Este cáncer de colon es el tumor maligno de mayor incidencia en España. Se trata de la neoplasia más frecuente teniendo en cuenta a los dos sexos a la vez (es el segundo en mujeres tras el cáncer de mama y el tercero en hombres tras el de próstata y el pulmón), aunque tiene un elevado porcentaje de curación si se detecta en los primeros estadios de su evolución.

En torno al 80% de los casos de cáncer de colon son esporádicos, lo que significa que su causa es inespecífica o indeterminada. El otro 20% de los cánceres de colon son hereditarios. Las personas con un familiar de primer grado con cáncer de colon tienen más probabilidades de padecer la enfermedad. Alrededor del 5% de este grupo muestra predisposición al cáncer colorrectal no polipósico hereditario (síndrome de Lynch), una enfermedad rara que afecta generalmente a personas de 30 a 50 años.

Uno de los problemas de este tumor es que no suele provocar síntomas específicos y, cuando lo hace, suele encontrarse ya en una fase avanzada. Otros síntomas que pueden alertar de su aparición son el sangrado en las heces, cambios en la frecuencia (más o menos frecuente) y características de las deposiciones (más blandas), masa abdominal, cansancio, anemia, pérdida de peso y apetito sin explicación aparente, dolor o molestias abdominales.

El cáncer de colon es de los pocos cánceres que se pueden diagnosticar precozmente, incluso antes de que el paciente tenga síntomas. Para ello es necesario que la población mayor de 50 años o en grupos de riesgo participe en los programas institucionales de cribado.

De hecho, hay estudios que demuestran que estas técnicas de diagnóstico reducen la mortalidad entre un 15 y 30 por ciento, ya que más del 70 por ciento de los tumores detectados están poco avanzados y se pueden curar, por lo que la prevención activa a través de los programas de cribado de cáncer de colon debería formar parte de los hábitos de salud de la población.