A poco más de un mes de la llegada del verano, muchas personas empiezan a incorporar en su dieta las frutas refrescantes y la sandía se posiciona como la primera de todas. Es jugosa, sabrosa y llena de agua, además de refrescarnos aliviando el calor, puede proporcionarnos beneficios sorprendentes para la salud. Comer sandía cada día puede parecer de sentido común para el comensal durante el periodo estival, pero, bajo esa dulzura que se ofrece en los paladares, se encuentra una fruta de alta capacidad natural de hidratación, de vitaminas, de minerales y de poder antioxidante, con un gran poder terapéutico.
Beneficios de comer sandía cada día
Mejora la hidratación y la piel
La sandía es sin lugar a duda la fruta con más agua, el 95% de su peso. Este altísimo nivel de hidratación es muy importante para mantener la piel flexible, luminosa y con protección frente a la sequedad, ya que ayuda a prevenir la pérdida de agua del organismo con la exposición al sol y a las altas temperaturas. También es útil para ayudar a reponer toda el agua que se ha perdido con la práctica de ejercicio o los días de mucho calor ya que favorece una correcta temperatura del cuerpo y el funcionamiento fisiológico de nuestros órganos.
Ayuda al estómago
A pesar de que no sea un alimento rico en fibra, la sandía es lo suficientemente rica en esta sustancia como para propiciar el tránsito intestinal de forma suave. Por eso incluir un trozo de esta fruta a diario puede ser beneficioso para favorecer la digestión, mejorar la microbiota intestinal y ayudar a prevenir el estreñimiento. Su contenido en agua y fibra propicia una sensación de saciedad mayor, lo que ayuda a controlar el apetito sin aportar muchas calorías.
Propiedades ocultas de la sandía para el corazón y los músculos
Protege la salud cardiovascular
El potasio presente en la sandía contribuye al control de la presión arterial y a equilibrar los niveles de sodio del cuerpo. Este es un aspecto importante para mantener el estado del corazón y prevenir la hipertensión; además, la sandía es una buena fuente de licopeno (un antioxidante), que ayuda a bajar el colesterol malo y puede evitar enfermedades del corazón durante el paso del tiempo.
Mejora la función muscular y previene calambres
El potasio también es de ayuda para los músculo y en al funcionamiento del sistema nervioso. En personas activas o que hacen deportes la sandía puede ser una opción natural para prevenir los calambres y para mantener el rendimiento físico. También contiene citrulina, un aminoácido que facilita la circulación sanguínea y podría mejorar la resistencia de las personas durante la práctica de ejercicio físico.
A tener en cuanta al comer sandía
Pepitas con beneficios insospechados
Las pepitas de la sandía contienen aceites esenciales y minerales como magnesio y zinc que ayudan a potenciar el sistema inmune y mejoran la salud cardiovascular; si las preparas asadas o cocidas aportan energía y nutrientes por lo que se convierten en una excelente alternativa a los snacks de tipo procesado.
Cuándo es mejor limitar su consumo
A pesar de que son muchas las ventajas que ofrece esta fruta no todos los individuos pueden abusar de ella; personas con afecciones renales o que padezcan hiperpotasemia deben controlar su consumo, ya que un exceso de potasio podría volverse nocivo. También puede producir gases e hinchazón en algunas personas.
La sandía demuestra que comer de forma saludable no tiene por qué ser aburrido y poco apetecible; su sabor fresco y su carga nutritiva merece incorporarla en la dieta de forma habitual, especialmente en los meses de más calor.
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