Muchos españoles madrugan estos días por primera vez tras varias semanas de descanso. Despertadores cuyo sonido ya habíamos olvidado vuelven a proyectarse directamente en el cerebro junto a la voz del jefe, el sonido de la impresora o el del cliente al teléfono. Es fácil creer entonces que estamos sufriendo una depresión postvacacional. Pero cuidado, porque es fácil hacerse la víctima y no tan difícil cambiar de estrategia.
"Deberíamos darle menos importancia a la depresión postvacacional. Se habla mucho de ella, pero realmente solo existe cuando uno vuelve a enfrentarse a problemas que ya estaban ahí: si el trabajo es demasiado estresante, si el clima laboral es negativo... ahí sí se puede hablar de verdadero estrés o depresión, pero no es postvacacional", indica Montserrat Amorós, directora del Departamento de Psicología de la Educación en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Para volver a la rutina, la experta propone una serie de consejos que empiezan ya desde el último día de vacaciones y que son fáciles de seguir.
- Pensar la vuelta
"Si ayer nos bajamos del avión y hoy trabajamos, no nos da tiempo a prepararnos. Es necesario llegar con un margen de tiempo, al menos deshacer las maletas y organizar un poco nuestra vuelta a la rutina", explica Amorós, que añade a esta preparación un buen sueño la noche anterior.
- El mundo no se acaba el 1 de septiembre
"Aunque se acaben las vacaciones no se acaba el verano, se puede disfrutar en pequeñas dosis, o también puentes...", apunta la docente, "mejor si compartimos los recuerdos del verano con los compañeros, eso ayuda a seguir disfrutando de ellas y no olvidar tan rápido las emociones positivas.
- Vivan los propósitos...
Ponerse metas o propósitos realistas también puede animar la vuelta a la rutina. "Si en transporte público tardamos una hora y media y en coche 30 minutos, mejor no proponerse ir en metro. Quizás sea mejor buscar algún compañero para compartir gastos y gasolina", ejemplifica Amorós, "llevar una vida menos sedentaria, mirar menos el email del trabajo a deshoras o estrechar las relaciones con los compañeros de trabajo también son buenas ideas para empezar en septiembre".
- ... Pero con flexibilidad
Si nos habíamos propuesto comer de tupper saludable y un día comemos pizza, no pasa nada. Esta experta considera que hay que "ser flexible con uno mismo, porque lo importante es la constancia". "Todos los propósitos no van a salir bien, nos costarán más o menos y podremos dejarlos de lado uno o varios días, pero lo importante es tener clara la meta para ser constante... entonces seguro que al final lo conseguiremos", explica la psicóloga.
- Concedernos tiempo para reflexionar
El mindfulness está de moda, con razón a juzgar por lo que dice Amorós: "Las cosas nos afectan demasiado porque las emociones las tenemos a flor de piel. Todo va demasiado rápido y no da tiempo a bajar la tensión emocional y así a veces es imposible tomar decisiones razonables". Así, la experta recomienda respirar y, tal como dice la técnica del "pensamiento consciente", "ser consciente del aquí y el ahora" para tomar mejores decisiones.
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