La llegada del verano, los días más largos y la temperatura agradable empujan a la gente a hacer deporte y recuperar ciertos hábitos saludables. Sin embargo, la alta temperatura no sólo es un empujón más, sino que también es un desafío físico y psicológico. La clave para mantenernos activos en verano es adaptar la práctica del ejercicio físico a las condiciones climáticas, priorizando el bienestar al rendimiento, pues esta práctica ha dado luz a una nueva tendencia, el verano no es sinónimo de parar… es un nuevo sinónimo de reconstruir la forma de hacer ejercicio físico.

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Cómo adaptar tu rutina de deporte al calor

En la época estival, entrenar a horas centrales del día puede ser un error, incluso peligroso. Mejor elige las franja horaria que resulten más frescas: primera hora de la mañana o atardecer. En estos momentos del día hay temperaturas más frescas que permite rendir mejor evitando el estrés térmico y la deshidratación. También planificarse partiendo de estos periodos de tiempo ayuda a generar una constancia más explicativa a la hora de actuar durante las vacaciones.

Opta por espacios cerrados y climatizados

Una de las mejores maneras de practicar ejercicio sin riesgos en verano es realizar la actividad física en el interior de los espacios de entrenamiento. Las instalaciones deportivas, los centros de fitness, los gimnasios y los centros de entrenamiento funcional son, de hecho, los espacios donde el personal del centro se encarga de ofrecer un espacio de entrenamiento preparado y con temperatura controlada que permite continuar haciendo ejercicio sin arriesgarse al calor extremo que puede llegar a hacer en esta época del año. Asimismo, la oferta de clases dirigidas se compone normalmente de actividades que se dirigen a todos los niveles de los asistentes.

Consejos para practicar deporte con altas temperaturas

Hidrátate antes, durante y después

La hidratación es clave para prevenir la fatiga, calambres y golpes de calor. Beber agua de forma continua (no solo cuando se tiene sed) mejora el rendimiento y ayuda a recuperar antes. En sesiones exigentes es interesante incluir bebidas isotónicas para la reposición de electrolitos y sales minerales perdidos a través del sudor.

Reduce la intensidad y escucha a tu cuerpo

El verano no es el mejor momento para dar el máximo de uno mismo. Es el momento de bajar la carga de trabajo, de aumentar los tiempos de descanso y de dar prioridad a los ejercicios de movilidad, de fuerza ligera o a sesiones más cortas. Escuchar a nuestro cuerpo y detectar señales como mareos, cólicos abdominales, fatiga extrema o dolor de cabeza son puntos clave para evitar lesiones y contratiempos.

Tendencias de ejercicio para el verano

Entrenamientos funcionales y disciplinas suaves

Actividades como el entrenamiento funcional o el pilates o, como el yoga, también han incrementado de forma notable su número de adeptos en verano, dado su planteamiento equilibrado. En efecto, estas actividades permiten trabajar todo el cuerpo sin un excesivo deterioro, además de que pueden adaptarse fácilmente a sesiones más suaves, las cuales las consideran como muy adecuadas para este periodo estacional.

El auge del ejercicio consciente

El verano es el momento para retomar el deporte desde una óptica más consciente y sostenible, y muchas personas aprovechan esta época para salir de su rutina, probar cosas nuevas y darse más valor hacia el bienestar general que hacia objetivos estrictos. Esta manera de entrenar, que permite cierta flexibilidad, mejora sin ninguna duda la adherencia a largo plazo y favorece la salud global.

Por todo ello, entrenar en verano no sólo es factible, sino que se convierte en una opción aconsejable. Con apenas algunas adaptaciones, es mucho más fácil poder seguir motivado y disfrutar de todos los efectos positivos de la práctica deportiva a la vez que se evitan riesgos.

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