Ghana acaba de decretar el primer brote de su historia de la enfermedad por el virus de Marburg, una patología que causa una fiebre hemorrágica y tiene una mortalidad del 50% que puede llegar a más del 80% si no se trata, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El virus de Marburg es un filovirus de la familia del ébola y ambos causan enfermedades similares. Empiezan de forma brusca con fiebre, dolor de cabeza y musculares, tras los que aparecen diarrea, cólicos, náuseas y vómitos, aunque también pueden darse erupciones cutáneas. Las manifestaciones graves en forma de hemorragias suelen aparecer a los cinco o siete días y en los casos letales hay hemorragias, normalmente, en varios órganos. Hay presencia de sangre en vómitos y heces pero también hemorragias por la nariz, encías y vagina.

La OMS ha mostrado su preocupación recientemente porque es la primera vez que se registra un brote en Ghana. De momento se han notificado dos fallecidos, varones de 26 y 51 años que murieron el 27 y 28 de junio respectivamente. Están identificados más de 90 contactos, algo muy relevante ya que la identificación de los contactos porque el período de incubación de la enfermedad puede ser de dos a 21 días.

Hasta ahora se habían decretado brotes y casos esporádicos en otros países del continente como Angola, Kenia, la República Democrática del Congo y Sudáfrica. Sin embargo, esta enfermedad se descubrió por primera vez en Europa. Fue en 1967 cuando se dieron brotes simultáneos en dos ciudades Alemanas (Marburg y Frankfurt) y Belgrado (Serbia). Los tres brotes se asociaron a monos verdes africanos importados de Uganda con los que se estaba trabajando en laboratorios.

"Las autoridades sanitarias han respondido rápidamente, adelantándose a la preparación de un posible brote. Esto es bueno porque, sin una acción inmediata y decisiva, el virus de Marburg puede escaparse fácilmente de las manos. La OMS está sobre el terreno apoyando a las autoridades sanitarias y, ahora que se ha declarado el brote, estamos reuniendo más recursos para la respuesta", ha afirmado Matshidiso Moeti, director regional de la OMS para África, en un comunicado difundido por la entidad.

Aunque nunca se ha registrado un caso de Marburg en España, esta enfermedad zoonótica también estaba presente en el libro 'Las enfermedades infecciosas en 2050', de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), presentado recientemente. En él se dedica un capítulo a las fiebres hemorrágicas virales, entre las que se encuentra el virus de Marburg. En esta guía, José Ramón Arribas y María Paz Sánchez-Seco advierten que aunque "España no es un país endémicopara los filovirus Ébolga y Marburg [...] lo esperable es que el sistema sanitario se tenga que volver a enfrentar en algún momento a la repatricación de casos en cooperantes en la zona o bien la asistencia a casos importados".

España es el único país de Europa en que se produjo un caso autóctono de ébola por transmisión de un paciente procedente de Sierra Leona. "Casó una gran alarma social y demostró nuestra falta de preparación frente a enfermedades infecciosas de alto riesgo", plantea el libro de la SEIMC. Los especalistas en enfermedades infecciosas subrayan además que "las enfermedades por éboa, Marburg y Lassa (otro virus) también están incluidas en la lista priorizada de la OMS de enfermedades con mayor riesgo para la salud pública".

Se cree que la forma más fácil de infección es por culpa de las colonias de murciélagos Rosettus o murciélagos de la fruta. Después entre personas la patología se contagia por contacto directo con la piel lesionada, mucosas con sangre y otros líquidos corporales. En el caso de sanitarios se han visto casos en los que se producen enfermedades más graves, más rápidas en evolución y mayor tasa de letalidad.

Para tratar esta enfermedad no hay actualmente tratamientos ni vacunas aprobados, aunque se recomienda y mejora la supervivencia la terapia con rehidratación, ya sea oral o intravenosa, así como fármacos para los síntomas. Aparte, hay en estudio anticuerpos monoclonales y antivíricos usados frente al ébola para los que "se podría probar el uso compasivo", dice la OMS.