Vida Sana

Ocho cosas que puedes hacer para mejorar tu vida sexual

Alimentación sana, ejercicio físico o compartir momentos de ocio de pareja, son algunos de los ingredientes que mejorarán la calidad de nuestra vida sexual.

Ocho consejos para mejorar tu vida sexual.

Tener hábitos de vida saludables es bueno para nuestra salud en general y para nuestra salud sexual en particular. La dieta o alimentación que llevemos, si hacemos o no ejercicio físico o las horas que le dedicamos al descanso son fundamentales para sentirnos más saludables, algo que notaremos también, y mucho, en nuestra sexualidad y relaciones íntimas.

Porque aunque parezca obvio y evidente, cualquier cosa que afecte a nuestra salud lo hará también a nuestra vida sexual. Sólo hay que escarbar un poco en nuestra propia memoria. Pero no hablamos únicamente de los aspectos físicos de nuestra salud sino también de la parte más emocional y psicológica de nosotros mismos y de nuestras relaciones.

1. Mantén una alimentación sana (no existen alimentos afrodisiacos)

Mucho se ha hablado de la existencia de alimentos afrodisíacos para aumentar el deseo sexual, sin embargo, y en contra de lo que se pueda pensar, nada de eso se ha podido demostrar. Y así lo afirma a El Independiente Carlos San Martín Blanco, doctor en Medicina, sexólogo clínico y terapeuta de pareja, y coordinador y cofundador del Centro Interdisciplinar de Psicología y Salud, CIPSA, de Santander: “No hay ninguna evidencia científica de que existan alimentos “afrodisíacos” pese a que esta idea ha formado parte de la mitología de diferentes culturas. Lo que sí es
evidente es que disfrutar de una alimentación sana que promueva nuestro bienestar general puede ser un inductor para disfrutar de una mayor calidad de vida sexual, que incluya un mayor deseo”.

Del mismo modo, lo confirma también Ana Belén Carmona Rubio, terapeuta sexual y de pareja en Lasexologia.com y profesora del Máster Oficial en Sexología de la Universidad Camilo José Cela (Madrid): “No hay alimentos que ingeridos por sí solos vayan a producir deseo sexual. Si pasa esto, si una persona se toma un determinado alimento que cree que es afrodisiaco y experimenta deseo sexual, tendrá más que ver con un efecto placebo que con un efecto real”.

Lo realmente importante para mantener una buena salud, y por ende una buena salud sexual, añade Carmona, es llevar una dieta sana y equilibrada. “Y seguirla y mantenerla, cuidando cultural y sanitariamente como herramienta de prevención y de salud. Si nuestra dieta fomenta nuestro bienestar general también lo va a hacer con nuestra salud sexual, ya que ésta se puede ver afectada por problemas como la hiperlipidemia, la diabetes, el sobrepeso, etc”, añade San Martín, también director del recién estrenado Observatorio Nacional de Salud Sexual (ONSEX).

2. Practica ejercicio físico de forma regular

No es ninguna novedad que la práctica de ejercicio físico de forma regular ayuda a que tengamos mejor salud. Por tanto, ayudará también a nuestra salud sexual. Así, tal y como explica San Martín, “el sedentarismo favorece el riesgo cardiovascular junto a otros factores como los hábitos tóxicos, y una mala salud cardiovascular deteriora nuestra salud sexual. Por el contrario, el ejercicio físico regular favorece la sensación general de bienestar, nuestro rendimiento físico general y sexual (ya que el sexo no deja de ser una actividad física) e incluso nuestra autoestima, que es un aspecto que también modula nuestro deseo sexual”.

Un estudio español de 2017 confirmó que las mujeres que hacen más ejercicio tienen menos probabilidad de tener bajo deseo sexual

Pero no hace falta machacare en el gimnasio ni correr varios kilómetros diarios. Lo importante es que “el ejercicio físico sea regular, sin necesidad de ser necesariamente de alta intensidad. Debe estar adaptado a nuestra edad y condiciones físicas y preferiblemente favorecer las condiciones aeróbicas para mejorar la función cardiovascular”, añade el doctor. La propia Organización
Mundial de la Salud (OMS) recomienda hacer, al menos, 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa.

Practicar deporte o ejercicio físico es algo que nos mantiene sanos, señala Carmona, y hace que nos veamos mejor físicamente, algo que influye en nuestra forma de relacionarnos y de comportarnos. Incluso, hacer ejercicio físico puede ayudar a aumentar el deseo sexual o la libido de las mujeres, tal y como confirmó un estudio español publicado en 2017: “Aquellas mujeres que hacen más ejercicio físico tienen menos probabilidad de tener deseo sexual hipoactivo o bajo deseo sexual”.

3. Descansa y duerme lo suficiente

El descanso es otro de los pilares fundamentales de nuestra salud. No dormir bien o no tener un buen descanso tiene implicaciones directas en nuestra salud. Por ejemplo, un estudio  publicado a principios de este año aseguraba que dormir menos de 6 horas, aumentaba el riesgo de enfermedad cardiovascular. A mayor calidad de sueño, mejor serán nuestras funciones diarias, incluidas las referentes a la esfera sexual.

Si dormimos mal, asegura San Martín, no sólo nos encontraremos mal físicamente y anímicamente sino que favorecerá la ansiedad, una emoción vinculada con un peor desempeño sexual. “A veces nos empeñamos en mantener nuestras relaciones sexuales por la noche, cuando el momento ideal sería la primera hora de la mañana”, afirma el doctor, argumentado que “a primera hora de la mañana estaremos más descansados, con lo que mejorará nuestra función sexual, nuestra testosterona va a estar más elevada promoviendo el deseo y la erección en los hombres y el sexo generará endorfinas que promoverán una mayor sensación de bienestar el resto del día”.

Un estudio publicado en 2015 en la revista científica The Journal Sexual of Medicine  y realizado a mujeres, observó que a mayor calidad de sueño, mayor y mejor respuesta sexual.

4. Aléjate del tabaco y del alcohol 

Cualquier sustancia tóxica (alcohol, tabaco u otras drogas) influyen en nuestra respuesta sexual a nivel vascular, neurológico y psicológico. “Este es un aspecto imprescindible de conocer porque frivolizamos su uso recreativo o la adicción a estos hábitos que pueden llegar a dañar gravemente la respuesta sexual de hombres y mujeres”, señala San Martín.

Más concretamente, el exceso de alcohol, apunta Carmona, puede afectar de forma negativa en la erección, excitación y funcionamiento de determinadas fases de su respuesta sexual”. Y el tabaco  es uno de los factores de riesgo cardiovascular. Algo que puede influir de forma importante en nuestra salud sexual. Por ejemplo, la disfunción eréctil  que afecta a más de 2,5 millones de españoles, es un problema que puede estar detrás y ser un alerta de una enfermedad vascular.

5. Conócete mejor (sexualmente hablando)

“Para tener una buena salud sexual es necesario tener unos mínimos de salud, pero casi más importante que los aspectos físicos son los aspectos emocionales, vivenciales y relacionales”, afirma Carmona. Y uno de los aspectos psicológicos más importantes que señala es el de conocerse mejor, sexualmente, a uno mismo.

Es fundamental autoexplorarnos, conocer nuestro cuerpo, ver qué nos excita, qué nos gusta hacer

Tal y como explica Carmona, es fundamental autoexplorarnos, conocer nuestro cuerpo, ver qué nos excita, qué nos gusta hacer, con qué cosas disfrutamos. “Es importante conocer bien nuestro propio cuerpo. Hay muchas mujeres que no conocen su cuerpo, que no saben cómo estimularse y por ello, muchas de ellas tienen problemas de falta de placer o de excitación. Por no haberse mirado ni autoexplorado ellas mismas antes”.

6. Disfruta de momentos de ocio en pareja

En una relación de pareja es fundamental, afirma Carmona, tener momentos de ocio, pasar tiempo de calidad con tu pareja haciendo cosas que a los dos os gusten. “Cuanto más ocio y tiempo de calidad más cuidada está la relación, más deseo y más química sexual entre la pareja”.

Además, apunta por su parte el psicólogo clínico y sexólogo, Héctor Galván Flórez, director clínico del Instituto Madrid de Sexología, para facilitar el deseo, sobre todo en parejas de larga duración, es fundamental que el día a día no se acabe convirtiendo sólo en los quehaceres de la casa, de los hijos o de la economía familiar. “Si una relación de pareja se convierte en una gestoría, el deseo desaparece. Por lo que es muy importante conservar los momentos de pareja”, afirma.

7. Maneja los momentos de estrés y preocupaciones

Los momentos de estrés y preocupaciones serán inevitables en nuestra vida. Todos hemos pasado o pasaremos por momentos complicados que debemos superar. Dentro de la esfera sexual, es importante saber, señala la profesional en sexología, que en esos malos momentos, el deseo y lo sexual pasarán a un segundo plano. “La pareja tiene que ser consciente de que la sexualidad no será una prioridad y que es algo normal en estos momentos. Que no pasa nada por no tener relaciones durante un tiempo”.

En estas etapas, es de gran ayuda “bajar las expectativas dentro del terreno sexual, saber que no se tendrá el mismo deseo sexual de siempre y que por ello no habrá que exigirse tener relaciones, pues esa exigencia podría añadir aún más estrés y presión a las preocupaciones que ya tenemos”. Lo que sí es importante, añade la experta, es seguir manteniendo el contacto físico y tener otras manifestaciones sexuales menos exigentes y menos centradas en los genitales como: besos, caricias, masajes… Que haya contacto físico. Además, “si la relación de pareja es buena, ésta servirá como amortiguador para el estrés y las preocupaciones, porque la otra persona te va a apoyar”, afirma.

8. Practica la ‘sexualidad de pasillo’

“La actividad sexual de una pareja no debe encorsetarse sólo al dormitorio”, apunta Héctor Galván. Es importante que las parejas practiquen lo que este profesional llama ‘la sexualidad de pasillo’. Esto es, que la sexualidad esté presente en la pareja, de forma espontánea, en momentos puntuales y en cualquier sitio. A través de una broma, de un comentario, de un beso, de un abrazo. Que no tiene que ser y estar únicamente en la alcoba.

Además de esto, para mejorar la vida sexual no sólo es importante el bienestar de la pareja en sí, sino el bienestar individual. “El hecho de que cada miembro de la pareja sienta bienestar también facilita que luego la vida sexual sea mejor. Por ello, hay que cuidar el estado de la relación de pareja pero también el bienestar de uno mismo”, concluye Galván.

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