Que "las vacunas salvan vidas" es, además de un eslogan en distintos programas de salud pública, una realidad que se puede medir. Un ejercicio que acaba de publicar un equipo de científicos en The Lancet para analizar el poder que tienen las diez vacunas contra enfermedades comunes en los países con ingresos medios y bajos.

La inmunización contra la hepatitis B, H. influenzae tipo b, el virus del papiloma humano, la encefalitis japonesa, sarampión, meningitis A, neumonía estreptocócica, rotavirus, rubeola y fiebre amarilla habrán evitado 69 millones de muertes entre 2000 y 2030 según el modelo realizado por este grupo de expertos, el mayor hasta la fecha y que ha incluido 98 países.

El mayor impacto, con diferencia, es el del sarampión, a cuya vacunación se le atribuye la capacidad de poder salvar 59 vidas en esos 30 años. Un dato que adquiere si cabe mayor importancia si se contextualiza en las corrientes antivacuna que han provocado el resurgir de la enfermedad en España y en Europa en años recientes.

Muertes evitadas gracias a las diez vacunas indicadas entre 2000 y 2019

The Lancet

El estudio estima que, además, los bebés nacidos en 2019 tendrán un 72% menos de mortalidad por estas 10 enfermedades a lo largo de su vida que si no hubiera estas vacunas. Por otro lado, la mortalidad de estas 10 enfermedades sería un 45% mayor si no hubiera vacunación.

El modelo atribuye 37 millones de las muertes evitadas al período 2000-2019 y las restantes 32 a los años 2020-2030. El mayor impacto, aseguran, es entre niños menores de cinco años y mayoritariamente por la vacuna del sarampión.

El estudio destaca el coste-efectividad de las vacunas, que impactan directamente en la salud pública. Los programas internacionales que han aumentado las vacunaciones en los países con menos ingresos deben acreditarse, afirman los científicos en la publicación, de cara a inversiones futuras. Por la dificultad que tienen las mediciones directas, los científicos subrayan la importancia de estos modelos matemáticos que estiman los números basándose en la cobertura vacunal y los datos de prevalencia de enfermedad.

En la investigación participaron 16 grupos independientes que realizaron distintos modelos matemáticos para los patógenos desde centros de enfermedades infecciosas de las universidades de Oxford, Cambridge o Singapur, entre otras. El impacto se calculó en función de las coberturas vacunales previas y futuras, la efectividad de las vacunas y los datos de mortalidad por cada enfermedad, así como años de vida perdidos o en discapacidad por culpa de dichas enfermedades.

En uno de los modelos se calculó la diferencia en muertes con y sin vacunación y en el segundo se estimó el impacto a largo plazo de los vacunados. En ese efecto a largo plazo, los científicos estiman en 120 millones las muertes evitadas a lo largo de la vida para esas personas, de las que 65 corresponden a niños menores de cinco años.

Aparte del sarampión que tiene el mayor impacto, la vacuna contra el Hib (H. influenzae tipo b, incluida para los niños en España dentro de la vacuna hexavalente) y las vacunas neumocócicas combinadas son las de mayor impacto en los menores de cinco años. Las del papiloma humano, la hepatitis B y la fiebre amarilla tienen el mayor impacto en las personas a lo largo de su vida.

Los expertos reconocen las limitaciones del estudio basadas en el modelo matemático y subrayan la importancia de nuevos modelos estratificados por población para poder tener estudios más detallados por países.