El proteccionismo de Donald Trump es mucho más que meras palabras. El nuevo presidente de Estados Unidos lo ha dejado bien claro en una de sus primeras medidas desde que el pasado viernes pasó a ocupar la Casa Blanca.

Trump firmó este lunes en el Despacho Oval una orden ejecutiva para sacar al país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), del que forman parte otras once naciones. La retirada de Estados Unidos del TPP es "algo grande para los trabajadores estadounidenses", señaló Trump en un acto en el que también estuvieron presentes el vicepresidente, Mike Pence, su jefe de gabinete, Reince Priebus, y dos de sus asesores más cercanos, Steve Bannon y su yerno Jared Kushner.

El nuevo presidente estadounidense cumple así con una de sus más claras promesas. Poco después de salir vencedor en las elecciones del pasado 8 de noviembre, Trump aseguró que una de sus primeras medidas sería iniciar los trámites para la retirada de Estados Unidos del acuerdo comercial Transpacífico, un convenio del que aseguró que "es un desastre potencial" para el país.

De este modo, el nuevo presidente de los Estados Unidos echa por tierra uno de los principales logros comerciales de su antecesor Barack Obama. El TPP, cuya negociación llevó más de seis años, se firmó a comienzos de 2016 y actualmente se encuentra en proceso de ratificación en los parlamentos de los países firmantes para su entrada en vigor.

Tras la decisión sobre el acuerdo Transpacífico, se prevé que Trump no tarde en adoptar también medidas para modificar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado con Canadá y México hace 20 años. Asimismo, se da por sentado que el nuevo Ejecutivo estadounidense dará por finalizadas las negociaciones con Europa para la firma del polémico TTIP.

La disposición de Trump a renegociar los acuerdos comerciales de Estados Unidos y establecer barreras a los productos importados desde países terceros como México o China es uno de sus rasgos más controvertidos. Desde diversos ámbitos, como el FMI, se ha advertido de los riesgos que conlleva la posibilidad de sumir al mundo en una especie de guerra comercial, que limite aún más la ya débil actividad comercial mundial.

La clara muestra del nuevo presidente de que pretende llevar a buen término esta parte de su programa fue recibida con cierto desagrado en los mercados, que hasta el momento habían puesto mayor énfasis en la parte positiva de los planes de Trump (como la puesta en marcha de medidas de estímulo fiscal en EEUU), mientras parecía descontar que las medidas más controvertidas, como las más proteccionistas, se verían matizadas.

A media jornada de la sesión de este lunes, la bolsa estadounidense registraba recortes generalizados. El Dow Jones se dejaba un 0,14%, en su sexta caída en siete sesiones; el Nasdaq cedía un 0,07%; y el S&P 500 retrocedía un 0,26%.

Por su parte, el índice dólar sufría un descenso del 0,5% y alcanzaba su nivel más bajo desde principios de diciembre. El euro aprovechaba la debilidad del billete verde para alcanzar el nivel de 1,073 dólares, máximos en casi dos meses.

Al mismo tiempo, los inversores buscaban refugio en la deuda estadounidense. La rentabilidad del bono soberano a 10 años retrocedía 4 puntos básicos, hasta el 2,4%.