Desde este jueves 21 de mayo, el uso de mascarillas es obligatorio en todo el territorio español en "vía pública, espacios al aire libre y en espacios cerrados de uso público o que se encuentre abierto al público", siempre y cuando no se pueda mantener una distancia de seguridad de al menos dos metros.

Deberán llevarlas todas las personas mayores de seis años, excepto aquellas que presenten problemas respiratorios, de salud o discapacidad. Su uso será recomendable para población entre 3 y 5 años.

Las mascarillas quirúrgicas e higiénicas, las más recomendables para la población, no deben usarse más allá de las 4 horas. De hecho, el Ministerio de Consumo recomienda que, en caso de que la mascarilla se humedezca o deteriore por su uso, se sustituya inmediatamente por otra.

No obstante, si la persona no supera el tiempo de uso recomendado y no necesita usarla más, puede conservarla para un segundo uso, siempre y cuando lo haga siguiendo las recomendaciones del fabricante y las pautas adecuadas.

Según la Organización Colegial de Enfermería y el Área de Enfermería de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Respiratoria (SEPAR), las mascarillas han de conservarse en una bolsa traspirable o en un sobre de papel (sabiendo que la parte externa no debe tocarse porque es la contaminada), pero nunca en el bolso o bolsillo, ya que son un vector de contaminación.

En una infografía publicada en redes sociales, el SEPAR recuerda, además, que las mascarillas quirúrgicas e higiénicas son unipersonales, no se deben compartir.

También hacen otra serie de recordatorios como que deben cubrir la boca, nariz y barbilla; la parte que tiene color debe ir hacia afuera; no se debe tocar la mascarilla una vez puesta; y no debe quitarse para toser o estornudar.

Tanto las mascarillas quirúrgicas como las higiénicas son un complemento a las medidas de distanciamiento físico e higiene recomendados por el Ministerio de Sanidad.