De plataformas multidisciplinares que miden los gustos de la vertiginosa marabunta de seres humanos que demandan series, canciones, películas, documentales, entrevistas, concursos y entrevistas a personajes que se van olvidando, y tantas otras cosas, que nos tienen atados al sofá de casa, a la cama con pantalla digital a los pies, al butacón con mando a distancia. 

Mundos virtuales, espacios infinitos en lugares pequeñitos, mirar sin pensar en nada, observar sin penar en nada, ya no somos nosotros y nuestras circunstancias, somos producto del producto, somos primitivos con resguardos prime, somos sapiens sin necesidad de cazar, depredadores del consumismo, a la sombra de los gustos de los otros. 

Se nos presentan, por tanto, Prímital Brothers, como entes visibles de esta nueva Plataforma que lo abarca absolutamente todo. Es el aleph que simboliza el poder transformador, el poder cultural, la energía creadora o universal, pero también el poder de vida, un canal de la creación, el principio y el fin de la existencia, dada su condición de atemporalidad. Jorge Luis Borges define el aleph como “una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna”. El lugar donde se avista todo lo que sucede en el universo. Pues, hete aquí, que estos Prímital, con sus voces, propician el recuerdo, las sensaciones, el humor, las canciones a su manera, (y no a la de Frank Sinatra), ritmos, palabras, tempos, graves, agudos, sostenidos. Y bemoles. Que se echan a sus gargantas y presentando en Prime, en horario Prime, en condiciones Prime, en situación Prime… Se saltan el tiempo, que nunca es eterno, y en un alarde fónico nos pasean y se balancean hasta por Bollywood, por las series infantiles, por los programas emblemáticos, por el cine universal e ibérico, por las canciones de ayer y de antes de ayer que, en realidad, son de hoy, en un indómito concierto en el que hasta participa el respetable público.

Íñigo García, Adri Soto, Pedro Herrero y Manu Pilas, bajo la dirección de una voz en off que podría ser Dios, o divinidad varia, quizá, Héctor de Miguel, y sobre la composición musical de Santiago Ibarretxe, van poblando de risas el escenario, convirtiendo a los hirsutos espectadores en incondicionales entregados a las semblanzas de este Prime y, de esta manera, van perdiendo su carácter iracundo (el espectador expectante), serio, adusto y preocupado por las fiestas, que los Prímital domeñan para llevárselos a su terreno en un destino final de amalgama de villancicos, sonrientes y relajados, poseídos por el hechizo de estas magnas voces y presencias peculiares. 

Ya, después de esto, puedo decir, medio cantando a capela, como ellos, que la Navidad adquiere otro sentido, ya puedo habitar en horario Prime, en ritmo frenético sin despeinarme, porque cuando salga del concierto-teatro-show iré por la calle Covarrubias, imitándolos, mal, pero haciendo lo que pueda, y gritando a voz en grito y redundante: “He visto a Prímital Brothers y ¡los he escuchado!, atento a sus matices infinitos de plenitud coral y voces desnudas. ¡Ea!

Este es un pie de foto

PRÍMITAL PRIME

Idea original: Prímital Brothers y Héctor de Miguel
Intérpretes: Íñigo García, Adri Soto, Pedro Herrero y Manu Pilas
Dirección musical, composición y arreglos: Santiago Ibarretxe
Dirección: Héctor de Miguel
Espacio: En los Teatros Luchana hasta el 7 de enero