiene la culpa de nada), para terminar cargando el delito sobre los hombros de las editoriales, culpables, "con su ambiciosa desvergüenza" de "semejante acumulación de basura".
El 'marketing' de Pérez-Reverte
La capacidad de suscitar polémica con sus afilados dardos y acerados comentarios es uno de los rasgos predominantes de la dimensión pública de Arturo Pérez-Reverte. Una porfía aparentemente estudiada, porque el escritor, periodista y académico parece dar en la diana de la psique de los españoles con sus objetivos, que con frecuencia derivan en trending topic. Sabe qué decir pero, sobre todo, cómo decirlo. Y también cuándo hacerlo. A veces cuando un libro suyo o en el que ha intervenido de alguna manera está a punto de publicarse.
El artículo apareció en la web de ABC el miércoles 30 de abril, cuatro días antes de publicarse en el suplemento dominical de los diarios de Vocento. Un día después, Pérez-Reverte recordaba en su perfil de Instagram que la nueva edición de La flecha negra de Robert L. Stevenson, prologada por él mismo y coeditada por Edhasa y Zenda –la web literaria que fundó en 2016 y devenida recientemente en editorial– se publicaría esta semana. Casualmente, el artículo de marras contiene una cita del novelista británico: "Algunos de sus autores son mediocres o innecesarios, publicados por sus editores a ver si suena la flauta, olvidando lo que dijo Stevenson sobre quienes se empeñan en contar lo que a nadie interesa y pretenden además que les paguen por ello".
El texto comienza con la anécdota relatada por su amigo Jeosm, fotógrafo habitual para Zenda, al que supuestamente le habrían ofrecido "tres mil pavos de adelanto" por una novela que ni siquiera tenía intención de escribir. ¿El motivo? El relativo prestigio de Jeosm. Frente a esto, el académico se lleva las manos a la cabeza (con razón) por la desvergüenza de las editoriales que promueven una "estrategia editorial sin escrúpulos que como una mancha infame envilece lo que aún llamamos literatura".
Estas declaraciones han sentado mal dentro del sector editorial, aunque pocos se atrevan a manifestarlo públicamente. Pérez-Reverte es una figura poderosa en el mundo de la literatura española y nadie quiere enzarzarse con él.
"Es un cínico"
Aunque hay excepciones. La pequeña editorial Newcastle no tardó en responder al autor, publicando un tuit en el que mostraba su discrepancia con el artículo, esgrimiendo un argumento básico sobre el que se sustenta el negocio editorial moderno: "Gracias a los beneficios de esos libros horribles se publican otros minoritarios y extraordinarios".
El escritor, editor y fundador de Newcastle, Javier Castro (Plasencia, 1966), se ha extendido en sus opiniones en conversación con El Independiente. Castro "no entiende" el sentido del artículo del académico más allá de haberlo publicado "porque está cabreado por vender poco o porque vaya a sacar un libro próximamente y quiera vender más". "Yo no quería entrar en el trapo por respeto a Arturo, aunque es muy difícil respetarle. Es un cínico".
Esto hacemos. Los de color caquita de perro son memorias, libros de viaje, crónicas o ensayos literarios. La colección blanca son ensayos sobre arte y estética. No publicamos novelas. Aceptamos manuscritos, pero no si tienen dragones o la frase "salir de la zona de confort" pic.twitter.com/ife0v4vJME
— Newcastle ediciones (@Newcastleedic) February 10, 2022
Castro señala que el descaro de Pérez-Reverte surge de "haberse dado cuenta de que es un autor malo que ha perdido calidad", y que lo "peor" de su artículo es utilizar "una gran verdad" (que el panorama editorial actual es complicado) para elaborar una "gran mentira". "Las personas que viven de una editorial tienen que comer y, si bien es cierto que hoy en día tenemos que movernos mucho y dar la tabarra para ser alguien conocido, no todas son así. Muchas editoriales asumimos los libros que publicamos y está bien. Sinceramente, no sé quién se piensa que es Arturo Pérez-Reverte: va de purista cuando es un escritor comercial. No pasa nada por ello, pero no tires piedras a tus compañeros de cuerda", manifiesta el director Newcastle.
Vender para publicar lo que no se vende
Castro recuerda todas aquellas editoriales pequeñas que disfrutan, hacen su trabajo con "pasión" y rescatan a autores desconocidos, como la propia Newcastle, que publicará próximamente al español Emilio Gavilanes, un escritor "asombroso del que probablemente vendamos 250 libros porque no es comercial. Y no pasa nada por ello". Pero no desdeña tampoco a los grandes sellos editoriales que sí se aventuran a publicar autores conocidos en redes, metiendo en este saco al autor de La tabla de Flandes: "Yo soy una persona que se alegra de que Arturo venda porque, gracias a que Arturo Pérez-Reverte vende, Lumen –que pertenece al grupo editorial Penguin Random House– puede publicar a Natalia Ginzburg, a quien adoro".
"Arturo Pérez-Reverte dice: 'Eh, bajad la mirada a la mesa de novedades y veréis mierda'. Pues yo veo editoriales como Libros del Asteroide o Acantilado que flipo de lo bonitos que son. Hay muchas editoriales comprometidas con la calidad", explica Castro. Además de Newcastle, El Independiente se ha puesto en contacto con otros sellos de mayor o menor tamaño y con autores españoles que priman calidad frente a cantidad, pero todos han preferido "no hacer declaraciones".
Ni justo ni razonable
En opinión de Castro, Pérez-Reverte se permite citar a otras presentadoras (él mismo explica que son ellas, las mujeres, las que ven la tele y que, por ende, los editores "no son gilipollas" a la hora de escoger a una del mismo género para vender más; de la calidad literaria de los autores masculinos apenas dice algo) como Sonsoles Ónega, aunque nunca las nombra de manera directa. De la ganadora del Premio Planeta 2023 dice que es "una descarada", mientras recuerda aquella vez en la que la presentadora de Antena 3 afirmó que tomaba notas para sus novelas mientras la maquillaban en los camerinos, lo que permite a Pérez-Reverte regodearse afirmando que, publicándola, "el ego de la presentadora –o presentador, o lo que sea– queda satisfecho y ya puede titularse en Wikipedia periodista y novelista, y su cuenta bancaria recibe el premio oportuno y los derechos de autor, aunque sea la única novela que publicará en su vida". A día de hoy, Sonsoles Ónega cuenta con más de siete novelas publicadas.
Precisamente, fue esto lo que terminó de "descolocar" a Castro. "Que hablase de según qué caras de la televisión escribiendo según qué novelas, porque a Pérez-Reverte se le conocía por ser periodista en televisión. Él viene del mundo del famoseo". El editor apunta que "además de cínico" Pérez-Reverte es un "machista" pues, argumentando que son sólo las mujeres las que ven la televisión, parece estar diciendo que "precisamente por ver la tele, son esas lectoras las que no tienen ni puta idea de nada y leen esos libros-basura. Critica a Sonsoles Ónega cuando él es igual de malo que Sonsoles".
"No me parece ni justo ni razonable lo que ha hecho Pérez-Reverte. Querer enmierdar un sitio que es su casa. Si habla de vulgaridad y famoseo, en el fondo, está hablando de sí mismo", asegura el editor.
Que Reverte se queje de lo mal que está el mundo de la literatura es como que Lucas Vázquez se queje de lo mal que juega el Mafrid.
— Siberet (@SiberetSiberet) May 5, 2025
Esta doble moral tampoco ha pasado inadvertida entre los usuarios de X, que denuncian que Pérez-Reverte "parece la cotilla del pueblo que esparce mierda" y que critica a aquellos que empiezan como empezaron él. Sin embargo, otros usuarios admiten que, aunque el autor no sea "santo de su devoción", no ha dicho ninguna falacia; al contrario, ha dicho lo que "muchos lectores hemos pensado y que muy pocos escritores (de verdad) se han atrevido a decir". A Pérez-Reverte le han apoyado en redes sociales otros autores como Emilio Lara (El relojero de la Puerta del Sol) o Santiago Posteguillo (Roma soy yo).
¿Tiene razón Pérez-Reverte?
Ahora bien, el texto de Pérez-Reverte evidencia una realidad ineludible: que las editoriales comerciales apuestan cada vez más por cantidad frente a calidad. ¿Quiere decir esto que todo lo que se publica hoy en día es malo? ¿Debemos tomar por absolutas todas y cada una de las palabras que el autor de La isla de la mujer dormida ha expuesto en su escrito? Vayamos por partes.
Reverte denuncia que esta "plaga" de libros infames tapan a aquellos autores "que empiezan y son realmente buenos o pueden llegar a serlo", y lamenta que "algunos que podrían ser brillantes carezcan de las herramientas técnicas, las lecturas o el cine" necesarios para publicar un libro. Según un estudio publicado por la librería Diógenes de Alcalá de Henares en 2022, el 86% de los títulos editados en España vendieron menos de 50 ejemplares, y alrededor del 60% de los libros terminaron siendo destruidos debido al exceso de novedades y la falta de espacio en los almacenes de editoriales y distribuidoras. Conseguir visibilidad como escritor en España siendo un donnadie está complicado. Pero no es imposible.
Hay editoriales pequeñas, como la de Castro, que nadan contracorriente apostando por una literatura de calidad, aunque el problema de esta categoría sea, precisamente, "que existen pocos lectores de literatura de calidad". Pero, si uno lee la opinión de Pérez-Reverte, se dará cuenta de que precisamente está pidiendo socorro por todas aquellas editoriales que se ahogan en un mar de nimiedades.
Castro asegura que "estamos en la edad de oro" de escritores españoles. Admite que "por estadística, el 90% [de lo que se publica] es mierda; pero ese 10% es gloria. Gloria bendita". Este podría ser un territorio en el que ambos autores ondeasen la bandera blanca de la paz pero, de nuevo, sus caminos se separan, pues el editor de Newcastle considera que ser una personalidad conocida no limita la capacidad creativa de un autor. "Hay mucha gente que no habrá leído nunca un libro de Sabina Urraca pero que la consideran una figura de referencia porque sí que han leído un artículo suyo en internet o porque piensan que es guay. Eso es algo que ha pasado siempre. La influencia de Unamuno, por ejemplo, no estaba en sus libros (que son bastante aburridos), sino en que era una figura pública que iba opinando por todos lados y que no callaba la puta boca".
Pérez-Reverte habla de profesionalización, de "educarse en el conocimiento de los clásicos" y "ser capaz de crear algo que no se haya hecho antes". Esto le "hace gracia" a Castro, pues alega que "ni Cervantes, ni Kafka, ni su puta madre vivieron de sus libros", y asegura que "ningún escritor bueno ha vivido de sus libros en la vida, ni vivirá". ¿Es el éxito de un autor sinónimo de mala praxis editorial? ¿Si se es exitoso con los libros, se es vulgar en la escritura?
Pérez-Reverte denuncia la proliferación de libros mediocres. Castro defiende que, sin ellos, no podría subsistir el sector les da de comer a ambos –a uno mejor que a otro–. Es la pescadilla que se come la cola y, le pese a quien le pese, ambos tienen su parte de razón.
7 Comentarios
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hace 2 días
Calificar de DÉSPOTA a este Sujeto que “Okupa” el Palacio de la Moncloa es quedarse muy, pero que muy corto. Está más que claro que no alcanza, se mire como se mire, UNOS MÍNIMOS ESTÁNDARES DEMOCRÁTICOS. Unos ÍNDICES IGUALITARIOS Y ANTIAUTORITARIOS que se constituyen en ese conjunto de Principios y Normas que definen una Sociedad Democrática, como se supone que es España, y que se vienen aplicando en los Sistemas de Gobierno y, por tanto, en la vida política.
Por tanto, cabe llegar a la conclusión de que «PEDRO CHÁVEZ», como acertadamente definió SANTIAGO ABASCAL, es un «Déspota de Manual», una persona ( a menudo un gobernante ) que abusa de su Poder y Autoridad, utilizando la opresión y la arbitrariedad en sus relaciones con los demás. Un INDIVIDUO CARENTE DE ESCRÚPULOS que viene Mal Gobernando España sin respeto absoluto por la Ley y por los Derechos de sus ciudadanos, ejerciendo el Poder con GUANTE DE HIERRO, un Dominio Político que es absoluto, despiadado, tiránico y opresivo.
hace 2 días
Puede que don Arturo sea un bocazas,pero lo que no puede negarse es que todo lo que afirma en estos comentarios son verdades como puños.
hace 3 días
Pérez-Reverte es un soberbio y un prepotente que te bloquea en X no por hablar mal de él, sino incluso por no hablar.
hace 3 días
He leído la mayoría de los libros que ha escrito. Lo último » La isla de la mujer dormida «, allá por navidad. Con mi paisano Miguel Delibes son mis dos autores favoritos.
Por eso reconozco que no puedo ser objetivo en mis comentarios sobre Arturo Pérez Reverte.
Sé que es irónico, tajante y agresivo cuando se manifiesta contra algo o alguien., venga de donde venga. Pero le considero una persona auténtica, tenaz y trabajadora, aparte de muy inteligente.De los personajes más interesantes de esta actual sociedad nuestra.
Pero como decía aquél, todo es del color del cristal con que se mira.
hace 3 días
Ver a estas alturas a alguien ofenderse por Pérez Reverte y encima criticar su calidad sigue teniendo su gracia. Pobrecitos, ea, ea.
hace 3 días
No creo que Pérez Reverte haya dicho en su artículo nada que no sea cierto. ¿Por qué la polémica entonces? Supongo que simplemente por atreverse a decirlo del modo directo en que lo dice.
¿O es que algunos (o algunas, también es verdad que son más mujeres que hombres) periodistas convertidos en escritores hubieran tenido tantas facilidades para publicar si no hubieran alcanzado antes la fama que da la televisión? ¿O no es verdad que son las editoriales las que les hacen muy jugosas ofertas y ponen a su disposición los medios necesarios, negros literarios incluidos, para que puedan acabar firmando una novela que luego proporcionará a esas editoriales cuantiosos beneficios?
Aunque su caso, visto con la perspectiva que da su dilatada obra, sea distinto, a Pérez-Reverte le ha faltado reconocer que fue precisamente su fama como periodista la que también le facilitó a él publicar su primera novela (recuerdo que cuando la leí me llamó la atención la cantidad de gerundios que me encontré, algo que entonces relacioné con su oficio de periodista acostumbrado a escribir apresuradamente al dictado de la actualidad).
No era necesario, sin embargo, citar por su nombre a las dos periodistas famosas a las que alude. Yo me enterado gracias a Internet de quién es la segunda, esa que en realidad siempre quiso escribir y que además de creer en el poder de las historias para cambiar la mente de la gente, si mañana se quedara sin trabajo no se lo pensaría ni un segundo, abriría el ordenador y se pondría a escribir. Lo que nos estamos perdiendo los lectores por empeñarse en mantener su puesto en las mañanas de la tele… Qué pena que no la despidan.
hace 4 días
Pérez Cebolleta sigue con su misma táctica oxidada desde hace muchos años. Tiene que armar bulla para seguir en el «candelabro» porque su contrato con Alfaguara le exige un libro anual y cada vez son más malos y repetitivos. Pero cuando entras en el Carrefour te das conta el muro de ladrillos que son su última obra y si no se habla de él, no se vende. Un año toca la guillotina, otro la Inquisición, lo que le sugiera el departamento de promoción. En Argentina despotrica contra España en las últimas semanas. Y así todo. No se da cuenta que su tiempo ha pasado y en lugar de ser un escritor recordado con agrado y admiración se está conviertiendo en un pesado, incluso para los que lo admiramos antaño. Pero muy antaño. Yo lo comparo con Vargas Llosa, quien en su última época se dedicá a ser un aristócrata algo decadente, entregado a festejos y escribiendo alguna cosa interesante hasta que se cansó y la vida lo retiró. Mientras que Pérez Cebolleta sigue de tricoteuse con su matraca. Cansas, Arturo, cansas mucho.