El verano nos invita a disfrutar del aire libre, la playa, el sol; pero también, a estar alerta de los riesgos que comportan las altas temperaturas. Cuando hay elevadas temperaturas u olas de calor, hay que estar atentos por no sufrir un golpe de calor, una de las emergencias médicas más peligrosas de esta época del año, ya que puede afectar a cualquier persona y sus consecuencias pueden ser muy serias, si no se toman decisiones correctas y se actúa a tiempo.
¿Qué es un golpe de calor y por qué se produce?
El golpe de calor se presenta cuando el organismo ha perdido la capacidad de regular la temperatura corporal, bien sea porque esa temperatura ha subido y se mantiene a valores elevados, como puede suceder ante una exposición prolongada y continua a temperaturas extremas o bien, porque se han mantenido esfuerzos físicos en ambientes cálidos que han elevado la temperatura corporal por encima de los 40 ºC, lo que hace que aumente el riesgo de que ocurra una lesión en órganos vitales.
Un peligro que puede surgir en cuestión de minutos
Si bien el golpe de calor puede manifestarse tras varios días de intenso calor, también puede presentarse de forma repentina. De ahí que sea importante estar atento a las señales que el cuerpo puede enviar cuando se producen olas de calor o realizar actividades al aire libre.
Síntomas del golpe de calor
Los primeros síntomas de un golpe de calor son: sed intensa, piel caliente y seca, sudoración excesiva que generalmente puede interrumpirse de forma brusca, mareos, cefaleas y sensación de cansancio extremo. Usualmente se puede observar en la persona afectada fiebre, que puede ser medida en la axila (mayores de 39 ºC).
Manifestaciones que requieren atención urgente
Los demás signos de alarma son la confusión mental, los calambres musculares, las náuseas, los vómitos y los desmayos. Si aparece uno de estos síntomas es una emergencia médica, ya que la rapidez en el manejo puede reflejarse en la existencia de una recuperación completa o de secuelas.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Primeros auxilios para estabilizar al afectado
Si crees que una persona está sufriendo un golpe de calor, lo primero que hay que hacer es llamar a los servicios de emergencia a través del número de teléfonos 112. Mientras llega hay que mantener a la persona en un lugar fresco y ventilado, mejor a la sombra que al sol, y comenzar a enfriarla. Se puede hacer mediante la aplicación de paños húmedos en los lugares más apropiados para ello como son el cuello, axilas o ingles, o por medio de una ducha fría, si se puede.
Hidratación y vigilancia constante
En caso de que la persona esté consciente, se le ha de ofrecer agua y no otras bebidas. También, resulta determinante visualizar la evolución de los síntomas y comunicar cualquier cambio o evolución al llegar a la consulta médica. Esta vigilancia puede servir para actuar de manera más exacta y poder ofrecer la atención de urgencia adecuada.
Prevenir un golpe de calor
Para prevenir los efectos de un golpe de calor, es necesario hidratarse, usar ropa liviana y en colores claros, no mantener una exposición solar directa en el centro del día, o el esfuerzo físico bajo condiciones de calor muy alto, alimentos livianos y evitar tomar alcohol y bebidas azucaradas.
Grupos vulnerables que requieren mayor cuidado
Niños, personas mayores y enfermos crónicos son personas a quienes hay que procurar que pasen las olas de calor en ambientes frescos con una buena ventilación, y con una adecuada hidratación, de forma que no corran riesgos y que podamos tener un verano más seguro para todos.
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