1944 y la historia de su bisabuela, Nazylkhan, deportada a Asia Central junto a sus cinco hijos mientras su marido luchaba contra los nazis en las filas del Ejército Rojo, en la Segunda Guerra Mundial. Ucrania celebraba casi como una victoria militar aquel triunfo de su cantante Jamala (Kirguistán, 1983) en el Festival de Eurovisión 2016, donde se impuso al representante de Rusia, Sergey Lazarev, uno de los favoritos, quien terminó en tercera posición. 1944 era la voz que relataba la deportación de los tártaros de Crimea, una comunidad turcohablante de mayoría musulmana que vive desde el siglo XIII a orillas del mar Negro, ordenada por el dictador soviético Iosif Stalin durante la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que levantaba objeciones en Rusia, que la consideró un ataque velado al Kremlin.

Desde Rusia acusaron a sus vecinos de querer imponer a los espectadores europeos "una visión falsa de un supuesto hostigamiento a los tártaros en la Crimea rusa", pero la Junta Ejecutiva de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) aclaró que la canción no contenía un "discurso político" -algo que no permite las normas del propio festival-: "Cuando llegan los extraños, vienen a tu casa, os matan a todos y dicen: No somos culpables. ¿Dónde tenéis la cabeza? La humanidad llora, creéis que sois dioses, pero todo el mundo muere. No os traguéis mi alma, nuestras almas​", dice la letra.

Por aquel entonces los tártaros de Crimea denunciaban que después de que Rusia se hiciera con el control de la península, en 2014, la situación para ellos había empeorado de manera significativa. Tanto, que a finales de abril de aquel año, el Tribunal Supremo de Crimea prohibía las actividades del Medzhlis (la asamblea popular tártara), al que calificó de organización extremista por negarse a aceptar la anexión rusa de la península ucraniana.

Para Jamala aquella canción era la historia de su bisabuela y la de muchos otros. "Mi familia estuvo encerrada en un vagón de carga, como animales. Sin agua y sin comida, narraba la artista. El cuerpo de mi bisabuela fue arrojado desde un camión como si fuera basura", recordaba la cantante antes de actuar en la gran final del certamen. Pero ahora, y desde las seis de la mañana del 24 de febrero de 2022 en Moscú, cuando Vladimir Putin lanzó un mensaje televisado donde anunciaba la "operación militar especial", "lamentablemente" 1944 ha adquirido un nuevo significado.

La de su abuela es ahora su historia y la de las más de 10 millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares en Ucrania: "No es solo una guerra en Ucrania, es una guerra contra los valores europeos. Creo que todos estamos en el mismo bote, pero ganaremos. Otra vez", afirma la artista en palabras para El Independiente.

El cuerpo de mi bisabuela fue arrojado desde un camión como si fuera basura"

jamala

Refugiada en Estambul junto a sus hijos, Jamala se ha convertido en la voz que remueve conciencias a lo largo de estas semanas, en las que ha pedido ayuda internacional contra la invasión a Ucrania a través de sus redes sociales: "No tengo palabras para describir la tragedia que se está desarrollando en Ucrania en este momento. Más de diez millones de personas son desplazadas de sus hogares, algunos entre el esquivo de bombas y el fuego de ametralladoras. Más de 10.000 civiles ya han perdido la vida a causa de la salvaje e injustificada agresión brutal de Rusia contra Ucrania. Todo esto está sucediendo para que el mundo entero lo vea. Y el mundo, lamentablemente, no ha podido prevenir ni detener esta tragedia. Y sí, la Comunidad Internacional está tratando de ayudar, pero a mí me parece que de una forma muy lenta en comparación con las vidas que perdemos cada minuto", relata.

Por ello, si de ayuda se trata, la ganadora de Eurovisión 2016 ha usado su voz como la única arma capaz, dice, de "clamar la inmediata": "Lo que está pasando en Ucrania no es una operación militar, es una escalada militar sin reglas. Hoy, Rusia ha amenazado a todo el mundo. Pido a todos los países europeos que se unan contra esta agresión, como están haciendo los ucranianos en mi país".

Desde que estallara la guerra, Jamala ha organizado numerosos eventos especiales en Alemania y Rumanía con el objetivo de recaudar donaciones para ayudar a su país. Así, la de Kirguistán fue una de las invitadas estrella a Germany 12 points, la selección nacional alemana para Eurovisión, donde logró recaudar cerca de 67 millones de euros "para el ejército ucraniano"; o del concierto por Ucrania organizado en Birmingham, con Ed Sheeran, Tom Odell o Nile Rodgers, entre otros, que consiguió recaudar más de 12 millones de libras esterlinas, más de 14 millones de euros "para las necesidades humanitarias en Ucrania".

La velada fue conducida por Roman Kemp, Marvin Humes y la ex de las Spice Girls, Emma Bunton, frente a pantallas gigantes que mostraban el girasol, la flor nacional de Ucrania. Jamala relató que dudó de subir al escenario mientras su país está en guerra pero cambió de opinión: "Creo que ahora es lo que puedo hacer. Si puedo cantar para recaudar fondos para ayudar a Ucrania continuaré haciéndolo", dice.

Los otros exrepresentantes de Ucrania en Eurovisión que piden ayuda internacional

De Oleksandr Ponomariov, primer representante del país en Riga 2003, hasta la banda de electrofolk Go_A, representantes de Ucrania en Róterdam 2021, o exrepresentantes rusos. Son muchos los que se han unido a Jamala y usado las redes sociales para manifestarse en rechazo a la guerra y a favor de la paz; como la subcampeona del festival de Eurovisión 2008, edición ganada por el ruso Dima Bilan, que ha publicado una foto con un texto en inglés en el que puede leerse "STOP WAR!" (Paren la guerra) junto al hashtag #нетвойне (#NoALaGuerra); o el de la banda formada por Kateryna Pavlenko, vocalista del grupo y los músicos Taras Shevchenko, Ihor Didenchuk e Ivan Hryhoriak, que no han dejado de compartir mensajes alabando a Ucrania y a sus Fuerzas Armadas con el optimista mensaje de "Ganaremos".

Parecido es lo que ha hecho la primera ganadora de Ucrania en Eurovisión, que también se ha sumado a las reivindicaciones. Desde que Vladimir Putin amenazara por primera vez con atacar a Ucrania, Ruslana Lyzhychko, que ganó Eurovisión en 2004, no ha dejado de compartir imágenes en favor de su país:  "Ahora rezo como nunca antes, y le pido a Dios que nos de fuerza y ​​fe, porque solo queremos vivir, y nadie tiene derecho a quitarnos bajo ningún mito, nuestra tierra." 

Asimismo, la cantante también ha compartido un vídeo en el que difunde varios mensajes de socorro y le pide al mundo que despierte y se actúe ya. "Esta es una guerra contra el mundo y la paz, contra las reglas, las leyes y la seguridad. ¿Podéis oírnos? Actúa, por favor. Ahora. Antes de que sea demasiado tarde", sentencia la ganadora del certamen europeo.

Y a ella se ha sumado Mélovin, representante de Ucrania en el festival de Lisboa 2018 (aquel Eurovisión en el que participaron Alfred y Amaia), que ha publicado un vídeo en el que muestra algunas de las imágenes más duras de la guerra con el siguiente mensaje: "Lo que realmente está sucediendo en Ucrania nunca se mostrará en Rusia, nunca aparecerán en las redes sociales rusas", ha afirmado.

También Sergey Lazarev, quien fuera el candidato ruso en el 2016 y el 2019, ha mostrado su rechazo a la invasión y confesado estar «llorando como un niño» ante el conflicto. «Nadie apoya la guerra. Quiero que mis hijos vivan en tiempos de paz. ¡No a la guerra!», reitera.

Rusia, expulsada de Eurovisión 2022

La Junta Ejecutiva de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) anunciaba el pasado 25 de febrero su decisión acerca de la participación de Rusia en el en el Festival de Canción de Eurovisión que se celebrará en Turín el próximo mes de mayo: el país no podrá concursar tras la "crisis sin precedentes en Ucrania".

A través de un comunicado, la UER ha explicaba que esta decisión se ha tomado tras la recomendación del órgano rector del propio festival y basándose en las reglas del evento y en los valores de UER. Además, la Unión Europea de Radiodifusión ha consultado "ampliamente" con sus miembros". En este sentido, explicaban que, ante la "crisis sin precedentes en Ucrania", la participación Rusia en este concurso "desacreditaría la competencia".